Antes de la pandemia, los resultados de aprendizaje ya eran bajos y excluyentes en los países de América Latina, donde la identidad, el origen y la capacidad determinan las oportunidades de educación.

En 21 países de la región, por ejemplo, los estudiantes de los hogares de mayores ingresos tienen cinco veces más probabilidades que los más pobres de terminar la enseñanza secundaria superior.

Sólo la mitad de las personas de 15 años alcanzan un dominio mínimo de competencias lectoras, mientras que indígenas y afrodescendientes muestran tasas de rendimiento y de alfabetización más bajas que el resto de la población. En promedio, los adolescentes con discapacidad tienen un 10% menos de probabilidades de asistir a la escuela que aquellos sin discapacidad.

"Los sistemas educativos de la región no sólo se caracterizan por su baja calidad, sino también por sus altos niveles de desigualdad y exclusión social. Este problema se ha visto exacerbado con la pandemia", dijo Javier González, director del Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe (Summa), uno de los participantes en el informe "Todos y todas sin excepción", presentado este jueves en Santiago.

El reporte fue producido por el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo y la oficina de la UNESCO en Santiago.

"La pandemia tiene tres consecuencias para la inclusión en la educación: la falta de aprendizaje, una mayor pobreza producida por la recesión, y la interrupción de los servicios de apoyo. Todas ellas afectan más a las alumnas y los alumnos desfavorecidos", alerta el informe.

Los resultados se dan pese a que los países de América Latina y el Caribe han aumentado el gasto en educación. Si en 2000 la región destinaba en promedio un 3,9% del PIB a educación, en 2017 este aporte subió al 5,6%.

- Educación a distancia, sustituto parcial -
Enfrentados a la pandemia, los países de América Latina lograron extender la educación a distancia a la población total más elevada de alumnos potenciales (91%), muy por encima del promedio mundial (69%), principalmente través de la televisión (86%) y la radio (50%).

De acuerdo a datos recopilados en el informe, en mayo de 2020, dos meses después de que se detectaran los primeros casos de coronavirus en la región y con ello se cerraran todos los colegios, de 26 países latinoamericanos siete tenían plataformas de aprendizaje, 22 ofrecían contenidos digitales, 13 utilizaban contenidos de material didáctico y redes sociales, y 20 impartían educación a través de programas de radio o televisión.

En países como El Salvador y Honduras se presentaron también contenidos educativos en la plataforma YouTube.

El reporte destaca los esfuerzos de los gobiernos por apoyar específicamente a los alumnos más desfavorecidos. En Uruguay, por ejemplo, se destaca la política para hacer más accesible el acceso a internet, con una asociación con una empresa de telecomunicaciones para suministrar a todos los alumnos acceso sin cargo a contenidos educativos.

Sin embargo, la educación a distancia y el extensivo cierre de las escuelas agravan el riesgo de dejar aún más atrás al alumnado más desfavorecido.

"Esta solución sólo ofrece un sustituto parcial de la experiencia educativa", dijo Manos Antoninis, director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, durante la presentación virtual del informe.

Con información de Agencias