La exministra de Industria, Energía y Minería se lanzó como precandidata por el Frente Amplio hace varios meses y, si bien está por debajo de Daniel Martínez en las encuestas, se mantiene en segundo lugar, por delante de Mario Bergara y Óscar Andrade.
De cara a las elecciones internas, Montevideo Portal inició el ciclo Uruguay 2020 y la precandidata frenteamplista fue la primera en pasar por el estudio.
El informe audiovisual se encuentra en la parte superior de la nota y a continuación podrá leer la entrevista completa.
Imaginemos que es 1º de marzo de 2020 y comenzara tu mandato. ¿Cuáles son las primeras medidas que tomarías?
Integrar un gabinete paritario, implementar el plan de escuelas con siete horas, sentar las bases para armar un instituto independiente de Salud Pública sobre técnicas de alto costo y medicamentos de alto costo, disparar medidas anticíclicas para apalancar inversión privada en obra pública, entre otras cosas.
Algunas encuestas reflejan cuáles son algunas de las preocupaciones de la población. El empleo es una de ellas. ¿Cuáles son las medidas que deben implementarse sobre este tema?
Creo que va a haber que tomar, en todos los temas, no una medida sino un conjunto, una batería de medidas, sostenidas y cambiantes en el tiempo. Para el caso del trabajo creo que hay un sector de la población que está bien preparado, lo prepararon bien los gobiernos del Frente Amplio en asumir trabajos del futuro, trabajos de alto grado de valor agregado, pero hay otro sector que no. Entonces, nosotros necesitamos disparar las dos corrientes de oportunidad al mismo tiempo. ¿Cómo lo vamos hacer? Impulsando y promoviendo la obra pública a través de la inversión privada. Para eso tenemos instrumentos como las PPP o el mercado de capitales minoristas. La obra pública tiene la condición de que ocupa a mucha gente y no necesariamente se requiere altísima calificación.
Al mismo tiempo, para otro sector de la población, industrias incipientes con buen desarrollo o sectores nuevos de la actividad, medidas estructurantes o de cambio. Por ejemplo, promover intensamente llevar la industria del software al interior. En el interior tenemos una enorme oportunidad. La industria del software en el Uruguay tiene una enorme oportunidad en el interior, porque con la matriz de telecomunicaciones que tenemos no es necesario que los jóvenes que están estudiando en Paysandú tengan que venir a Montevideo.
En el medio creo que tenemos que tener una campaña ofensiva, intensa, de capacitación. No alcanza Inefop, que se ha desempeñado muy bien. La UTU, la escuela de formación técnica, en un país que quiere estructurar y volver más compleja su matriz productiva, la formación técnica es central. La UTU va a tener que tener un rol protagónico, muy cerca de los ámbitos productivos y viceversa, y encarar temas como, por ejemplo, la formación dual.
Tal vez por tu profesión y los cargos en los que has actuado, el tema tecnología aparece muy presente. Hablás de la industria del software, en alguna entrevista has hablado de la industria audiovisual. ¿Es en materia educativa en donde se requiera tal vez el principal cambio para generar allí un clic y poder avanzar en estos asuntos?
Dos cosas: hablo de tecnología, pero no porque sea un tema mío, que lo es, sino porque creo que le va a cambiar la vida a las personas. Creo que estamos rodeados en cualquier área de tecnología, aunque no lo queramos ver. Por otro lado, también pienso que el período que se viene, por eso lo nombro como una segunda generación, va a requerir cambios en todas las áreas, cambios cualitativos, no seguir haciendo lo mismo mejor sino hacer cosas nuevas. En el área de educación, creo que vamos a tener que ser muy maduros, muy participativos, y tener una muy buena comunicación. Todo lo que es el embrollo administrativo de la educación hay que resolverlo, y se resuelve para mí con una fuerte digitalización y con mejoras de procesos en las horas de los docentes, la burocracia cuando una escuela tiene que arreglar un vidrio... Esas son cuestiones administrativas que nos enredan y no nos dejan ver el centro de la cosa. El centro es para qué estamos educando. Para qué. En qué tenemos que educar. Creo que, sin lugar a dudas, la educación en ciencia tiene que tener un lugar destacado, y tiene que tener un lugar resignificado la educación en humanidades, porque en un mundo en el que estamos rodeados cotidianamente por inteligencia artificial, las humanidades van a cumplir el papel que siempre han soñado. Vamos a necesitar cada vez más filósofos, abogados que comprendan los nuevos desafíos del mundo actual, y una formación integral en las personas. Así que creo que esa es la discusión de fondo en la educación, y en el medio tenemos que ver cómo potenciamos los puntos de presencia de la educación en el territorio para fortalecerlos, por eso las siete horas.
