Por Valentina Temesio
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Apenas pasa media hora de las primeras proyecciones de los resultados del balotaje y el ruido domina Montevideo: las banderas del Frente Amplio se apoderan de las calles, los bocinazos, las cornetas, los gritos de sus militantes. Algunos salen a la vereda y mueven sus banderas, otros las hacen volar desde sus autos.
Las multitudes bajan por la calle Ciudadela entre saltos y festejos: hay madres, padres, hijos, amigos, amigas, hermanos, sobrinos, tíos. Así, en grupo, caminan hacia el escenario en el que 40 minutos después Yamandú Orsi y Carolina Cosse se consagrarán como los ganadores de un balotaje reñido, que era incierto, que esperaban que resultara como se dio, aunque la duda empañaba la vista.
Algunos hacen agitar las banderas con el viento, otros las tienen atadas a sus cuellos, otros sobre sus cabezas, sobre sus muñecas. Hay por sectores: de la 609, de la lista 90. Hay de Uruguay; hay de la diversidad, del comunismo. Hay remeras que rememoran a los detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar, otras con el rostro de Tabaré Vázquez.
Un hombre tiene una remera de Freddy Mercury y la del Frente Amplio atada a su cuello. Llegó a la Ciudad Vieja, a la explanada bajo el hotel NH Columbia, desde el Cerro. Dice a Montevideo Portal que milita desde los 9 años, que “salía en las primeras manifestaciones” por ese barrio.
Es sincero: esperó los resultados con “muchos nervios”, aunque también dice que por alguna razón estaba “confiado en que se podía dar”.
“Lo esperaba, porque no se puede. Hay que tomar un cambio radical, porque esto fue nefasto y eso que eran ‘los mejores cinco años’”, expresó. El hombre asegura que el Frente Amplio tendrá que trabajar “muy duro”. “Destruyeron muchas cosas que se habían logrado con gobiernos de izquierda”, agrega.
Mientras, la música: Rada, Rodrigo; el ruido de las cornetas; los gritos. “Presidente, presidente, presidente”, gritan, mientras esperan al hombre que gobernará Uruguay durante los próximos cinco años.
Una mujer espera afuera del hotel que en su habitación 616 alojó al expresidente José Mujica en 2010 y este 2024 a Orsi. Dice que milita desde que nació, que su padre fue fundador del Frente Amplio, que la fuerza política se formó también en su casa.
Para ella, que la oposición vuelva a ser oficialismo “es una alegría enorme”, aunque advierte que “hay que trabajar bien”. Para esta docente la elección tiene, además, otro valor: el nuevo presidente fue su compañero en el Instituto de Profesores Artigas.
“Siempre se sentaba del lado de la pared; venía de Sauce en un interdepartamental con nuestros compañeros. Amoroso, muy buena gente, y llegó a esto. Qué increíble, ¿no? Las vueltas de la vida, cómo te va enseñando”, agrega.
Ella, entonces, dice que este domingo celebra “por todos los uruguayos”, “por la gente que está pasando mal”. “Pienso que es una esperanza, que vamos a empezar a mejorar. De a poquito, ¿no? Porque va a llevar tiempo”, declara con cautela.
“Caro, Caro, Caro”, se escucha cuando Carolina Cosse, la vicepresidenta electa, sube sobre el escenario y su imagen se replica a lo largo de otras pantallas ubicadas en la rambla de la Ciudad Vieja.
Mientras la exintendenta de Montevideo habla, la gente la escucha. Otros siguen su festejo, repiten cánticos, soplan sus cornetas. Hay niños a upa de sus padres, algunos mueven las mismas banderas que los mayores de edad, otros hacen sonar vuvuzelas.
Una mujer está con toda su familia. Acaba de amamantar a su hija, que ahora tiene en brazos y está en silencio. Hace más de 15 años que vota al Frente Amplio: su primer voto fue para Vázquez, el segundo para Mujica.
“Se siente muy emocionante, porque lo tenemos muy merecido. Queremos un cambio para mejor”, dice mientras sonríe y mira a su familia.
Mientras mueve las banderas de la coalición con dos amigas, una joven dice que este es el primer año que milita dentro del Frente Amplio. Es del interior, pero vive en Montevideo desde hace unos años.
“Era esperado, pero el sentimiento es increíble”, dice nerviosa.
Con los festejos, la lluvia comienza a despedir a los militantes. Se mueven como hormigas por la capital uruguaya: algunos van por la calle Canelones, otros por Buenos Aires, otros por 18 de Julio.
Al llegar a la Torre Ejecutiva, donde el presidente Luis Lacalle Pou esperó las primeras proyecciones, gritan y miran hacia adentro. “Ole le le, ola la, si este no es el pueblo, el pueblo dónde está”, gritan mientras levantan sus puños y refriegan los colores azul, blanco y rojo contra los vidrios que pronto verán a Orsi la mayoría de los días.
La plaza se llena, así como algún día fue por el referéndum de la ley de urgente consideración, por alguna victoria uruguaya en fútbol, por la presidencia de Lacalle Pou, Vázquez, Mujica.
Y mientras pasan las horas las calles comienzan a quedar vacías una vez más, pero con un nombre nuevo que gobernará.
Por Valentina Temesio
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