La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, compareció este lunes ante la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Senadores, que analiza y discute el proyecto de Ley de Presupuesto Nacional propuesto por el Poder Ejecutivo y ya modificado levemente en la Cámara de Diputados.
Además de Arbeleche comparecieron el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, José Luis Falero, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; Alejandro Irastorza, subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas, y Mauricio di Lorenzo, director general de secretaría del Ministerio de Economía y Finanzas.
En la versión taquigráfica de la comparecencia, a la que accedió Montevideo Portal, se dieron varios cruces entre el equipo económico del gobierno y los senadores por el Frente Amplio (FA).
"Se trata de un presupuesto que no implica un aumento de impuestos, tal como fue el compromiso de este equipo durante la campaña electoral. No aumenta impuestos porque, de lo contrario, sería cargar a la clase media con las ineficiencias que hemos detectado que tenía el Estado en el pasado. Entendemos que en los últimos años ha sido el sector privado el que ha realizado un importante ajuste y es hora de que sea el Estado el que, a través de una mayor eficiencia, logre modificar el rumbo de las cuentas fiscales", dijo Arbeleche al empezar su exposición.
La ministra de Economía sostuvo que "el foco del presupuesto está en el crecimiento y el empleo" y "es un presupuesto pensado en las personas, para la gente".
Arbeleche destacó la importancia de "la sostenibilidad de las políticas sociales a lo largo del tiempo" a pesar "de la herencia fiscal negativa -y teniéndola en cuenta- que se ha recibido".
El senador Mario Bergara advirtió que "para cumplir las metas fiscales el Poder Ejecutivo deberá seguir recortando un presupuesto -que ya es de recorte- de manera significativa, y aun concediendo cosas que para nosotros son preocupantes".
"El déficit que nosotros estimamos que va a ocurrir, por ejemplo el año próximo, ronda el 7,4 % del PBI, cuando lo que se plantea es un 3,8 %. Y bueno, habría que explicar ese 3,6 % o ver de qué manera se piensa corregir", cuestionó.
Por su parte, el senador Charles Carrera dijo que no compartía "esa visión negativa del rol del sector público, que se lo considera como un obstáculo para el desarrollo".
"En este presupuesto se presenta un fuerte ajuste con un recorte en las políticas sociales, salarios y jubilaciones", aseguró y sostuvo que desde el FA tienen interrogantes en cuanto al presupuesto para salud, vivienda y educación.
El senador Jorge Gandini, por el Partido Nacional), señaló que "hay una planificación estratégica que contiene, necesariamente -porque el presupuesto tiene que ser quinquenal-, las previsiones de una economía repleta de incertidumbres, en condiciones que tomamos".
Gandini dijo que hay "muchas maneras de ver el presupuesto" y una "es en relación al producto".
"La economía se achicó; venía achicándose porque tomamos el Gobierno en recesión; se achicó la economía global y la nuestra, aunque la nuestra menos que la del mundo, pero se achicó", sostuvo el senador nacionalista.
La crisis del 2002 y los "discursos de odio"
La crisis del año 2002 fue uno de los temas de debate, ya que se utilizó para argumentar algunas de las posturas en contra del presupuesto.
"Al Frente Amplio le tocó atender, por lo menos, tres momentos de crisis profundas. Primero fue la de 2005, en la que, sin duda, los indicadores fueron brutales: matriz energética al borde del colapso, Banco Hipotecario fundido y Banco República tecleando", dijo el senador por el FA, Óscar Andrade.
Por su parte, el senador nacionalista Sebastián Da Silva puso a la crisis del 2002 como ejemplo con respecto al "prestigio internacional" de Uruguay.
"Ha llevado mucho tiempo alcanzar el prestigio internacional del Uruguay. Tengo una opinión muy personal sobre el prestigio internacional en lo que tiene que ver con los organismos financieros de la época contemporánea. ¿Saben cuándo se construyó? En la crisis del 2002. A partir de ahí, Uruguay tuvo una revisión de su prestigio internacional", dijo Da Silva.
"Hay testigos de la época; el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto nos puede contar las peripecias que hizo en Washington DC en aquel recordado préstamo puente", agregó en referencia a Alfie.
"En ese momento, en el que Uruguay hizo lo que tenía que hacer, fue cuando se blindó el prestigio internacional. No quiero recordar lo que hacían los que hoy critican las inconsistencias, mientras las autoridades financieras estaban pidiendo ayuda financiera por el mundo, aunque la opinión pública lo tiene bien claro", sostuvo el legislador blanco.
El senador Guido Manini Ríos dijo que hubiera querido "muchísimas cosas adicionales de lo que hay en este presupuesto, pero este presupuesto tiene que atender al país real y no al país de las estadísticas, de los numeritos que nos dicen que acá no había pobreza, que acá estaba todo bien y se lo comparaba con el 2004, cuando se estaba saliendo de la crisis financiera más grande que tuvo este país en el último medio siglo".
"Se lo compara con números que realmente yo creo que son incomparables", sostuvo Manini.
"Acá lo que hay que decir es que, después de quince años de gobierno, donde se tuvo la bonanza económica extendida -la mayor bonanza económica desde la Segunda Guerra Mundial-, el resultado estaba a la vista el 1.º de marzo, antes de la pandemia", opinó.
"Podemos comparar con lo que queramos, con lo que sucedió en los años noventa, en el 2002 o en el 2004 pero lo que sí es cierto es que la situación del país al 1.º de marzo se dio luego de la mayor bonanza económica existente luego de la Segunda Guerra Mundial", reiteró en otro pasaje de su intervención.
Manini comentó que "hay que hablar desde la sinceridad, dejar de lado el discurso para la tribuna, para dar manija a la gente y para generar fractura y odio que nos enfrenta a todos. Creo que esa es la responsabilidad de todos los que estamos acá".
Tras sus dichos, el senador Óscar Andrade le respondió: "de vuelta quiero decir que me resulta curioso que cuando intentamos establece que algunos de los supuestos que se hicieron no son ciertos, la respuesta sea que queremos generar odio".
"Estamos lejos de querer sembrar odio, pero nos parece que tenemos que tratar de establecer los planteos con mayor rigurosidad", aseguró.