La política argentina se ve una vez más envuelta en polémica, a raíz de la acusación del fiscal Diego Luciani a la vicepresidente y exmandataria Cristina Fernández, de haber sido la “jefa” de una asociación ilícita que causó un millonario perjuicio económico al Estado cuando estaba al frente de la Casa Rosada, entre los años 2007 y 2015. Luciani solicitó a la Justicia una pena de 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
En defensa de la vicepresidenta y reclamando por la llamada causa “Vialidad”, desde principios de esta semana, militantes kirchneristas han acampado en las inmediaciones de la casa de Fernández y ese sábado, integrantes del grupo La Cámpora inició una marcha rumbo a la zona, en las calles Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta.
Luego de las denuncias de vecinos a raíz de las movilizaciones, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, encabezado por el político de Juntos por el Cambio Horacio Rodríguez Larreta, dispuso la colocación de vallas en las inmediaciones de la residencia de Fernández, lo que disparó un nuevo cruce entre el kirchnerismo y la oposición.
En un comunicado publicado en su página web, la expresidenta argentina apuntó contra “las vallas del Sr. Larreta”.
“El 9 de diciembre de 2015, cuando finalicé mi segundo mandato como presidenta de la Nación y me dirigía a Juncal y Uruguay para pasar allí noche y partir al día siguiente a mi casa en el sur, no pude hacerlo. La esquina había sido copada por militantes y simpatizantes macristas, muy violentos, que me insultaban y amenazaban. Esa noche tuve que dormir en la casa de mi hija en el barrio porteño de Montserrat”, recordó Fernández.
“A partir de allí, la esquina de Juncal y Uruguay fue objeto de permanentes concentraciones de pequeños grupos de simpatizantes macristas con actitudes amenazantes y agresivas. Con parlantes y micrófonos amplificaban insultos, agravios y promesas de muerte. En todos esos años, la policía del señor Larreta nunca intervino. Es más, cuidaban y garantizaban esas actitudes”, afirmó.
“Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada. Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la Vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial”, agregó la vicepresidenta.
Fernández aseveró que “la lógica del Sr. Larreta es la misma lógica del partido judicial”.
“Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la policía de la ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes. Lo dicho ese día por la noche: nunca fueron ni serán democráticos”, concluyó.
En respaldo a la vicepresidenta, los líderes de la coalición oficialista del Frente de Todos en Buenos Aires llamaron a congregarse en torno al domicilio de Fernández para protestar por el vallado policial.
Allí, funcionarios del Gobierno nacional, dirigentes políticos, sindicales y simpatizantes del kirchnerismo realizaron una "sentada" frente a las vallas, sin que por el momento se hayan registrado incidentes con la Policía.
En declaraciones al canal de noticias TN, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, explicó que la instalación del vallado tenía por objetivo "garantizar la circulación" de los vecinos de la zona.
"Los gobiernos tenemos la responsabilidad de garantizar el orden público. Acá vimos que progresivamente, en las últimas 48 horas, se habían organizado sistemáticamente para turnarse, llegaban personas, tuvimos batucada, feria, ruidos hasta las 2 de la mañana... La gente tiene que poder vivir con tranquilidad", aseguró Miguel.
Con información de EFE