El pasado jueves, el directorio de Antel aprobó un nuevo plan de tarifas mayoristas, que permitirá ofrecer servicios de fibra óptica a privados, entre ellos a los cableoperadores que cuentan con licencias de telecomunicaciones clase B.
Sutel, sindicato que nuclea a los trabajadores de Antel, había rechazado la idea desde el primer momento, y recibió en ese sentido el apoyo de la central sindical. De hecho, el Pit-Cnt solicitó al directorio del ente que “revea” su decisión.
En filas de la oposición, Alejandro Pacha Sánchez, líder de campaña de Yamandú Orsi, fue uno de los primeros referentes en manifestar su rechazo a la iniciativa, que calificó de “increíble”.
“Los privados, sin haber invertido un peso, van a usar la infraestructura de Antel para competirle”, escribió en X.
Posteriormente se sumaron más voces frenteamplistas al reclamo, entre ellas la de la candidata a la vicepresidencia, la ingeniera Carolina Cosse, quien fuera presidenta de Antel durante el gobierno de José Mujica.
En la misma red social, Cosse vertió su opinión sobre el tema, y apeló a una “azucarada” metáfora.
“El directorio de Antel resolvió habilitar empresas privadas a usar su infraestructura para que le compitan. Esto es como que la Coca Cola decida que Pepsi puede usar sus botellas, cajones y camiones para distribuir su producto. Insólito”, expresó.
El comentario de la exintendenta de Montevideo no cayó en el vacío. Por el contrario, generó reacciones tanto a su favor como en contra. Entre estos últimos, la mayoría señalaron que las compañías privadas pagarán a Antel por concepto de arrendamiento de la infraestructura utilizada.