Una pareja destruyó una clínica dental en el barrio de Lourdes, en Belo Horizonte, en la tarde del miércoles 8, justificando el acto con una historia fantástica: según los atacantes, un dentista insertó un chip en la boca de la mujer para controlarla, monitorearla y registrar todo lo que hace, para luego “mostrárselo a la gente en la calle”.
Según funcionarios de la empresa, Kênia Aparecida de Sá, de 27 años, y su esposo, que no fue identificado, pero que tenía 31 años, acudían regularmente al lugar con sus hijos pequeños y contaron la historia en la que el dentista que atendió a la mujer colocó un pequeño 'objeto' en su boca.
El día de los hechos, la pareja llegó a la sala dental a primera hora de la tarde acompañada de sus tres hijos. Pidieron hablar con el dentista que había atendido a la joven, y cuando les dijeron que el profesional había salido a almorzar, se produjo el estallido de violencia. A partir de ese momento, todo fue ira y destrucción.
Muebles, computadoras, teléfonos, monitores, televisores y ventanas fueron completamente destruidos por el hombre, mientras la mujer gritaba junto a él
La versión de la pareja
“En 2019 comencé el tratamiento en la clínica a través de un convenio. Me sacaron dos muelas del juicio y, sin mi permiso, me implantaron un chip en la boca y escucharon mis conversaciones. No vi que pusieran este chip porque estaba sedada. Pero mi esposo vio que está ahí y el dentista no lo quiere quitar”, dijo Kenia en declaraciones al portal noticioso G1.
Ambos dijeron que jamás le gritaron al personal, ni amenazaron a nadie
“Los empleados dijeron que era la hora del almuerzo y que habláramos en voz baja, que nos calláramos. En ese momento, mi esposo no pudo soportarlo. En ningún momento hubo amenaza o agresión contra ellos, hubo daños materiales, pero esto no es nada comparado con el desorden que tenemos desde 2019. Estamos sufriendo mucho con este chip”, agregó la paciente.
En declaraciones al mismo tiempo, el esposo de Kenia insistió en la idea de que su compañera está siendo controlada por la supuesta implantación del "chip dental". Él dice que su reacción destructiva fue impulsada por la "emoción" y que su esposa irá al Instituto Médico Legal (IML) para que, examen mediante, demostrar la existencia del objeto.
“Actuamos de acuerdo con nuestras emociones, solo necesitamos sacarle el chip. Lo hemos pedido varias veces y el dentista no se lo quita. Intentamos hablar ayer y no nos querían escuchar”, justificó.
El caso fue registrado en la Policía Civil de Minas Gerais, que emitió un comunicado informando que de momento nadie fue arrestado ni citado a comparecer, pero sí se inició una investigación.
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