No importaban los 34 grados, mucho menos los 43 de sensación térmica. Sobre la hora 17 había por lo menos 30 militantes de la coalición de gobierno —en su mayoría del Partido Nacional— que esperaban a que el presidente, Luis Lacalle Pou, llegara al Palacio Legislativo para asistir a la sesión de la Asamblea General.
Tan solo a unos metros, del otro lado de la calle, Gurises del MPP —la juventud del sector del Frente Amplio— se manifestaba en contra del Gobierno. “Lacalle te mira y se ríe de ti”, decía un cartel detrás de los manifestantes.
En un lado de la calle el clima era festivo, como si algo importante fuera a pasar. Y del otro, los reclamos eran los protagonistas de las charlas entre militantes. Quien destacaba en la militancia del Frente Amplio era el exdiputado Gustavo Placeres, que miraba hacia el Parlamento y conversaba con los jóvenes.
El único momento de tensión que se vivió fue cuando llegó la militante del Partido Nacional Romina Celeste Papasso Oliver, quien fue denunciada este jueves por un edil del MPP por incitar al odio y amenazar a los frentistas si se acercaban a Lacalle.
“Chupa pija”, “hija de puta”, “mirá para acá”, gritaron un par de personas que estaban entre los militantes frenteamplistas pero que no tenían ninguna identificación de la coalición de izquierda. Papasso siguió su camino y en ningún momento miró hacia la fuente de los insultos.
La guardia policial que custodiaba la entrada estaba en constante comunicación con sus pares, para saber si el mandatario estaba cerca o no. “Ahora sí, llega. Prepárense y que la gente esté en línea sobre las vallas”, salió de uno de los radiocomunicadores.
“Viene, ahora sí viene”, exclamó una militante de la Lista 404. Lacalle pasó, levantó su mano, pero luego los vehículos siguieron su camino rumbo a la Asamblea General. A partir de ahí, los militantes se disiparon por la zona para esperar la salida del mandatario. Para ese entonces, los militantes del MPP ya habían abandonado el lugar.
“Vinimos, nos manifestamos y nos vamos. Entendemos que no podemos tornar esto un acto político y tampoco generar algún clima de tensión a la salida”, dijo una de las militantes a Montevideo Portal.
La salida del mandatario, cerca de una hora y media después, fue un poco más compleja. Una militante hizo “lo imposible” para lograr una foto con Lacalle, y lo consiguió tras vencer a la seguridad que seguía a la camioneta.
—¿Valió la pena tanto esfuerzo por una foto?
—Sí, ahora se la voy a mostrar a mis hijos y mis nietos. Y la voy a encuadrar también para que me quede de recuerdo.
En determinado momento, el presidente decidió sentarse sobre la puerta del vehículo para saludar a la decena de blancos y así lograr avanzar un poco más. Cada vez que veía a alguien con un papel en la mano, extendía el brazo y lo tomaba.
“Gracias, presidente. ¡Viva la patria y vivan los blancos”, respondió un hombre mayor de edad, luego de darle la mano a Lacalle.
El aplauso para los impuestos
Lacalle demoró poco más de una hora en repasar lo logrado en 2022 y anunciar las medidas que prevé tomar en el corto y mediano plazo. Adentro, uno de los momentos más esperados, fue el anuncio de la rebaja impositiva de la que se había hablado los días previos.
Sobre el IASS (Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social), el presidente aseguró que “cerca de 20.000 personas dejan de pagar” este tributo cuando quede efectiva la medida. La rebaja del IRPF (Impuesto a la Renta de las Personas Físicas) permitirá que 80.000 ciudadanos dejen de pagarlo: “Estos cambios beneficiarán al 75% de contribuyentes, mientras el 14% —aquellos de menores ingresos— van a dejar de pagar”. En el cierre del discurso, Lacalle aseguró que su administración está “con la ilusión intacta”.
“Con optimismo, basado en la realidad, en la realidad y en los resultados obtenidos hasta el momento. Aquí está el Gobierno, aquí estoy yo. Como el 1º de marzo de 2020, para hacer todo el esfuerzo posible. Para que los uruguayos sean cada vez más libres, para que sean cada vez más prósperos, que puedan vivir en una sociedad más justa y solidaria. Nos vemos el año que viene”, cerró y el Parlamento se hundió en aplausos.
De todas maneras, fue notorio que algunos legisladores de Cabildo Abierto no acompañaron con aplausos en momentos en que los nacionalistas aprobaban con el tradicional golpe de manos las palabras del mandatario.