El domingo de las PASO Javier Milei confirmó ser la nueva sorpresa de la política argentina, al menos para los ojos del extranjero. De ser un economista que hablaba en televisión, en radio y escribía columnas pasó a ser el ganador de las internas en materia de números y uno de los tres políticos que aspiran a ser el próximo ocupante del Sillón de Rivadavia.

Milei parece haber llegado solo del escritorio del programa de Viviana Canosa al atril del Hotel Libertador donde dio su discurso de victoria con el 30% de los votantes apoyándolo. No tiene la estructura organizada durante décadas que poseen el peronismo oficialista y el radicalismo. Sin embargo, la “ola violeta” se construyó con varios actores y el respaldo de una masa electoral que no necesariamente surgió en 2023.

La “ola violeta”

Incluso antes de la sorpresa de las PASO, los analistas argentinos ya señalaban la tendencia de una notoria parte de la franja más joven del electorado de respaldar los discursos antiestablishment de Milei.

El slogan de “la casta tiene miedo”, la frase “viva la libertad carajo” o los argumentos de combate contra los principales actores políticos calaron en ese público en los últimos años, en el marco de la crisis económica que vive Argentina y luego de la pandemia y la consecuente cuarentena que enfrentó el país.

Según apunta el diario argentino Perfil, Tomás Borovinsky, doctor en Ciencias Sociales, habla de un “tsunami de la ira” que tomó a un sector de la población integrado por empresarios de pymes, comerciantes y trabajadores autónomos cuya preocupación es la estabilidad económica y la seguridad, por sobre otros discursos políticos.

Los jóvenes de entre 18 y 25 años que atravesaron esa pandemia también parecen tener otra característica que hace depositar sus votos y sus quejas en el respaldo a Milei: la precarización laboral.

Sin experiencia suficiente para alcanzar trabajos que garanticen estabilidad económica dado el panorama inflacionario actual, el enojo y el desencanto por la conducción de los grupos políticos que han mantenido la hegemonía. El sociólogo Pablo Vonmaro señala también a Perfil que el 50% de los jóvenes argentinos es pobre dado que consiguen empleos en blanco de mala calidad y sostiene también que la plataforma política de Milei es la que parece tener mayor llegada a un grupo de personas que son “muy hablados y poco escuchados”, dando como ejemplo el proceso de la pandemia.

La coalición de Milei nuclea también bajo el paraguas que parece llevar adelante la ideología liberal libertaria del candidato a muchos sectores conservadores que provienen tanto de políticos partidos marginales de larga o mediana data en el sistema electoral como de la llamada “nueva derecha” que en Estados Unidos o Brasil tuvieron y tienen como referentes a figuras que el propio Milei enalza: Donald Trump, Ron DeSantis o Jair Bolsonaro.

En el caso de esta nueva derecha, las posturas de Milei contra la “casta” son tan atractivas como sus públicos argumentos contra el aborto, la educación sexual integral y el avance del “socialismo”, además de su promesa de quitar ministerios, como el de la Mujer o el de Desarrollo Social.

Los socios

La carrera política de Milei formalmente arrancó en febrero de 2019, cuando anunció en un acto su afiliación al Partido Libertario (PL), fundado un año antes por jóvenes simpatizantes de su visión política. Ese mismo día se lo nombra “presidente honorífico” de la fuerza, cargo que ostenta hasta hoy. En marzo se le da la personería jurídica al partido en Córdoba, que al año siguiente se vence. Recién la conseguirían de forma definitiva en 2021.

Su primer socio político ya no lo es más, dependiendo en qué punto del mapa argentino estás. Republicanos Unidos, partido encabezado por Ricardo López Murphy y Roberto García Moritán, surgió de la unión de tres agrupaciones y una facción del PL liderada por el empresario Agustín Spaccesi. El partido hoy integra Juntos por el Cambio (JxC) en la mayoría de las provincias y a nivel nacional, pero en Tierra del Fuego, uno de los lugares donde Milei sorprendió, la lista local forma parte de La Libertad Avanza (LLA).

Antes de que se formara la coalición que salió primera en las PASO, Milei probó suerte con otra: Avanza Libertad. Encabezada por el diputado liberal José Luis Espert (hoy en JxC), impulsaban en conjunto su candidatura legislativa hasta que “el Peluca” anunció que iba a correr por su cuenta en la contienda por una banca en Diputados, que luego consiguió cuando se formó LLA en 2021.

Ya en aquella candidatura estuvo acompañado por Victoria Villaruel, como número dos. La actual candidata a vicepresidenta es líder del Partido Demócrata (PD), una fuerza política de derecha catalogada dentro de la filosofía conservadurista cuyos orígenes se remontan al Partido Autonomista Nacional (PAN) que lideraron Julio Argentino Roca y Roque Sáenz Peña en el siglo XIX y principios del XX.

En su búsqueda del escaño del congreso a Milei lo acompañaba Ramiro Marra, entonces candidato a legislador porteño y hoy candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (obtuvo 12,95% en las PASO). Integrante del PL, es un licenciado en Mercado de Capitales cuya carrera profesional empezó en la empresa financiera Bull Market Group, perteneciente a su familia, además de en Youtube, con un canal dedicado a la educación financiera el análisis económico de mercado.

Además del PL y el PD, los otros partidos que integran la coalición violeta a nivel nacional son: el partido de centroderecha Unión Celeste y Blanco (con el que el empresario Francisco de Narváez impulsó su candidatura a gobernador bonaerense en 2007 y 2001); el Partido Fe, considerado de centro y el Partido Renovador Federal, de derecha, ambos de ideología peronista.

A nivel provincial, la coalición de Milei cuenta con varios partidos pequeños de ideologías que van desde el liberalismo al conservadurismo entre los que está el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), fundado en 1964 por el expresidente Arturo Frondizi.