Reproducimos carta enviada por Federico Fasano, a raíz de las repercusiones que obtuvo su misiva enviada a Luis Lacalle Pou y reproducida por Montevideo Portal.

A raíz de la reciente carta que envié al presidente de la República ante el intento del monopolio de la televisión privada abierta pidiendo que se anule la reciente adjudicación a tres nuevas señales de TV en el circuito por abonados, se desató una vez más el periódico asedio de centenares de trolls y robots coordinados en un agresivo cyberacoso con insultos y calumnias, acusándome falsamente de cuatro presuntos delitos, atacando a la persona en lugar de a las ideas. Un ardid para evitar responder las verdades de mis decires. En general siempre me he negado a ingresar en el terreno de los calumniadores eludiendo la trampa de la provocación.

En la Grecia Antigua uno de los mayores delitos era la maledicencia y a sus autores le aplicaban la rigurosa ley de la kakegoría. Como no estamos en la antigua Grecia, solo me queda desarticular la calumnia por mí mismo.

Siempre en forma calcada me acusan falsamente de cuatro delitos condensados en una sola frase: "el jodedor argentino que no pagó a la UTE y tampoco le pagaba a sus trabajadores ni a sus acreedores públicos y privados".

Por respeto al resto de los lectores honestos, afines o enfrentados de buena fe a mis posiciones periodísticas, política o personales les reitero una vez más que esta es la verdad:

1) Personalmente nunca me atrasé ni un solo mes en el pago de las facturas de UTE en toda mi vida. El diario La República que dirigí hasta hace 10 años, sí, no yo, el diario, tuvo un atraso de varios meses en el año 2009 que refinanció junto con otras 50 mil empresas refinanciadas ese mismo año y al retirarme de ese medio lo hice con las obligaciones al día.

Decir que soy un deudor de UTE es una falsedad a la que ya me tienen acostumbrados esos miles de trolls robóticos y anónimos que no dan la cara. Tampoco he escuchado decir que son deudores de UTE, diarios como El País que incluso llegaron a deber sumas superiores a La República en épocas de crisis. Como tampoco nada han dicho con las deudas multimillonarias a la UTE que dejaron al cerrar, los diarios El Día, La Mañana, El Diario, La Hora, Ultimas Noticias, El Debate, Tribuna Popular, El Plata, BP Color, etc, etc, mientras se sigue mintiendo al afirmar que "Fasano debe a la UTE", como forma de evitar contestar las ideas que difundo.

2) Otra falsedad es afirmar que no pagué los salarios a mis trabajadores o no cumplí con los laudos. Desafío a los trolls a que exhiban un solo caso de no haber cumplido con los laudos o que me retiré debiendo un solo peso a uno solo de mis trabajadores. Si fuera así ya tendría que tener por lo menos un embargo de algún trabajador. No tengo un solo embargo laboral, basta comprobarlo en el registro. Y no hay un solo trabajador que me haya reclamado un solo peso de deuda generada hasta que yo me retiré del diario y del Multimedio que fundé.

3) La tercera falsedad reiterada por los centenares de robots es que soy un jodedor que no paga sus deudas a los acreedores públicos y privados. Vuelvo a desafiar a estos mentirosos seriales a que den el nombre de uno solo de mis acreedores que afirmen que no he honrado mis deudas o que me hayan reclamado judicialmente adeudo alguno o que me hayan embargado. Y no lo exhiben porque no existen. No tengo ningún embargo ni público ni privado. Estoy libre de toda deuda. Basta con pedir un certificado en el Registro General de Inhibiciones para desbaratar la mentira. Durante 60 años de ejercicio de la profesión y de militancia política y con 16 medios de comunicación enfrentados al poder hegemónico, me han investigado con lupa y sin ella y no tengo siquiera una citación judicial y mucho menos condena alguna de un acto ilícito o antijurídico. Esa es la mayor prueba de la falsedad de mis calumniadores. Y la mejor prueba de mi decencia.

4) La cuarta acusación es la única veraz. El "delito" de haber nacido en la ciudad de Buenos Aires, viviendo en el Uruguay desde que tenía 15 años, país al que adopté como propio y él me adoptó a mí. Bueno sería que también me acusen de no haber elegido otro lugar para nacer. Pero como estas cuatro acusaciones se repiten calcadamente en mis detractores, esta última acusación exhibe la catadura de los anónimos que dirigen esos trolls contra mi persona.

Sigo creyendo que el nacionalismo y la xenofobia es el último refugio de los canallas. Y desafío a los que me acusan de argentino, a que prueben ser más uruguayos que yo. Si alguno de los que me acusan de argentino, tienen como yo, seis hijos uruguayos, hayan fundado 16 medios uruguayos, hayan dado trabajo a más de 2.500 uruguayos, hayan estado presos en Uruguay por defender la Constitución uruguaya, hayan tenido que exiliarse durante 12 años por enfrentarse a la dictadura uruguaya, hayan recibido un premio internacional de periodismo que doné a los familiares de los presos políticos uruguayos, o tengan la estatura moral de otros uruguayos que nacieron en Buenos Aires como Hugo Cores, Liberof, Lorier y tantos otros como ellos, entonces sí, podré debatir con esos detractores sobre quién es más uruguayo que quién. No se nace uruguayo, se es uruguayo. El lugar no hace al ser humano. El ser es lo que lo hace.

Federico Fasano Mertens