Un poco relacionado con el tema empleo, pero tal vez no solamente por eso, muchos políticos, también economistas y la sociedad en general ha planteado la necesidad de bajar tarifas públicas. ¿Hay alguna manera de avanzar en este asunto?
Sí, pero con realismo. Hay cosas que habrá que ensayar, por ejemplo, de noche tenemos exceso de energía. Eso a mí me invita a dos cosas: un proyecto de almacenamiento de energía, que en sí mismo genera trabajo, y usar esa energía para promover tarifas super promocionales con la condición de que las empresas produzcan lo mismo o más. Esa es una aproximación. Otra aproximación es aprovechar las cuestiones que exceden el presupuesto de UTE, que tiene una planificación anual de presupuesto, y si llueve más o hay más viento generalmente hay una ganancia extra más allá de la planificada. Bueno, yo creo que se puede generar un fondo con ese extra, controlarlo, que sea transparente, y dos veces por año repartirlo.
Desde la oposición, y con fuerte énfasis en esta campaña, se está hablando de los números del Estado, por ejemplo, del déficit fiscal. ¿Es prioridad en un gobierno tuyo intentar acomodar de alguna manera estos números?
Yo creo que el déficit fiscal es importante, pero creo que es importante marcarlo en el contexto histórico que tenemos, porque este mismo déficit fiscal en una economía que se viene bamboleando desde hace años es una cosa, pero este déficit fiscal en una economía que viene creciendo hace 14 años es otra. Ese es un primer baño de realidad y calma, alarma no. No es que tenemos este déficit fiscal y nuestra economía va hoy para allá y mañana para acá, venimos con una economía con un crecimiento sostenido y tenemos este déficit fiscal. Lo otro es entender el componente del déficit fiscal: hay una parte del déficit que es el primario, que es el resultado global del Estado, que es como te da la suma y resta del Estado. Ahora, a eso se le suma lo que es el resultado financiero, que básicamente son los intereses del pago de la deuda, y ahí es donde se produce un salto importante. De cualquier manera, es un indicador que hay que cuidar. Ahora, ¿cómo lo tenemos que cuidar? Buscando oportunidades de ahorro en todos los rincones de la administración, no creo que haya una receta porque la administración es diversa, son realidades distintas, las cosas complejas requieren soluciones a medida. No se puede cortar todo parejo. Hay que buscar oportunidades de ahorro, hay que mejorar la calidad del gasto con medidas concretas. Por ejemplo, creo que hay muchos programas de atención a la infancia, que me parece prioritario, pero creo que para ser más efectivos tenemos que juntarlos a todos en una sola cosa porque capaz que hay programas que se están solapando, y eso es mejorar la calidad del gasto. Pero no alcanza con gastar menos y mejorar la calidad del gasto. Es como en tu casa, si vos tenés siempre el mismo trabajo y te cuesta llegar a fin de mes y lo único que hacés es gastar menos y mejorar la calidad del gasto, llega un punto en que no podés más. Entonces, ¿qué tenés que hacer? Ganar más. Y para ganar más hay que ampliar la matriz productiva, por eso yo hablaba de obra pública y los nuevos sectores, porque si la matriz productiva hoy fuera una paleta de colores capaz que tenemos colores más intensos, sectores que han mejorado, pero tenemos más o menos los mismos colores. Yo quiero que aparezcan colores nuevos para que sea más sustentable, y eso nos va a dar aire en más recaudación, más valor agregado, retención de talentos. ¿Y cuáles son esos otros colores? Audiovisual, software, industrias creativas, trabajos que ni sé cuáles van a ser porque hace tres años no había trabajos que ahora hay... Farmacéutica, química, nanotecnología, procesamiento mecánico de la madera, todo eso.
Otro tema que según las encuestas preocupa bastante a la población es el de la inseguridad. ¿Qué debe hacerse en este asunto?
