El exintendente de Montevideo y candidato a la presidencia por el Frente Amplio (FA) Daniel Martínez renunció a su condición de miembro del Partido Socialista (PS), al que estuvo afiliado durante 49 años.
“Nunca dejaré de ser socialista, ni de buscar ser coherente con los postulados y sueños que nuestro partido ha sostenido históricamente”, escribió en una carta dirigida al secretario general del PS, Gonzalo Civila.
“No soy dueño de la verdad, ni creo en los que así se sienten, pero hoy pienso que, en este momento histórico, el Partido, además de diferencias que hemos tenido, no es mi lugar para aportar en el camino de sumar al proyecto popular”, expresó Martínez.
El excandidato a la presidencia dijo que “el odio es la herramienta de la derecha y que, además, lo ha profesionalizado en los últimos años”. De este modo, “sin pretender dictarle cátedra a nadie”, instó a desarrollar la actividad política “lejos del odio”. “Concentrémonos en sembrar fraternidad entre los frenteamplistas y entre todos les uruguayos”, agregó.
Por otra parte, Martínez aseguró estar convencido de que “por encima de su alejamiento orgánico”, tanto él como el partido seguirán “luchando por la justicia social y el desarrollo nacional independiente”. “La lucha por los valores y postulados del FA, nos seguirá encontrando en el camino”, señaló.
El exintendente recordó que durante los 49 años en los que estuvo afiliado al PS aprendió “lo que es el debate de ideas”, a “vivir la fraternidad”, “saber que no hay dueños de la verdad” y que “la humildad es la mejor consejera”. Además, destacó: “No se trata de ir más o menos rápido, porque lo único que permite avanzar, y hacer los cambios más permanentes, es la capacidad de unir pueblo entorno al proyecto Nación que levantamos, lo que es sinónimo de fortalecer al FA”.
El vínculo entre Martínez y el partido liderado por Civila tuvo un momento de quiebre en enero de 2020, cuando la Departamental del PS en Montevideo definió respaldar la candidatura de Carolina Cosse a la
Intendencia de Montevideo (IM), lo que profundizó las
rispideces en la interna del partido más viejo del FA y sumó fuerzas que terminaron siendo decisivas para la derrota del exintendente en su carrera por la reelección.