Aunque con cierta incertidumbre y tranquilidad, sobre la hora 19 de este domingo en el comando de Yamandú Orsi la expectativa igualmente se sentía en el aire.
El favorito para ganar las internas del Frente Amplio llegó sobre la hora 19:25. Abrazos, besos, saludos con dirigentes y militantes, el ya definido candidato a la presidencia de la República por la coalición de izquierda se limitó a decir solamente: “Seguimos esperando, falta, falta”
Unos minutos antes, solo tres y casi que como coordinado, había llegado el expresidente José Mujica, quien sí se sentó un rato para charlar con la prensa.
Orsi, por su parte, rápidamente se refugió junto a su gente más cercana en el espacio cerrado armado en la sede central ubicada en 18 de julio y Martín C. Martínez.
Desde que el precandidato llegó, la mayoría de los dirigentes presentes especulaban, pero “con poca información todavía”, aunque se rumoreaba que los blancos “habían votado poco en Montevideo”.
“Hay que esperar, hay que esperar”, dijo a Montevideo Portal uno de los más cercanos asesores de campaña de Orsi con la serenidad que lo caracteriza. Eran ya las 20 horas y el clima seguía siendo igual, de serenidad y a la espera de conocer los primeros resultados.
Desde el comando de Orsi, no se decía explícitamente, pero había confianza sobre la victoria del exintendente canario contra su competidora Carolina Cosse, quien ahora será su compañera de fórmula presidencial.
Finalmente, apenas media hora después, el senador del Movimiento de Participación Popular (MPP) Daniel Caggiani se acercó plácido, apacible y le comentó por lo bajo a cuatro compañeros militantes. “61 a 37, 20 puntos”. El legislador detectó inmediatamente la presencia de un periodista al lado y se llamó a silencio, pese a la insistencia del cronista.
Silencio, pero los datos que había divulgado la encuestadora de Usina de Percepción Ciudadana (UPC) sobre las 20.30 comenzaron a circular entre los presentes y no daban margen a la duda. Orsi ya había sido el ganador de las internas del Frente Amplio, que tuvo una votación superior a los 400.000 votos, casi 200.000 más que en 2019.
Entonces, de repente y de un segundo al otro, la tranquila incertidumbre comenzó a subir de tono y la agitación entre los dirigentes presentes en el comando empezó a percibirse, hasta que llegó la explosión eufórica. La información finalmente estaba.
Primero los aplausos, después el grito de “presidente, presidente, se siente, se siente, Orsi presidente, Orsi presidente”. “Vamos a volver, vamos a volver”. La salida eufórica de Francisco Legnani con los brazos en alto, saltando y arengando, confirmaban lo que ya era un hecho incontrastable. Orsi le había ganado con distancia a Cosse y ahora sí, ya todos los presentes en el comando estaban al tanto y conformes con la estrategia trazada meses atrás de no bajar de rango del 50% en las encuestas.
Así, fue el secretario general de la Intendencia de Canelones y coordinador de campaña de Orsi quien terminó con la tranquila tensión lógica de una instancia electoral y desató la locura del festejo por el triunfo concretado.
Apenas diez minutos después, sobre la hora 20:40 y sin comentarios a la prensa, Orsi emprendió camino rumbo a la Huella de Seregni en una salida que producto de la algarabía del triunfo ya asegurado fue algo caótica.
Ya en la Huella de Seregni y arriba del estrado, el candidato a presidente del Frente Amplio felicitó a la militancia de su partido, porque ni el “más optimista de los frenteamplistas imaginó que superaríamos esa barrera de los 400.000 votos”.
“Tenemos un FA unido que garantiza el camino hacia el triunfo en octubre. La esencia de mi compromiso es unir. Unir para ganar. Unir para gobernar. No vamos a gobernar para un pedazo de país, vamos a hacerlo para todos. Venimos a ganar y vamos a ganar porque vamos a gobernar. ¡Hasta la victoria, compañeros y compañeros!”, finalizó frente a los cientos de militantes presentes en esta última fría noche de junio.