Por Gonzalo Charquero e Ignacio Palumbo

De cara a las elecciones internas, la precandidata del Frente Amplio (FA), Carolina Cosse, abrió las puertas de su casa a Montevideo Portal.

En medio de una intensa campaña electoral, la intendenta de Montevideo (ahora de licencia) se sentó en una silla de madera junto a su estufa a leña para hacer frente al frío. Detrás suyo, una inmensa estantería sostiene fotos de su niñez, la prosa de Gabriel García Márquez, textos de Física. Sobre la mesa ratona, un libro que su padre le regaló a su hija, pero que ella quiso quedarse para ella misma.

Desde el living de su casa, ubicada en Pocitos, la ingeniera aseguró que, de ser electa presidenta, su gabinete será paritario. También manifestó que hay “acciones” de este gobierno —sin precisar cuáles— que podría continuar una eventual administración suya, y dio su opinión acerca de si pondría o no más impuestos en caso de llegar a la Presidencia.

Al ser consultada sobre el plebiscito impulsado por el Pit-Cnt para introducir en la Constitución algunas disposiciones sobre el régimen de jubilaciones y pensiones, la precandidata puso la vista en el cielo. “Gracias al plebiscito la lámpara va a tener una revisita”, bromeó, al ver que una de las luces del techo estaba algo sucia.

Por momentos relajada, por momentos confrontativa, Cosse respondió al siguiente cuestionario.

¿Cómo lee su posición en las encuestas en la interna del FA?

No me pongo a analizar mucho las encuestas, la verdad. No les doy mucha bolilla. Respeto, por supuesto, el trabajo de los profesionales, pero verdaderamente no me detengo.

¿Ve una tendencia donde va a seguir creciendo?

Ni me gasto en ponerme a analizar. De verdad.

Se la ha señalado por tener poca llegada en el interior del país. Durante los primeros meses de su campaña recorrió varias localidades de distintos departamentos; ¿cómo es su vínculo con la realidad del interior hoy?

Ha sido siempre el mismo: de trabajo. He trabajado con responsabilidades a nivel nacional, he sido senadora, presidenta de Antel, he recorrido el país trabajando, me reciben muy bien.

Ahora en la campaña verdaderamente me colman de afecto y sobre todo de realidad. Yo estoy haciendo campaña para profundizar en la realidad, porque creo que el FA tiene que ganar las elecciones y tiene que ganar con más conocimiento, más caudal de votos, más fortaleza. Verdaderamente es una campaña intensa, de contenido. Me siento muy bien.

¿Cree que cambió esa percepción de que “Cosse no llega al interior”?

No me hago cargo de las percepciones. Hago lo que tengo que hacer, con un gran equipo, y creo que la gente lo valora.

¿Por qué presentó un plan de acción propio siendo que todos los candidatos del FA van con el programa del partido? ¿El programa es muy generalista?

Pudimos presentar un plan de acción porque hay un programa.

Es decir, ¿el plan de acción surge del programa?

El plan de acción surge de cruzar el programa con el territorio. Esto que digo de recorrer la realidad: me reúno con sindicatos, con empresarios, con organizaciones sociales, con la gente de a pie de los barrios, y la realidad que vamos tomando nos va reafirmando en marcar determinadas urgencias que por ahí uno las puede escribir, pero es distinto cuando las vas relevando en vivo y lo cruzás con un programa. Y de ahí surge un trabajo que hicimos con una gran cantidad de personas de cuáles serían las medidas de acción inmediatas para la seguridad. Porque además está bueno discutir propuestas. Entonces es un aporte al FA.

¿Qué orientación económica tendría un gobierno de Carolina Cosse?

¿En qué sentido?

En el sentido de si sería una visión por ahí más estatista, una visión más liberal… ¿Cómo se identificaría? Se ha hablado también, en sectores que la apoyan hoy en día, como el Partido Comunista de Uruguay, de un giro más a la izquierda. ¿Usted cómo se para frente a eso?

Me paro en la realidad. Porque acá no hay dogma de que aferrarse. Es la realidad conjugando elementos.

