¿Qué explicar, qué decir?
P: Ariel, antes de preguntarte qué se hace con los niños, te pregunto cómo se explica a los niños lo que se está viviendo. Hoy en día no se puede ocultar nada, tampoco tiene sentido y mejor que entiendan de sus padres cuál es la realidad ¿verdad?
R: A esta altura, seguramente los padres ya se las habrán arreglado para explicarles a sus hijos esta situación que vivimos, pero a la hora de responder esta pregunta se me ocurre sugerir a los padres que primero pregunten al niño qué sabe él de esto que está pasando, y qué le preocupa de esta situación. Sobre la respuesta que recibimos, armaría la nuestra.
Los padres en general conocen a sus hijos de modo que les pueden explicar " a medida". Esto no solo significa tener en cuenta la edad del niño sino sus peculiaridades. Por ejemplo, algunos niños pueden angustiarse por explicaciones con demasiados detalles o por información que ellos no necesitaban o no estaban aún capacitados para entender. Recordemos que los niños muchas veces, incluso cuando preguntan, más que respuestas están buscando ser escuchados ...
La calma de los padres
P: Me imagino que lo primero para que los niños no estén nerviosos es que los padres tomen con calma la situación- ¿Es más fácil decirlo que hacerlo?
R: En general los niños están observando todo el tiempo, con una percepción especial del otro que los adultos perdemos y que, no me quiero ir de tema, pero temo que con el uso excesivo de los dispositivos los niños pierdan también. Esta percepción implica aprender más de lo que llamamos "lenguaje no verbal", una forma de trasmitir mensajes que diferentes estudios señalan que sería el 60 a 70 % de nuestra comunicación. Imagina a un padre diciéndole a su hijo que no pasa nada, que esto es un tiempito, mientras está en el supermercado comprando exageradamente, como si se terminara el mundo... Por eso, se necesita calma en los adultos. Evitar estar todo el día "enchufado" a las noticias.
P: ¿Cómo se maniobra entre tratar de que no se preocupen y no arriesgarse a que crean que si dicen que tienen miedo están actuando mal?
R: Esta situación es compleja porque no podemos usar nuestra experiencia para afrontarla. Por eso tenemos que hacer lo que nos dicen las autoridades que hay que hacer. En este caso, las autoridades son las que gobiernan nuestros países y se supone que, por lo menos en el caso tanto de Uruguay como de Israel se basan en autoridades mundiales como la Organización Mundial de la Salud.
Ahora bien, nosotros como autoridades en nuestra casa, al educar, ¿tenemos que tratar de que nuestros hijos no se preocupen? Personalmente discrepo con una frase que se ha vuelto común; "no hay que preocuparse, hay que ocuparse". La verdad es que para ocuparse hay que primero poner la atención en que allí tenemos un problema, o sea hay un paso previo que le llamamos "pre-ocuparse" . El asunto es, como siempre, lo exagerado de la preocupación o, quedarnos solo con ese sentimiento, sin pasar a la acción, o sea ocuparse. En este caso ocuparse quiere decir, no solo las medidas de higiene adecuadas, sino sacrificar determinadas salidas y actividades previamente planificadas. Lo importante de esto es que puede ser una buena oportunidad para explicarles que no sólo lo hacemos para cuidarnos nosotros, sino para cuidar a otros.
P: Y de por medio está el tema del miedo.
R: Claro. Como todo sentimiento, depende de un pensamiento que está en su base. Esta semana atendí un niño de 8 años con miedos muy importantes debidos a esta enfermedad. Los padres me decían que el niño le tenía "miedo al corona virus". Los padres le decían que es como una gripe, que no pasa nada, pero el niño tenía reacciones de pánico. El tema es que este niño manejaba la información de que las personas con diabetes tienen riesgo mayor en esta enfermedad. En la entrevista surge que él piensa que su papá es diabético Su papá tiene un tema con la glicemia pero no es diabético. Para cuidarse come alimentos de diabéticos El miedo no es por el Corona virus ,sino a lo que el niño supone que le pasará a su padre. El miedo pasa a ser coherente, "entendible". Lo que pasa es que la información que maneja no es adecuada.
P: Qué importante tener la información correcta...
R: Exacto. Además a veces el miedo es regulador de nuestro comportamiento. Lo que es complicado es la intensidad y lo irracional del miedo. Esto es: un niño cumple con medidas de higiene adecuadas porque entiende que esto es lo mejor para él y para los demás, pero este nivel de "madurez" no es para todo el mundo. Otro niño lo hace porque se lo indican las personas que reconoce como figuras de autoridad. Y otro lo hace por miedo a contraer la enfermedad. Por supuesto que lo mejor no es esto último pero este miedo actúa como regulador de su comportamiento. El problema es si este miedo lo paraliza o es tan intenso que no le deja vivir en paz...
