A comienzos de enero, la Policía uruguaya detuvo a instancias de la Justicia argentina a Marcelo Balcedo y Paola Fiege, pareja argentina que vivía en Playa Hermosa.
El empresario y sindicalista, junto a su esposa, era requerido por la Justicia argentina por su presunta vinculación a delitos de lavado de activos en el vecino país. El juez Ernesto Kreplak emitió el 25 de diciembre una orden de captura nacional e internacional contra el dirigente gremial, que se llevó a cabo pocos días después en Uruguay.
En Uruguay, la pareja fue enviada a prisión por una causa caratulada como lavado de activos, contrabando y tráfico de armas, a raíz de los hallazgos de dinero, armas y autos de alta gama en su hogar. Luego se le concedió prisión domiciliaria, que cumplen actualmente en Playa Hermosa mientras continúa la investigación.
Tanto Balcedo como Fiege han asegurado que el dinero fue obtenido lícitamente y que hubo irregularidades en el allanamiento a su hogar, motivo por el que demandaron al fiscal Rodrigo Morosoli por daños y perjuicios. A fines del año pasado, la Justicia dio la razón a la pareja al entender que la jueza María Elena Maynard debió permitirles presentar pruebas en el proceso, algo que no hizo bajo el argumento de que se presentaron tres días después de que venciera el plazo debido.
Ahora, la pareja denuncia irregularidades por parte de la Policía uruguaya, tras obtener documentos que marcan una contradicción entre lo declarado por un agente uruguayo y los registros aeronáuticos.
En los documentos de la causa que lleva la Justicia argentina contra los Balcedo, se asegura que e 24 de diciembre de 2017 la Policía argentina recibió una comunicación por parte del comisario Virgilio de los Santos, de la Dirección General de Represión al Tráfico de Drogas de Uruguay. El policía reportaba que había "detectado" la presencia de Balcedo y Fiege en una casa "estilo mansión" en Punta del Este (se refería a la casa de Playa Hermosa).
Aseguró que el dato surgía debido al seguimiento que hacía la Policía uruguaya de ciudadanos paraguayos que bajaron ese día de la aeronave que usaba Balcedo para viajar entre los dos países. Con ese argumento, Kreplak solicitó la detención al entender que había riesgo de fuga en la causa que investigaba a la pareja en Argentina.
Sin embargo, según los documentos aeronáuticos oficiales a los que accedió la agencia argentina Realpolitik, el avión al que hace referencia -con su matrícula- la información de la Policía uruguaya no se movió del hangar desde el 20 de diciembre hasta el 5 de enero, por lo que mal podía estar llevando a ciudadanos paraguayos.
"Nosotros vivíamos en Uruguay desde 2007, era sabido por todos eso, por lo que no tenía sentido que nos ‘detectaran' en nuestra casa como si estuviéramos por fugar", dijo Fiege a Montevideo Portal. Aseguró que debe investigarse por qué el comisario uruguayo hizo esa declaración y que espera que estos datos se agreguen a la causa, y anunció que analizan presentar una denuncia en su contra.
Fiege dijo que estos documentos prueban que Kreplak buscó una excusa para poder pedir la orden de detención internacional y que el 20 de diciembre Balcedo estuvo en Argentina declarando ante la Justicia, por lo que no sería lógico que si querían fugar hubiera concurrido pocos días antes a un tribunal.
Consideró que la existencia de "ciudadanos paraguayos" usando la aeronave fue un invento usado para justificar la detención. Ayer, Fiege publicó en Twitter: "¿Qué garantías tienen los uruguayos de que no les pase lo mismo, si el comisario Virgilio De Los Santos, sigue en funciones en el Ministerio del Interior cuando está probado que mintió?"
Paola Fiege también explicó que hoy debe declarar por la causa de contrabando incluida en la causa, pero que actualmente se los indaga por "infracción aduanera".