Yo creo que es un tema que se debería encarar también sin una frase corta, sin una solución facilonga, con mucho esfuerzo colectivo de parte del Gobierno, con mucho profesionalismo, con mucha planificación. Creo que los operativos, que han funcionado bien, realmente han sido un éxito, han sido hechos así, con planificación, con rigurosidad, con integración de equipos. Creo que esa tiene que ser la regla. Creo que en el territorio no puede haber un solo equipo trabajando. No funcionan los territorios complicados que vaya a entrar solo gente del Ministerio del Interior. Tienen que entrar equipos integrados, multidisciplinarios, con gente del Mides, gente de Salud, gente de Educación y gente del Ministerio del Interior. Eso se planifica, no es decirle a la gente 'andá, que van a ir juntos a tal barrio', hay que planificarlo y comunicarlo.
Se ha planteado en diversas ocasiones la necesidad de reformar el sistema carcelario. ¿Es un punto en el que se deba insistir para mejorar la cuestión de la inseguridad?
Sí. Vamos a tener que pensarlo distinto. Separarlos (a los presos) quizás no en lugares tan grandes. Estudiar las formas de que los presos tengan que trabajar. Vamos a pensarlo.
Hay proyectos para las cárceles, pero no son generalizados.
Sí, y funcionan muy bien. Creo que hay separar por un lado penitenciaría de lo que es prisión. Unas deben tener una rigurosidad importante, las penas se tienen que cumplir. Eso siempre requiere, además de la obra pública, a los tres poderes sentados en la mesa y conversando. Pero ese es un punto. A mí me parece que tiene que ser algo que pueda dar la oportunidad de rehabilitarse pero que lo tengan que pensar dos veces antes de delinquir.
¿Cómo esperás que sea tu relación con las Fuerzas Armadas?
Yo, presidenta, sería la comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, por lo tanto, la relación es que soy la comandante, como lo marca la Constitución. Y como líder de cualquier equipo siempre promuevo el diálogo, las cuestiones razonables, el bien de la patria.
¿No sentís que, en aumento por cosas que sucedieron en las últimas semanas en las últimas semanas, está un poco quebrada la relación entre las Fuerzas Armadas con el Gobierno y el resto de la sociedad?
Me parece que la gran mayoría de los integrantes de las Fuerzas Armadas eran estudiantes o niños cuando sucedió la dictadura, y creo que hay algún puñado de nostálgicos que están tratando de envolver a esas Fuerzas Armadas de una cultura corporativa que solo les hace daño. Creo que estas cosas dolorosas que han pasado son una oportunidad para que las Fuerzas Armadas actuales reflexionen, entiendan cuál es su verdadero papel, entiendan su base conceptual de plegarse a la Constitución, defenderla, defender la libertad y la democracia y despegarse, desmarcarse de los que encubren criminales.
¿Cómo esperás que sea la búsqueda de detenidos desaparecidos en tu Gobierno?
Yo voy a poner la disposición todos los elementos legales y técnicos para que eso avance porque creo que es una cuestión histórica de Uruguay que trasciende el dolor de los afectados, es un tema que trasciende el dolor, es un tema de comprensión y de construcción histórica de la nación. Dentro de 50 años, cuando unos niñitos estudien la historia del Uruguay, yo prefiero que estudien que Uruguay resolvió su historia con valentía, de frente, y no que barrió abajo de la alfombra. Es eso, es qué les vamos a dejar, cómo vamos a construir la dignidad histórica de nuestro país, y por eso los honestos de las Fuerzas Armadas tienen que ayudar.
¿Qué opinás de todo lo que pasó con las actas del Tribunal de Honor?
Me parece que siendo un hecho doloroso puso sobre la mesa el tema de una forma que permitió que la democracia saliera fortalecida, y eso nos recordó a todos que nunca podemos bajar los brazos y que siempre hay que estar atentos a todo. Respaldo totalmente lo que hizo el presidente.
Compartiste con Jorge Menéndez cuando eras ministra. ¿Qué opinión tenés de él y de cómo actuó?
De cómo actuó sé muy poco porque ya no era ministra. De él sí, un gran compañero, me dolió mucho su situación personal, con una enfermedad horrible. Un gran compañero de gran compromiso político, anteponiendo siempre el proyecto. Lo respeto mucho.
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