El Gobierno informó este martes en un breve comunicado la necesidad de que en 2023 el Poder Ejecutivo capitalice el Banco Central del Uruguay (BCU), tal como ocurrió previamente en 2010, 2011, 2012 y en 2013.
“Al 31 de diciembre de 2022, el patrimonio del BCU se encuentra por debajo del mínimo dispuesto por el artículo Nº 8 de la Ley 16.696 del 30 de marzo de 1995. En virtud de la referida norma, el Poder Ejecutivo presentará un plan de capitalización de la entidad, a concretarse en 2023. Los detalles del proceso de capitalización serán comunicados en el correr de las siguientes semanas”, se limitó a comunicar el Ministerio de Economía en conjunto con el BCU.
La ley referida es la de la Carta Orgánica de la institución reguladora, que establece un límite legal para la composición patrimonial del BCU al cierre de cada ejercicio económico.
En 2022, al cierre del ejercicio económico el patrimonio del BCU fue negativo en $ 8.055 millones (US$ 212 millones a la cotización interbancaria del 30 de diciembre de 2022).
Este resultado negativo del patrimonio implicó una caída patrimonial de $ 55.777 millones (US$ 1.392 millones) con respecto a 2021.
EL BCU perdió en 2022 $ 11.772 millones por la diferencia en la cotización de valores del exterior (reservas internacionales) y $ 39.547 millones por diferencia de cambio.
Básicamente, lo que ocurrió el año pasado fue que, al bajar el dólar, el BCU —que tiene la mayoría de sus activos en dólares y sus pasivos en pesos— sufrió una importante pérdida desde el punto de vista financiero, pero el impacto solo se refleja en su estado contable. El patrimonio se determina con la resta entre activo y pasivo (Activo-Pasivo = Patrimonio).
También la suba de intereses de los títulos en el exterior provocó una caída del precio de los bonos, que generó también una pérdida financiera que se vio reflejada en el cierre del ejercicio contable de 2022.
Entre el mínimo legal requerido por la Carta Orgánica (US$ 715 millones) y el patrimonio negativo que fue de alrededor US$ 215 millones, la capitalización que deberá hacer el MEF al BCU deberá ser por lo menos de US$ 930 millones.
La explicación de expertos
Ante la ausencia de explicación por parte del Gobierno, varios economistas del sector privado y asesores de la oposición explicaron la razón por la que se tiene capitalizar el BCU, que básicamente responde a mantener reservas internacionales en moneda extranjera mientras se aprecia la moneda local.
“Las capitalizaciones del BCU y otros bancos centrales son consecuencia de mantener altos niveles de reservas internacionales en moneda extranjera (sus activos) en un contexto de apreciación real de la moneda local”, explicó el economista y director de Vixion, Aldo Lema.
Por su parte, el exfuncionario del BCU y actualmente analista independiente José Licandro también se refirió al tema.
“Efectivamente. El déficit operativo y de caja varia poco año a año. Pero al tener el BCU una posición comprada superior a los US$ 7.000 millones, tiene ganancias contables cuando el dólar sube (como entre 2018 y 2021) y pérdidas cuando cae (como en 2022). Entre 2018 y 2021 fueron tales esas ganancias contables que su capital quedó por encima de los 5.000 millones de Unidades Indexadas (unos US$ 715 millones al 30 de diciembre de 2022) que establece la ley. El BCU dispuso devolver parte de los excesos del Gobierno en forma de bonos de capitalización, contra una cuenta de Reserva Especial”, detalló Licandro, que además compartió una resolución de 2021 en la que el proceso fue el inverso al que se dará en 2023.
Licandro aclaró que la operación que llevará adelante el MEF para la capitalización del BCU no afectará ni la deuda pública consolidada del sector público (financiero y no financiero), ni el pego neto de intereses de deuda.
El descalce de moneda
También el excoordinador del programa de Inclusión Financiera del MEF Martín Vallcorba explicó las razones por las que el BCU debe ser capitalizado.
En un hilo divulgado en Twitter el economista señaló: “No estamos ante un problema económico relacionado con el sistema financiero ni debilita ninguna de las funciones del BCU. A diferencia de lo que sucede con los bancos comerciales, el patrimonio de los bancos centrales no cumple una función relevante como en los bancos, donde el capital es clave como respaldo para los depositantes y para generar incentivos a que no se asuman riesgos excesivos”.
“Los bancos centrales suelen tener un importante descalce de moneda, es parte de su naturaleza. El BCU lo tiene: sus activos son mayoritariamente en dólares y sus pasivos en pesos. La posición en dólares en 2022 cerro activa en 7.400 millones de dólares. Por tanto, cualquier movimiento del tipo de cambio impacta en forma significativa en el resultado del BCU y, por ende, en su patrimonio. Pero es meramente contable. En 2022 el dólar cayó y le generó al BCU una pérdida relevante. En 2021 había subido y tuvo ganancias contables. Los bancos centrales tienen una parte importante de sus reservas internacionales en títulos del exterior. Con el aumento de las tasas internacionales, cayó el precio de los bonos, lo que generó una pérdida adicional. Nuevamente contable. Finalmente, el aumento de las tasas de interés locales resuelta por el BCU, también contribuyó a aumentar las pérdidas por los intereses pagados por las letras de regulación monetaria que emite”, aclaró Vallcorba.
En esta línea, el exjerarca recordó que “durante décadas, luego de la crisis de la “tablita” de 1982 y hasta las capitalizaciones dispuestas en los gobiernos del Frente Amplio, el BCU tuvo patrimonio negativo”.
“Al borde de la irresponsabilidad”
En diálogo con MVD Noticias, el senador del Frente Amplio y expresidente del BCU Mario Bergara criticó el comunicado brindado por las autoridades económicas y calificó lo anunciado este martes como “un error comunicacional”, pero transmitió “tranquilidad”.
“Está al borde de la irresponsabilidad el comunicado tan escueto y sin contexto, sin explicación, que emitieron las autoridades económicas. Hay que dejar en claro que esta situación no implica ningún debilitamiento en el funcionamiento del sistema financiero y mucho menos de las capacidades del BCU para llevar adelante sus mandatos legales”, afirmó el legislador.
Añadió que “el patrimonio del BCU se desplomó principalmente por razones de la política económica”.
“En primer lugar, por el mayor pago de intereses con tasas demasiado altas. Segundo, por tener la inmensa mayoría de los activos del BCU en reservas en dólares y la inmensa mayoría de los pasivos en moneda nacional. El tipo de cambio por el suelo hace que se desvaloricen los activos y caiga el patrimonio. A su vez, el BCU hace un año y medio que no recompone reservas interviniendo en el mercado. Esta combinación está generando el atraso cambiario más grande que ha visto el Uruguay en todo el siglo”, criticó Bergara.