El pasado 23 de julio, Aldo Carrizo, alias “Kuki”, se despidió de su esposa en la puerta de su casa en la ciudad argentina de Termas de Río Hondo. Allí tomó un remís que lo llevaría hasta la frontera con Bolivia, país al que ingresaría para un viaje de negocios.

Según consigna Nuevo Diario, Carrizo era el hombre de confianza de su jefa, quien le había confiado 7.500.000 pesos argentinos (unos 8.000 dólares) para comprar mercadería en territorio boliviano.

A lo largo del día siguiente, su esposa intentó con insistencia comunicarse con él, y ante la falta de toda respuesta acudió a la policía.

Comenzaron entonces las pesquisas para localizar al viajante de comercio. La esposa temía que el hombre hubiera sido víctima de delincuentes, debido a la gran suma que transportaba. De inmediato, la fiscal de Río Hondo, Carla León Fernández, dispuso la intervención de varias dependencias policiales.

Los efectivos de la División Ciberdelitos de la Policía santiagueña pudieron determinar que el GPS del celular de Carrizo tuvo dos registros de actividad, uno en Bolivia y otro en la provincia argentina de Salta. Pasaban los días y Carrizo no daba señales de vida a su familia, ni a su empleadora, ni a la Policía. Mientras tanto, su fotografía circulaba por la prensa local y las redes sociales.

Se amplió entonces la búsqueda a la mencionada provincia de Salta y también a la de Tucumán, sin resultado alguno.

Asimismo, la División Búsqueda de Prófugos realizaba verificaciones de información y a través de sus nexos procuraba dar con el paradero del trabajador. Pero pasaban los días y no había un dato certero del paradero de Carrizo. Tampoco se sabía si estaba vivo o muerto.

Por su parte, los efectivos de la División Homicidios y Delitos Complejos comenzaron a realizar un trabajo de inteligencia en la ciudad de Las Termas de Río Hondo. Días atrás, obtuvieron un dato importante en la causa, que les permitió terminar con la suerte de Carrizo.

Los investigadores pudieron establecer que Carrizo estaba en su ciudad natal. Realizaron un seguimiento, hasta que el martes a las 7 los efectivos realizaron un procedimiento en su vivienda ubicada en avenida Néstor Kirchner y Sáenz Peña.

Para sorpresa de todos, Carrizo estaba en su cama “bien tapado y durmiendo plácidamente”, según detalla la citada crónica.

El sujeto fue detenido de inmediato por orden de la ya mencionada fiscal.


Luego fue trasladado al Centro Integral de Salud Termas, donde se determinó que no presentaba ninguna lesión y gozaba de un excelente estado de salud.

Se lo condujo entonces a la Comisaría Comunitaria nº 40, donde quedó alojado e imputado por el supuesto delito de defraudación. Los efectivos realizaron una minuciosa requisa en la casa del detenido, donde no encontraron ni el dinero ni elementos vinculados a la causa.