No creo que el mercado solo resuelva la realidad, está probado que no. Ni creo en un dogma de que el Estado tenga que estar en todo. Sí me parece que tiene que ser más eficiente. Me parece bien que esté en las áreas estratégicas.

Lo que creo es que hay que pararse en la realidad y poner foco en las cosas urgentes que hay que resolver; y con una segunda mirada casi simultánea de cómo prepararte para un futuro absolutamente incierto en el mundo.

El mundo, y Uruguay en ese mundo, tiene una enorme cantidad de desafíos y no parecieran estar muy sobre la mesa; hay que ponerlos. El trabajo, su precariedad, el trabajo del futuro, la matriz productiva, cómo escalar la producción nacional, qué lugar le vamos a dar de verdad a la ciencia (no es solo darle presupuesto, sino cómo va a formar parte de nuestra agenda).

¿Imagina alguna reorganización institucional?

Si fuera necesario. Creo que lo que hace falta primero es una buena política de ciencia, y después las instituciones que hagan falta. No sé si hay que pensar al revés, me parece que no.

Hablaba de áreas estratégicas. En particular, en el tema de las telecomunicaciones usted ha estado en Antel y ha criticado que a la actual gestión del ente le “falta rumbo”; si fuera presidenta, ¿qué acciones tomaría con Antel?

Primero, no trabaría el desarrollo. No dilataría una licitación del espectro del 5G por dos años. Seguro que eso no lo hacía, por ejemplo. Dos años se demoró. Estaba todo pronto y demoraron la licitación del espectro dos años. Antel estaba pronta para salir. Eso perjudicó al país. ¿Por qué esperar dos años?

¿Y parados desde donde estamos ahora qué tendría en mente para la empresa?

Pienso en particular en el mundo de los contenidos desde un punto de vista profundo. No de entretenimiento solamente, sino contenidos.

La explosión de inteligencia artificial es ineludible y eso va a necesitar buena energía, buenas telecomunicaciones, y eso es Uruguay. Así que creo que Antel tiene mucho para hacer ahí.

Foto: Javier Noceti.

Foto: Javier Noceti.

Retomando las propuestas de su plan de acción, el Plan PAÍS, los economistas que lo presentaron han dicho que su costo es 0,4% del PIB. ¿Cómo se financia ese aumento de gasto?

Lo que me plantea [el equipo] es que 0,4% del PIB se puede manejar perfectamente bien el primer año. Después viene el presupuesto nacional, que habrá que diseñarlo y presentarlo.

¿Cómo se ubica en ese debate de si se van a poner impuestos o no? ¿Un gobierno del FA pondría impuestos, como señala Álvaro Delgado?

Delgado se para en la superficie de las cosas. Yo creo que una política económica es mucho más que hablar de impuestos sí o impuestos no; tenemos que hablar de todo lo que tiene que ver con el manejo serio de la macroeconomía, pero también del desarrollo, la sostenibilidad, de hacia dónde vamos… Todo eso es una política económica. No qué impuesto se pone o qué impuesto no se pone.

Pero si llegara el caso, ¿es algo que puede estar sobre la mesa?

Creo que Uruguay tiene una carga fiscal que está en un punto intermedio entre el promedio de América Latina y la OCDE, y que no habría que mover mucho. No creo que tenga que ser ni cinco puntos más alta ni cinco puntos más baja. Entonces, no veo grandes cambios en ese sentido.

Hay todo un capítulo del plan dedicado a atender la violencia de género en Uruguay. Durante este período han aumentado las denuncias de violencia de género y en el gobierno entienden que este no es un indicador negativo, sino más bien de un incremento de conciencia y de no admitir más situaciones así. ¿Coincide?

Creo que falta información para coincidir en eso. Porque una de las cosas que me preocupa es el subregistro. Nosotros estamos preocupados por eso desde la Intendencia de Montevideo (IM), y la IM en tres años atendió 14.000 denuncias, que se transformaron en atender después a unas 4.000-5.000 personas. Y nos daba la sensación de que había subregistro. Nos parecía que había que hacer un trabajo para medir el subregistro, y justo ahí Inmujeres anunció que iba a hacer uno que al final nunca lo hizo. Estamos esperando todavía el estudio del ministerio sobre el subregistro; creo que habría que tenerlo. Los datos hay que tenerlos, porque ahí tendrías toda la información. Por un lado, está muy bien que la gente denuncie, y por otro implica un problema que la gente no se anime a denunciar.

