La coordinadora del equipo de antropólogos que trabaja en el Batallón de Infantería Paracaidistas n° 14, donde se encontraron los restos óseos el pasado martes, Alicia Lusiardo, brindó declaraciones y dio más detalles de las características del trabajo que queda por delante, pero también de los huesos que se hallaron.
En primer lugar, comentó que este jueves terminaron de retirar todos los restos y lo que se hará a partir de ahora es trasladarlos a un laboratorio con la debida cadena de custodia para iniciar una fase doble: una parte de análisis y otra de seguir en el terreno, pero en esta ocasión inspeccionando todos los sedimentos asociados a esta fosa en particular.
Los expertos pasarán todos los sedimentos por un tamiz para encontrar elementos más pequeños que puedan haber quedado. Allí el abanico de lo que se pueda encontrar es grande: prevén que pueda haber algún hueso pequeño o evidencia relacionada a la vestimenta de la víctima, por ejemplo.
Al momento, dijo Lusiardo a Subrayado, no se encontró ninguna vestimenta relacionada a estos restos, así como tampoco ningún efecto, como puede ser alguna moneda o un objeto cultural que dé algún indicio.
“El levantamiento de estos restos se hicieron prácticamente de manera individual, se fueron levantando, registrando, codificando y embolsando. Esos restos están llenos de cal, tienen sedimentos asociados, entonces lo que hay que hacer ahora es un registro de lo que hay en cada una de esas bolsas y hacer una limpieza adecuada al tipo de sedimento que tiene adherido y al estado de conservación de la pieza”, indicó sobre el proceso a futuro.
“Una vez que eso esté limpio, se coloca en posición anatómica y se hace un inventario muy detallado del estado de cada pieza y se procede entonces al análisis de perfil biológico, de traumatismo y de cualquier característica que pueda tener el esqueleto”, añadió, y explicó que el trabajo llevará un mes aproximadamente.
Con respecto a las muestras de ADN que serán retiradas de los restos, la coordinadora apuntó que es importante que se lleven al laboratorio lo antes posible porque el análisis de extracción genética demora más que cuando la muestra es de sangre o saliva. Tardará aproximadamente un mes, pero se comienza a contar una vez que el laboratorio recibe el material.
“Tampoco se puede tomar la muestra sin un análisis mínimo del esqueleto y elegir el hueso para tomar esa muestra. Como la muestra es destructiva, tenemos que registrar esa pieza, medirla y hacer todo lo necesario para hacer ese registro, pero para eso hace falta la limpieza, por eso hay un trabajo previo mínimo, para hacer esa selección y hacer el envío”, comentó
En cuanto a lo que realizarán los antropólogos, Lusiardo destacó que es necesario que se trabaje en el sedimento y cuando se termine la exploración se va a poder seguir con el plan que tenían previamente, que es continuar trabajando en el área cautelada, es decir: “La trinchera 406 se tiene que abrir y así seguir en el terreno abordando toda el área cautelar”, expresó.
Consultada sobre si tienen expectativa de que pudiera haber más restos, Lusiardo respondió: “Si nosotros no tuviéramos expectativas, no plantearíamos una necesidad de una cautela. Creemos que sí, que tiene que haber más restos, sabemos que es una tarea muy lenta por lo que comentábamos antes de que el predio militar es muy grande, que la información es muy pobre en términos de precisión y es un trabajo muy sistemático y se necesita a veces mucho tiempo para lograr uno de estos hallazgos”.
“Al ser un predio militar, y estamos hablando del tercer hallazgo en un radio de 100 metros, creemos que la zona puntual, esta parte de la cautela, adquiere más interés. Queda mucho terreno por explorar de esta área que está cautelada. No hemos abordado ni la mitad de la zona cautelar”, apuntó.
Finalmente, dio algunos detalles de este hallazgo en particular: dijo que es el que fue ubicado con menor profundidad y que consideran que la “potencia” del lugar no les permitió hacer un pozo más grande, porque habrían necesitado una máquina con mayor potencia.
Entonces, a nivel de profundidad hay una diferencia con los hallazgos anteriores, pero destacó que la presencia de una losa, si bien ya se había detectado, no se da en todos los enterramientos. Por último, destacó la gran cantidad de cal que tenían los huesos.
“La abundancia de cal es llamativa, siempre hay cal, pero en este caso es abundante, generando incluso un molde de parte del cuerpo y no hay vestimenta, que siempre aparece”, concluyó.