Por Joaquín Symonds
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Los militantes del Partido Nacional notaban desde hace semanas, aproximadamente un mes, la sobreexpectativa que había en el Frente Amplio de cara a las elecciones de este domingo. También podían percibir el envión de energía que tenía el colorado, Andrés Ojeda, a quien algunas encuestas colocaban como la persona capaz de disputarle a Álvaro Delgado el liderazgo de la coalición. Por momentos, los blancos sentían temblar ese segundo piso que proyecta su candidato para transformar el país.
Así fue que los nacionalistas se acercaron a la sede, en bulevar Artigas y Chaná, con cierta cautela y un miedo que se dejaba ver en las conversaciones, en las caras y en las frases. “La verdad es que tenemos los huevos en la garganta, hay que ver qué pasa. Hace un mes que las encuestas no nos ayudan”, decía un dirigente consultado sobre datos de bocas de urna.
Fue la primera vez que los nacionalistas dejaron ver la sensación de que el anhelo de llegar al balotaje para volver a ser gobierno podía ser simplemente eso: un anhelo alejado de la realidad. Durante la campaña electoral, el propio Delgado y su compañera de fórmula, Valeria Ripoll, transmitieron que las encuestas eran una foto del momento porque había “una mayoría silenciosa” que les daría la confianza en las urnas.
Mientras los ministros y legisladores llegaban, Delgado arribó al búnker con su familia y se juntó con su equipo más cercano para seguir a través de la televisión cómo se daban las proyecciones, además del ambiente que había en en el NH Hotel donde estaban Yamandú Orsi y Carolina Cosse.
La única certeza para los integrantes de la coalición era que, pasara lo que pasara, en la plaza Varela se juntarían los cinco dirigentes y de allí saldría una foto de todos juntos.
Así las cosas, la noche de los nacionalistas se puede dividir en dos tiempos: el primero transcurrió con cierto temor y cautela de lo que podía pasar. Esa primera parte terminó sobre las 20:30, cuando las consultoras comenzaron a dar las primeras proyecciones.
Los nacionalistas festejaron el resultado primario, de alrededor de 28% para Delgado, como si fuera un gol. Había dirigentes que gritaban “¡arriba los blancos!”, otros que tomaban sus celulares para hacer llamadas y también estuvieron los que comenzaron a llorar cuando escucharon “No vuelven más”, en referencia al Frente Amplio.
Delgado, junto a su equipo, también vivió aquello como el “el principio de la victoria”, según resumió uno de los presentes a Montevideo Portal. La alegría se compone de tres razones: la primera es la certeza de que el blanco será quien dirija la coalición de gobierno. El segundo argumento es que la fórmula reunió una votación bastante similar a la de Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón —que en ese momento llegó a 28,6%—, y el tercero es que los votos sumados de la coalición superan a los del Frente Amplio.
Pero el entorno del candidato blanco no solo pasó del miedo a la euforia por los números, sino también porque percibió que en el NH Hotel las proyecciones causaron cierta amargura en los frenteamplistas.
“La noche la ganamos, después habrá que ver qué pasa con el Senado y Diputados. Pero el batacazo se dio en Bulevar y Chaná, no en el NH”, consideró la fuente.
A navegar
De acuerdo con los últimos números del escrutinio de la Corte Electoral, la coalición de gobierno tendría 49 diputados, mientras que el FA alcanzaría 48. En la Cámara de Senadores es donde la actual oposición se aseguraría la mayoría, con 16 legisladores contra 14 del oficialismo.
En su discurso, sin mencionar cómo quedará la composición del Parlamento, Delgado aseguró que la coalición es la llave para “darle gobernabilidad al país”. El blanco se consideró la persona capaz de “manejar el barco” del gobierno en “aguas calmas y bravas”. “Porque yo sí estoy pronto para gobernar, listo”, exclamó en clara referencia a Orsi.
También pidió doblegar esfuerzos para que ningún voto de los partidos de la coalición vaya para el Frente Amplio en la segunda vuelta, y les aseguró que gobernarían en conjunto, despertando así el aplauso del público que acompañaba en la plaza Varela.
“Hoy me despojo de mi partido, de lo que fui y de lo que soy, para representar a todos los partidos de la coalición y llevarlos al próximo período de gobierno”, agregó el blanco justo unos minutos antes de que los acordes de “Llenos de magia” de La Vela Puerca comenzaran a sonar y Delgado cantara: “Y ahora vuelven a volver”.
Por Joaquín Symonds
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