Los datos difundidos el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la Argentina alertaron a todos los argentinos: más del 50% de los menores de 15 años son pobres, más de un tercio de la población total también lo es; pero las cosas son aun peores. Sí, los datos informados son del promedio semestral, pero a partir de una inferencia con los datos públicos del Indec, el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (Odsauca), Agustín Salvia, asegura que el panorama es más grave: la pobreza general araña el 40% y la indigencia el 10% de la población.
Consultado por Montevideo Portal, el doctor en Ciencias
Sociales e investigador del CONICET explicó que los datos “están en línea con lo esperable”, y explicó que
la diferencia entre lo informado y la situación actual se da a partir del
promedio entre un primer semestre de 2022, que había sido continuidad del cierre
de 2021, y el agravamiento de la situación actual, donde se está viendo la peor
cara de la crisis económica argentina.
“Veníamos de una primavera electoral, una recuperación pospandemia muy fuerte, la reactivación de la economía con crecimiento del 10% interanual, caída del desempleo, recuperación de todos los sectores, especialmente de los no asalariados e informales, proceso de creación muy activo de puestos de trabajo; con inflación, pero no tan alta como este segundo trimestre del año”, señaló Salvia.
El director de Centro de Economía Política Argentina (CEPA) —que codirige con una de las directoras del Banco de la Nación Argentina, Julia Strada—, Hernán Letcher, entiende que el leve aumento de la indigencia y la baja poco acentuada de la pobreza se debe a “tres cosas”. Primero, a la evolución del precio de los alimentos, que subieron en promedio 35% mientras que los servicios, que completan la Canasta Básica Total, subieron en el orden del 20% promedio. Eso generó ese diferencial entre pobreza e indigencia.
“La segunda razón es que el nivel inflacionario fue significativo, afectó a todo: más indigencia y menos baja de pobreza de lo esperado. Es un comportamiento sostenido desde la pospandemia. El desempleo sí cayó abruptamente pero no la pobreza: porque no ha habido recuperación del poder adquisitivo en términos generales desde lo perdido en el gobierno anterior”, aseguró a Montevideo Portal quien también fuera concejal en San Martín (provincia de Buenos Aires) durante ocho años y es uno de los economistas referentes de Cristina Fernández de Kirchner. La tercera razón que explicaría el descenso de la pobreza es la ayuda social.
Por su parte, Salvia, cuya voz es una de las más escuchadas en la Argentina cuando salen los números de pobreza o del mercado de trabajo y cuando se habla de desigualdad, alerta sobre el agravamiento de la situación: “El impacto de la obra pública en materia de generación de empleo ya se estancó y cae, la reactivación del sector informal se retrae y la inflación se hace más virulenta; y ahí ya tenemos datos oficiales —aunque no informadas, pero sí está en los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares—: 9,4% de indigencia y 38,6% de pobreza”.
¿Qué explicaría esto?
Se explica por la inflación. Pero también por la falta de reactivación del mercado de trabajo y la falta de creación de empleo formal en pequeñas, medianas y en grandes empresas. Esto está prácticamente paralizado: después de la recuperación inicial, hoy solo algunos sectores exportadores más dinámicos están generando demanda de empleo agregada. Pero en general es sobre trabajadores ya incluidos, no entre los más pobres. Y si se genera algo hacia abajo es aun en mayor informalidad.
¿Entonces los datos que se informaron son menores?
Anunciaron los datos promedio del semestre, pero podemos estimar los valores actuales con los datos publicados por Indec para el primer trimestre —aunque no hayan calculado la pobreza y la indigencia—, porque permiten sacar cuáles eran los valores en ese momento y establecer el nivel actual a través del promedio semestral que informaron. Y sí, la tendencia es claramente un agravamiento de la situación en todos los niveles.
Con estos datos presentes, el futuro se presenta difícil. Letcher vuelve a referirse a la ayuda social como un elemento clave, ya que el actual nivel de pobreza, levemente menor que el anterior valor informado, se debe a que el pago de bonos en mayo y junio permitió mejorar la situación y evitó que la pobreza fuera mayor.
“Para adelante —explica el magíster en Economía— los ejes centrales son dos: si no hay bonos o ayuda, los indicadores de ingreso actuales no justifican pensar en reducir la pobreza; y, si no domás en buena medida el precio de alimentos, no podés aspirar a reducir indigencia”.
Consultado por Montevideo Portal acerca de un eventual control sobre los formadores de precios, Letcher, que a mediados de 2020 fuera propuesto por la propia vicepresidenta como secretario de Comercio, no está del todo seguro: “[Sergio] Massa es más bien ortodoxo y no cree tanto en eso... pero es más pragmático que ortodoxo, así que algo va a hacer”.
Los meses siguientes serán determinantes de cara al año electoral que se aproxima. En diciembre, como cada año, Odsauca publicará los datos de pobreza que elaboran y que suelen sacudir la opinión pública.