En el año 2019, un hombre de 52 años se presentó en la Intendencia de Canelones para solventar un trámite corriente y sencillo: renovar la libreta de conducir. Sin embargo, los funcionarios municipales pronto notaron con sorpresa una irregularidad. El documento que el usuario pretendía renovar era falso.

El caso fue denunciado y pasó a la órbita judicial, donde en las últimas horas se arribó a un laudo definitivo.

Según informa la Jefatura de Policía de Canelones, el avispado conductor fue condenado a ocho meses prisión en régimen de libertad vigilada, por un delito de falsificación o alteración de certificado.