La candidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio (FA), Carolina Cosse, cuestionó la propuesta del candidato blanco, Álvaro Delgado, sobre un “premio económico” para los estudiantes de nivel socioeconómico bajo que terminen el bachillerato.

“Yo creo que hay que ser muy cuidadoso con esas cosas, humildemente lo digo, porque es muy fácil caer en la demagogia”, sostuvo la exintendenta de Montevideo en una conferencia de prensa que brindó junto con el candidato frenteamplista, Yamandú Orsi, en Tacuarembó.

Para Cosse, la iniciativa de los blancos “denota un profundo desconocimiento de los mecanismos que ya existen en Uruguay”. Así, recordó las “asignaciones familiares”, que son “un soporte que se les da las familias para que los niños puedan terminar los estudios”.

“Ahí hay prestaciones que se pueden aumentar, e intercederían directamente en la pobreza infantil”, dijo la exintendenta.

Según la candidata a vice, lo que las niñas, los niños y los jóvenes “necesitan es sostén” para “parar la cantidad de suicidios que hay en todo el Uruguay”, y “los problemas de salud mental”, “en vez de andar tirando al viento propuestas que verdaderamente son muy demagógicas”.

“Creo que hieren el corazón de los uruguayos que tanto queremos a la educación pública”, afirmó.

De cara al próximo 27 de octubre, Delgado presentó algunas de las medidas que implementará en caso de convertirse en el presidente de los uruguayos. Una de ellas fue una política de shock en educación.

El director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura, Gonzalo Baroni, que también es asesor de Delgado en esta materia, explicó a Desayunos informales cuál es el fin de esta iniciativa.

“La transformación educativa ha hecho enormes avances. Hemos mejorado el proceso de calidad de los docentes, llegando a empujar el reconocimiento universitario. Mejoramos la gestión de los centros educativos; estamos mejorando el proceso de la gobernanza; se han cambiado los programas y planes de estudio que los jóvenes van a tener”, dijo el jerarca.

Sin embargo, afirmó que ese tipo de medidas “van a impactar con los que están ingresando” y “los que están dentro del sistema”. “Pero ¿qué pasa con los que están ya con un pie afuera, que están mirando de qué van a trabajar, que capaz ya tienen familia?”, se preguntó. Para este tipo de personas, que quizá no tengan el “incentivo a terminar las cinco, diez, siete, tres materias que les quedan […] ¿cuál es la motivación?”, insistió.

De ese modo, sostuvo Baroni, surgió la “política de shock”. “Necesitamos profundizar todo lo que venimos haciendo, pero, además, algo que rápidamente haga llegar a números más deseables de los que hoy en día tenemos”, explicó.

Delgado y el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, explicaron el pasado miércoles de qué va la “política de shock”.

“En los últimos 20 años subimos la tasa de egreso de Educación Media 20 puntos. Estaba en 32 en 2005, la tenemos en 52” ahora, indicó el ministro en una conferencia de prensa en la que se presentaron las propuestas sobre educación. “¿Vamos a tomarnos 20 años para llegar a una tasa de egreso del 72%?”, cuestionó Da Silveira.

“Estas cifras muestran que no estamos dando buenas respuestas a este problema, un problema absolutamente crucial. Estamos yendo demasiado despacio”, criticó el titular de la cartera, y añadió que la iniciativa del bono a los estudiantes de quinto y sexto de secundaria tiene el “espíritu” de “acelerar los procesos”.

Según argumentó Da Silveira, se utiliza la expresión de “política de shock” en ámbitos económicos o en la salud. “Bueno, estas cifras, esta mirada en el mediano plazo de cómo venimos y cómo vamos a seguir si no producimos cambios radicales, muestran por qué ahora toca una política de shock en la educación”, concluyó.

Por su parte, el candidato nacionalista insistió en que esta medida, que forma parte de su segundo piso de transformaciones, apunta a “acelerar el proceso de transformación educativa”.

“Uno de cada dos jóvenes en Uruguay no termina el liceo. En promedio. Pero cuando vamos a los dos quintiles más pobres, más de dos de cada tres no terminan el liceo. […] Tenemos un solo objetivo en el segundo piso de transformaciones: en el 1º de marzo de 2030, cuando nos toque entregar el gobierno a otro presidente, el 66% de los jóvenes hayan terminado la Educación Media Superior”, aseveró el exsecretario de Presidencia.