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Internacionales

Por The New York Times

Cuando el Ejército de un país espía los celulares de los ciudadanos

Existe una forma poderosa de software informático espía, llamado Pegasus, que sabemos que puede penetrar ese cifrado.

17.03.2023 12:22

Lectura: 6'

2023-03-17T12:22:00-03:00
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Por The New York Times | Lauren Jackson

Las compañías tecnológicas como Meta y Apple les venden a los usuarios la promesa de privacidad. Afirman que el cifrado en sus teléfonos inteligentes y aplicaciones mantendrá a salvo sus datos.

No obstante, existe una forma poderosa de software informático espía, llamado Pegasus, que sabemos que puede penetrar ese cifrado. La herramienta permite el acceso remoto a casi todo en un dispositivo, incluyendo su micrófono, cámara y datos de ubicación.

Es probable que hayas escuchado hablar de él: los gobiernos lo han usado en casos de alto perfil durante más de una década. Sin embargo, el alcance de ese espionaje ha sido difícil de rastrear.

El fabricante de Pegasus no revela sus clientes y es difícil determinar si un teléfono ha sido infectado con el programa. Tampoco queda claro qué información buscan las autoridades en un dispositivo (hasta la semana pasada, cuando mis colegas Natalie Kitroeff y Ronen Bergman reportaron que el Ejército mexicano espiaba a ciudadanos que intentaban exhibir sus delitos).

El caso brinda un vistazo poco común de las maneras exactas en que los gobiernos pueden dar mal uso a Pegasus. Su reportaje también arroja luz sobre detalles críticos acerca del estado de la democracia en México en un momento de descontento civil. A continuación, Natalie explica por qué este caso es tan importante y qué significa para el país.

Lauren: Hola, Natalie. ¿Te preocupa que el Ejército mexicano pueda estar escuchando tu teléfono?

Natalie: Mando a revisar mi celular cada cierto tiempo en busca de Pegasus, pero no hemos encontrado nada hasta el momento.

Retrocedamos un poco. ¿Cómo han estado usando Pegasus los gobiernos del mundo?

Países democráticos y autocráticos por igual han comprado esta herramienta al NSO Group, una compañía israelí. La empresa asegura que exige a sus clientes que acepten usar el programa informático espía solo para combatir el terrorismo o delitos graves. Además, hay muestras de eso: por ejemplo, investigadores europeos lo han utilizado para desactivar una red global de abuso infantil.

No obstante, ciertos reportajes han revelado que, una y otra vez, los gobiernos lo han utilizado para espiar a periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos.

El gobierno mexicano también usó Pegasus para capturar al narcotraficante conocido como el Chapo. Así que sabemos que el gobierno ha usado el programa espía en el pasado. ¿Qué hay de nuevo en esta historia?

El gobierno mexicano ha estado implicado durante años en escándalos relacionados con su uso de Pegasus, incluyendo el espionaje de periodistas y activistas. Eso no es nada nuevo.

Lo nuevo es que ahora sabemos, de forma definitiva, cómo el Ejército está espiando a civiles. Un grupo de hackers que se autonombra Guacamaya hackeó millones de correos electrónicos militares y desenterró una cantidad de datos impactante. Entre todos esos documentos estaban estos archivos recién descubiertos, que revelaron los detalles de cómo México utilizó Pegasus contra un defensor de los derechos humanos y periodistas que investigaban acusaciones de que militares habían ejecutado a personas inocentes.

Eso es muy grave para México, pero, ¿puedes explicarme qué significa esto para nuestra comprensión del uso más general del programa espía?

Este caso ofrece por primera vez un rastro bien documentado de lo que una institución del Estado, en este caso el Ejército mexicano, quería ver en el móvil de un defensor de los derechos humanos. Es un documento extraordinario.

Un investigador me lo hizo entender de esta manera: nos muestra cómo los operadores del programa informático espía tomaron la vida digital privada de esta persona, la analizaron y seleccionaron las partes más dañinas para ella.

Esta noticia llega en un momento de convulsión política para el país. Personas en más de 100 ciudades protestaron hace poco contra la refoma electoral del gobierno que involucra cambios a la institución a cargo de las elecciones. ¿Qué revela esto sobre el gobierno mexicano en este momento?

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo en 2018 en medio de una ola de descontento. Se pronunció en contra de la corrupción y prometió no espiar a la gente. Esto demuestra que el espionaje por parte del gobierno ha continuado durante su gobierno.

Como comandante supremo de las fuerzas armadas, esto también indica que López Obrador sabía sobre este espionaje y lo permitió, o que no sabía y sus propias fuerzas armadas lo estaban desobedeciendo. Esto ha generado un temor creciente en torno al poder cada vez mayor del Ejército.

Además, la noticia se difundió en un momento en el que la relación del mandatario mexicano con las normas y las instituciones democráticas es cuestionada en todo el mundo, pero en especial en Estados Unidos.

Esta revelación ofrece a Estados Unidos un ejemplo específico de la conducta antidemocrática de su aliado. ¿Washington responderá de alguna manera?

Washington ha estado preguntando: ¿cuál es el papel adecuado que debe desempeñar el Ejército en un país democrático? El secuestro de cuatro estadounidenses en México este mes solo ha acelerado sus inquietudes más extensas sobre la estabilidad mexicana.

No obstante, Estados Unidos también necesita mucho de México. El gobierno de Joe Biden no ha querido criticar de forma pública al gobierno mexicano porque los funcionarios temen poner en riesgo la cooperación en materia de migración.

Es un momento tenso para la democracia de México y demuestra cómo este programa espía comprado por países democráticos puede, en potencia, ser mal empleado a medida que ciertas facciones dentro del gobierno, en este caso el Ejército, obtienen mayor poder. Aún no sabemos qué impacto tendrán esta serie de revelaciones y otras que podrían venir en el gobierno de México. Sin embargo, no creo que debamos descartarlo como algo que podría dejar una marca duradera en este gobierno. Una división de NSO Group en Sapir Industrial Park, cerca de Sapir, Israel, el 6 de marzo de 2023. (Amit Elkayam/The New York Times) El defensor de los derechos humanos Raymundo Ramos en Ciudad de México, el 7 de marzo de 2023. (Marian Carrasquero/The New York Times)