Ana, tú me preguntas sobre cómo manejarnos con niños que pueden tener ciertas manifestaciones emocionales, y yo pienso, que dentro de lo complicado de esta situación, algunos padres en estos días podrán aprender mucho de sus hijos. Entre otras cosas, a ver cómo los niños afrontan lo que nos está tocando vivir. Para eso, no necesariamente tenemos que "ponerles colchones" en sus vidas para evitar golpecitos que nos ayudan a crecer.
¿Y en casa qué hacemos?
P: Un tema muy grande, porque tiene aristas prácticas muy concretas, es cómo se maniobra con los nenes en casa. Esto es importante para quienes siguen trabajando afuera, para quienes pasan a trabajar en casa y para quienes simplemente se quedan en casa, pero no saben qué hacer con los nenes todo el tiempo, cuando no hay ni cine, ni comer afuera ni shopping.Y a propósito lo digo en tono lo más superficial posible. Es un hecho que hay que encontrar alternativas. Y claro que te pregunto esto para poder ayudar a quienes no quieren solucionarlo todo enchufando a los nenes a la tele todo el día, o cargándoles el celular cada pocas horas.¿Cómo sugerís maniobrar?
R: Las situaciones que planteas son diferentes dependiendo de si tengo que dejar a mis hijos en casa o si "tenemos que quedarnos todos en casa". Este último escenario es al que yo aplicaría la palabra CRISIS como en el ideograma chino, donde el concepto de CRISIS implica "peligro" y "oportunidad". Ojalá podamos aprovechar "lo malo" de lo que está pasando para transformarlo en una oportunidad de convivencia distinta a la que hemos acostumbrado a nuestros niños. Es una oportunidad para llevar a cabo lo que llamamos el ARTE de Educar. En la palabra ARTE se representan cinco conceptos fundamentales para que los padres podamos ejercer nuestro quehacer: AMOR, ATENCION, RESPETO, TIEMPO y EMPATÍA.
Para que esto sea posible necesito, como padre, estar físicamente presente y emocionalmente disponible. Lo que venimos notando desde hace algunos años en la consulta, es que la presencia física y la disponibilidad emocional de los padres es menor. La presencia física se mide por el tiempo que elegimos para estar con nuestros hijos. La disponibilidad emocional, por la atención que les dispensamos. Y de estos dos factores el que más está complicando el vínculo padres - hijos es la disminución de la atención de los padres debido al uso excesivo de los dispositivos. Otra vez," peligro y oportunidad". Peligro de que en estos días de encierro obligado aumente el aislamiento intrafamiliar por uso excesivo de la tecnología; o una gran oportunidad de des-conectarnos de lo tecnológico y re-conectarnos entre nosotros. Tal vez podamos aprovechar a recuperar las ceremonias familiares, por ejemplo, una comida casera donde todos colaboren, una cena sin nada electrónico, desempolvar los juegos de caja, las cartas, etc. ¿Por qué no?
P: Sin duda, suena a buena oportunidad. Los padres de niños y jóvenes viven en muchos casos luchando contra las redes, el celular que los tiene prendidos. Esta época no ayudará en este esfuerzo ¿verdad?
R: Sobre la tecnología, yo sugiero que se use con horarios. Dosificada.
Lo mejor sería planificar una rutina que incluya hora de levantarse y acostarse, hora de alimentarse, ejercicio físico, actividades manuales etc. Si habrán cambiado las cosas que me escucho y me parece estar hablando de ciencia ficción.
P: Eso es triste...pero es así. Estos días estaba pensando, y escribí una nota sobre ello, que sin olvidar los riesgos a la salud, hay algo positivo en este aislamiento social que se nos impone. Hay que estar recluidos en casa, minimizar las salidas, no se dedica tiempo a compras ni viajes y uno está sólo o más que nada con sus seres queridos más cercanos. No me parece que eso esté mal, quizás nos deja alguna enseñanza. ¿Te parece que se puede volver a transmitir ese valor a los niños?
R: Suponiendo que tuviéramos que permanecer en casa una o dos semanas. ¿Por qué no aprovechar para armar la "familia-equipo"? La diferencia de la "familia-equipo" con la "familia actual" es que en la primera, como en cualquier equipo se tiene bien claro quiénes son los capitanes y quiénes los jugadores. Los capitanes ponen las reglas, que se llaman "límites". En la familia equipo todos tienen un rol, todos colaboran. La familia-equipo aumenta la probabilidad de desarrollar el sentido de pertenencia, uno de los factores protectores de la autoestima. Otra vez, mucho más fácil decirlo que hacerlo, es cierto. Si nos proponemos aprovechar lo que nos toca vivir en estos días y hacer algo diferente en el vínculo con nuestros hijos, tal vez podamos encontrarle sentido a todo esto, cuando esta situación se transforme en anécdotas. Se empieza por soñarlo.
P: Que así sea. Muchas gracias Ariel. Y que gocemos todos de buena salud.
R: Que así sea. Gracias a ti.
Ana Jerozolimski