Me parece que falta información. En cualquier caso, con la información que tenemos, el problema está complicado no solo por la cantidad sino por la calidad de las agresiones. Son cosas que parecen de otra realidad, de otro país y están pasando acá.

¿Considera que hay políticas de este gobierno que le gustaría continuar en su gestión si llegara a presidenta? ¿Cuáles y por qué?

Una cosa son algunas acciones concretas y otra cosa son políticas. Uruguay tiene dos caminos. Un camino conduce a que el próximo gobierno [sea] de vuelta un gobierno de la coalición; el otro camino conduce a un gobierno del FA. Son dos caminos. Un camino, este último, progresista; el otro es conservador o reaccionario. La política es mucho más que una medida: es un rumbo, un camino.

Por ejemplo, recién hablábamos de la economía. Si vos te fijás la gráfica de crecimiento del 2005 al 2015 y la gráfica de aumento del salario van juntas, y si te fijás la gráfica del crecimiento y la gráfica de la desigualdad se cruzan porque baja la desigualdad y crece el país; ahora es al revés: crece el país, crece la desigualdad. Entonces, ese círculo virtuoso para nosotros está en la tapa del libro. Hay que reconstituir ese circulo virtuoso porque estas políticas no van por ese camino.

Foto: Javier Noceti.

Foto: Javier Noceti.

¿Pero no se hizo nada bien en este gobierno?

Una cosa es hacer una cosa bien, puede ser. Pero en términos de rumbo, no. Tenemos un problema flagrante de seguridad que es mucho más que el número de delitos. Es los niveles de violencia de la sociedad para los cuales no se hace nada, es dejar solas a las personas. Recorrés la realidad y te encontrás con personas en situaciones de vulnerabilidad, de precariedad del trabajo que no tienen a quién recurrir. Están pasando cosas en el área del trabajo con un ministerio ausente.

¿Por ejemplo?

Recorran la realidad y pregunten a los trabajadores qué les pasa, cada cuánto los contratan, cuestiones de fragilidad de formas de contratación. Golpes que suceden sin ninguna previsión anterior.

¿Hay que endurecer las formas de contratación? ¿Eso es lo que está planteando?

No, lo que estoy planteando es que el Estado tiene que ser escudo de los débiles y que tiene que estar presente en la realidad. Saber lo que está pasando y articular para mitigar daños (si no hubiera más remedio) y para avivarse de generar oportunidades, porque si no los golpes que hay en la población son muy grandes.

Ahora, con esto de Fábricas Nacionales de Cerveza, 150 trabajadores en Minas es mucho. Porque es mucho más que 150 familias, porque esas familias que pasan al seguro dejan de consumir e impactan a toda la economía de Minas. Entonces esos golpes son importantes.

Habló de que no continuaría políticas de este gobierno, pero sí acciones. ¿Cuáles?

Habría que ver alguna acción. Lo que está bien lo vamos a seguir haciendo bien. El Estado tendría que ser más eficiente, tendría que estar presente (que no está), tendría que articular, tendría que estar en los territorios… No habría que dejar solos a los docentes enfrentando una realidad de sus clases y de los entornos.

En el capítulo del plan en el que se proponen cambios normativos, cuatro de ellos son cambios a normas de este gobierno (lavado de activos, restituir consejos en educación y hacinamiento carcelario —presentes en la LUC—, además de un decreto de 2020 “que fexibiliza los controles y vías de acceso a las armas”). ¿Se puede decir que hay un ánimo de hacer revisionismo de algunas leyes de este gobierno?  

¡Pero sin duda! Pero sin duda. Y está dicho explícitamente. Hasta me parece que mi opinión sobra, porque la realidad es tan nítida, son tan graves los problemas que estamos teniendo y tuvimos tanto aviso de los grado 5, de los referentes, de las organizaciones sociales y profesionales [que decían] “por aquí no es, por aquí no es” y lo votaron igual, y por ahí no era.

