La deuda total bruta del sector público se ubicó en el cierre de 2022 en US$ 47.696 millones (67% del Producto Interno Bruto), mientras que la deuda neta, representó el 47,8% del PIB, al cerrar el año en US$ 34.057 millones.
La deuda neta se establece considerando la bruta menos los activos externos del sector público con respecto a los residentes y no residentes (sin contar pasivos contingentes y encajes bancario).
Según un nuevo informe del Monitor de Coyuntura del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica (UCU), “la deuda en sus dos definiciones cayó desde el “pico” posterior a la crisis de 2002 y hasta 2013, para luego subir de la mano de un claro deterioro fiscal”.
“En 2020 se dio un ‘salto’ asociado a la crisis sanitaria con más déficit y menos PIB, pero luego se redujo la deuda bruta y se mantuvo la neta”, agrega el trabajo.
Sobre 2022, se aclara que hubo “un aumento considerable de la deuda al ser expresada en dólares debido a la enorme apreciación real del peso uruguayo. El año pasado la Unidad Indexada subió 8,6% y el dólar bajó 10,3%, por lo que la deuda en moneda nacional se apreció en términos de dólares”.
“El impacto de dicha apreciación real en la deuda expresada en dólares, así como el de los cambios en las paridades entre el dólar y otras monedas, fue del orden de los US$ 3.200 millones el año pasado. Por otro lado, el déficit fiscal total, neto de los ingresos por “cincuentones”, alcanzó a unos US$ 2.300 millones. Otras razones del aumento de la deuda sumaron unos US$ 500 millones”, se detalla.
También se señala que el PIB nacional mostró un “aumento extraordinario” en 2022 del 15,9% al expresarse en dólares, pero la deuda neta subió relativamente más aumentando la relación entre deuda y PIB.
“Al cierre de 2022 el 55% de la deuda bruta total del sector público se encontraba denominada en las diferentes alternativas en moneda nacional. Esto constituye en los hechos una suerte de ‘seguro’ antidevaluación y significa que, ante eventuales saltos en el tipo de cambio, no habría cambios sustanciales en la relación entre la deuda y el PIB, como sí ocurría en el pasado, con la deuda casi totalmente ‘dolarizada’”, concluye el informe.