En muchos aspectos de la vida, pero también de la política, los estados de ánimo están vinculados directamente a la expectativa.

Después de haber tenido más de 415.000 votos en las elecciones internas, importantes dirigentes del Frente Amplio, en particular su presidente, Fernando Pereira, y el jefe de campaña, Alejandro Sánchez, habían sostenido en las últimas semanas que la coalición de izquierda lograría entre 47% y 48% este domingo 27 de octubre.

Sin embargo, sobre la hora 20:30 en el hotel NH Columbia el ambiente de cierta espera ansiosa cambió cuando llegaron las primeras proyecciones de las encuestadoras. Y no fue la única vez que ocurrió a lo largo de la noche.

Mientras la fórmula presidencial (Yamandú Orsi, Carolina Cosse, dirigentes y asesores más cercanos) seguía la evolución de los datos desde el segundo piso del búnker elegido por la oposición, en planta baja, diversos dirigentes fueron modificando el impacto original de haber votado menos de lo esperado por un renovado optimismo de cara al balotaje.

Luego, los datos de las proyecciones empezaron a dar una casi segura mayoría en el Senado. Según los cálculos que se sacaban entre los dirigentes que manejan mejor la maquinaria electoral, el FA podría llegar a tener con los resultados obtenidos 15 e incluso 16 senadores. Este último número se confirmaría horas más tarde, a medida que la Corte Electoral fue dando a conocer el escrutinio primario.

Esta lectura marcó un nuevo punto de inflexión en el estado anímico que se vivía en el búnker frenteamplista.

En VTV, el presidente de la consultora Factum, Óscar Bottinelli, resumió a la perfección la sensación de vaivén anímico que se vivió en el búnker del FA.

“El Frente Amplio con números salió muy bien. Sacó 39% hace cinco años y grosso modo 44% ahora. Un aumento espectacular. ¿Qué pasó? Pasó que las expectativas eran que se ganaba en primera vuelta o mayoría en las dos cámaras. Se puso la vara tan alta que el tener una buena votación la frustración se da por el lugar en que se había puesto la expectativa”, resumió el politólogo.

Foto: FocoUy

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En líneas generales, casi todos los dirigentes políticos que hablaron con Montevideo Portal tenían lecturas similares: el Frente Amplio votó menos de lo esperado, sigue siendo la fuerza política más importante del país y subió al menos cinco puntos con respecto a 2019 (de 39% a 44%).

“No votamos lo que queríamos, pero estamos bien”, dijo un dirigente resumiendo en acotadas palabras la evolución anímica que vivieron los principales dirigentes frenteamplistas a medida que las horas pasaban. Mientras la información de los escrutinios se iba conociendo con mayor detalle, fueron ganando en confianza de cara al próximo paso: el balotaje del domingo 24 de noviembre.

No obstante, marcó un dirigente del FA, ese optimismo —no festivo— que se fue ganando dentro del búnker no se condecía con lo que pasaba a pocos metros, donde cientos y cientos de militantes frenteamplistas mantenían “las caras largas” y la misma impresión que se había vivido al conocerse los primeros resultados.

“Hay que ir a hablarle a la gente”, reclamó el dirigente.

Fue así que, minutos pasadas las 22:30, Orsi y Cosse subieron al escenario preparado a escasos metros del NH Columbia para hablarles de forma directa a los presentes, sin dar declaraciones a la prensa.

Una vez más, como a lo largo de toda la campaña electoral, los integrantes de la fórmula presidencial de la oposición subieron al escenario juntos, pero con roles netamente diferenciados en sus tonos discursivos.

Mientras que Cosse apeló a recuperar la épica —hubo poca— emocional característica del sentir del militante frenteamplista con un discurso más a la interna del partido, Orsi directamente habló como el candidato presidencial de cara a noviembre.

Con la imagen del escudo nacional detrás, al que haría referencia durante su oratoria, el presidenciable del FA reconoció que se esperaba votar mejor, pero no obvió mencionar la calidad democrática uruguaya como eje de su diatriba.

“Somos varias partes y un todo a la vez”, repitió en varias ocasiones.

Para finalizar, consciente de que para lograr el gran objetivo del FA de volver a conquistar el gobierno nacional hace falta todavía un paso más —nada menos que imponerse el último domingo de noviembre frente al candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado—, Orsi culminó su discurso con una alusión al himno nacional: “Queremos ganar. Nuestros símbolos resumen lo que somos. Y nuestro himno nacional nos convoca 16 veces a un compromiso ético: ¡Sabremos cumplir, uruguayos! ¡Sabremos cumplir!”.

“Falta poco, a redoblar, a redoblar. Somos muchas partes y un todo a la vez. Nos estamos viendo, falta poco. Triunfaré”, se despidió.  

Foco Uy

Foco Uy