¿Por qué sigue sin tomar postura respecto al plebiscito sobre seguridad social?

Porque no me voy a apurar. Porque creo que no es momento.

¿Pero en eso también el peso que tienen los sectores y los partidos que la apoyan, en particular el Partido Comunista y el Partido Socialista, tiene que ver?

No, los sectores que me apoyan que son, a esta altura, más de 30, tienen la misma variedad de sensibilidades que hay en el FA. Hay sectores que están a favor, hay sectores que están en contra… No me presiona en lo más mínimo. Para nada. Creo que no es el momento para discutirlo y voy a decir siempre lo mismo. Habría que ver cómo hago para aburrir a los periodistas.

Es un tema relevante. A todas luces, el sistema previsional es muy importante para el país. Si usted es una de las candidatas del partido que hoy en día lidera las encuestas, ¿no sería relevante para la ciudadanía que sepa su posición al respecto antes de junio?

Y no estaría siéndolo, no.

¿Para usted no es relevante?

No, no es relevante porque yo conozco la realidad. Estoy expresando públicamente que no me voy a apurar, que primero tenemos que dejar que la Corte Electoral cuente las firmas, y porque además soy frenteamplista, profundamente. Aunque pueda morirme de ganas de opinar sobre las cosas, respeto los tiempos del colectivo. No me parece que le haga bien al FA que los compañeros estén discutiendo a través de los medios. Entonces voy a discutir en los ámbitos en los que tenga que discutir, cuando el FA decida que esto se va a discutir.

Los sectores ya han tomado posición.

Los sectores son los sectores, pero el Frente Amplio es mucho más que la suma de los sectores. El FA definió que esto se va a discutir después del 30 de junio, y yo lo voy a discutir en ese marco.

Por ejemplo, el tema del eventual costo económico que tuviera la propuesta…

Remito a la respuesta anterior. Go to one.

¿Podría, en el caso de que usted fuera presidenta…?

Remito a la respuesta anterior.

…podría gobernar con ese…?

Remito a la respuesta anterior.

Usted dice “Me podría estar muriendo de ganas de opinar, pero voy a hacer lo que hace el FA”. ¿Efectivamente se muere de ganas de opinar y no lo hace, o…?

Remito a la respuesta anterior.

Ustedes son intelectuales y tienen la capacidad de abstraer. Entonces, si se ponen tan literales…

Sobre la denuncia falsa presentada contra el precandidato Yamandú Orsi, usted ha señalado que “arremetieron” contra él. ¿Quién cree que está detrás?

No tengo idea. Es un tema que dilucidará la Justicia.

¿Pero apunta al Partido Nacional?

No apunto a ningún lado porque no me corresponde y no está entre mis costumbres presionar a la Justicia.

Delgado la acusó de apuntar al Partido Nacional.

Problema de Delgado.

¿Qué espera de la reapertura del caso del Antel Arena?

No presiono a la Justicia. Hay un informe de 80 páginas, se reabrió… Tengo confianza en la Justicia.

Usted ha ironizado con que en los medios o en la opinión pública en general la han tildado de “mala”. ¿Cómo cree que puede revertir esa imagen en esta etapa, cuando es clave la confianza que se transmita?

Esto no es un concurso de belleza ni de simpatías. Estamos definiendo el futuro del Uruguay. Entonces, yo me tomo las cosas en serio, no qué digo o qué hago para caer bien.

Si mañana pierde las internas, ¿va a ser vicepresidenta o va a volver a la IM?

Voy a hacer y voy a estar donde el FA quiera que yo esté. Como siempre.

Entendible, pero más allá de lo que el FA quiera, ¿qué quiere usted?

Yo voy a hacer lo que el FA quiera que yo haga. No estoy acá ejerciendo una voluntad personal. Yo soy una representante de un colectivo que me hizo una propuesta y yo acepté. Entonces, no es que uno hace lo que quiere. No es un tema individual, es un tema colectivo y yo voy a hacer lo que el FA decida que tengo que hacer. Encantada aceptaría como vicepresidente a Yamandú, y encantada sería su vicepresidenta. Ningún problema. Yo no le voy a poner ningún condicionamiento al FA. Nunca, como nunca lo he hecho.