Por María Noel Domínguez
manoeldominguez
Fotos: Lori Barra (Difusión)
Violeta, el nuevo libro de Isabel Allende, recorre un siglo que empieza con una pandemia y termina con otra, de la mano de un personaje entrañable.
Violeta es una mujer aguerrida, que defiende a toda costa sus amores, sus convicciones, su familia y al resto de las mujeres, en las diferentes etapas de su ajetreada vida.
La historia contada a través de un personaje es un camino que Isabel ya recorrió en La casa de los espíritus y que vuelve a transitar en Violeta con más sabiduría y la misma delicadeza para hablar del amor, la vida y la muerte.
Este libro es para leer, querer, aprender y regalar, porque todos merecemos Violetas.
En Violeta transcurren 100 años de historia y está de vuelta reflejada esa capacidad de abarcar períodos tan largos en la historia de los personajes principales.
Es que habla de un siglo fascinante. El siglo que le tocó vivir a mi madre y a mí también. Un siglo de guerra, de violencia, de terrorismo, de revoluciones, del holocausto. Pero también de grandes avances. En el feminismo, en los derechos de los obreros, avances en el aspecto racial, en la tecnología, en la ciencia. Un siglo fascinante.
Mencionás a tu madre, que falleció hace poco y con la que tenías una conexión muy especial.
Cuando murió mi madre, algunas personas que la conocían bien y que conocían la relación tan íntima que teníamos, me dijeron "escribe sobre tu mamá", "escribe la historia de ella". Y traté. Mi mamá era una mujer especial, fantástica, pero no tuvo una vida extraordinaria. En gran parte porque nunca pudo mantenerse sola. Ella vivió dependiendo primero de su padre, después de un marido, después de otro marido, después de mi.... y en el fondo muy frustrada por eso. Yo empecé a trabajar muy temprano, porque para mí fue siempre primordial poder mantenerme sola. Pensaba y sigo pensando que no hay feminismo posible si tú no tienes control sobre tu vida, control sobre tu fertilidad y tus finanzas.
Y mi madre empezó a confiarme como a los 70 años que se sentía frustrada por lo poco que había podido hacer en su vida; teniendo tanto talento para tantas cosas, no lo desarrolló. Tampoco podía escribir sobre la vida de ella porque el duelo era muy cercano.
Entonces surge Violeta, que es un personaje parecido a mi madre, que nace ese mismo año, en esa clase social, en ese tipo de familia, que tiene una institutriz inglesa, todas esas cosas. La diferencia es que ella se puede mantener sola desde muy temprano y entonces puede tomar sus propias decisiones con mucha más libertad. Pero también es testigo, como mi madre, de muchos cambios.
Violeta tiene muchas cualidades extraordinarias para su tiempo, como esa de generar su dinero.
En aquella época, una mujer que tenía independencia económica era generalmente porque había heredado dinero. Y para mí era importante que Violeta empezara de cero, o sea que la familia pierde todo y terminan en lo que ellos llaman "El destierro". En el fondo ellos descienden de clase social, pierden su estatus y encuentran otra familia, otra comunidad, una vida mucho más interesante en eso que ellos llaman destierro. Y esas amistades, esos amores, esa camaradería que Violeta tiene desde la infancia con esa gente, permanecen toda la vida. Su mejor amiga, su sostén en la vejez es Etelvina, la mujer que trabaja en su casa por 40 años. Ese personaje está basado en Berta Beltrán, la mujer que trabajó con mis padres por 41 años. Mis padres murieron en sus brazos y en los míos. Ella es más que mi hermana y fue más que hija para ellos.
Violeta se rodea de personajes muy particulares a lo largo de su vida, como el adorado ""Torito", ¿Cómo fueron apareciendo?
No tengo idea. Porque pasa nomás. Yo empiezo el libro y no tengo idea para dónde voy. Empecé el libro pensando en la casa donde nació mi madre y las tías y el tipo de familia que eso era. Y de ahí fueron pasando cosas. Por ejemplo, cuando tuve que describir la casa, para dar una idea de lo grande que era y lo numerosa que era la familia y el estándar de vida que tenía, cuento que hay muchos empleados y que había uno que se llamaba "Torito". que era un muchacho con algunos problemas mentales que hacía el trabajo pesado. Ese personaje está basado en alguien en la casa de mi abuelo llamaban "el hombrecito". Venía una o dos veces por semana y limpiaba vidrios, pasaba viruta al piso, limpiaba la platería.... hacía esas cosas. Nunca supe el nombre de "el hombrecito". Y yo necesitaba en esa casa "un hombrecito", pero pensé que "Torito" era mejor. Pero luego la familia pierde todo, se van al destierro. ¿qué van a hacer con Torito que no tiene familia? No lo pueden abandonar. Entonces se lo llevan y Torito en el campo se transforma, porque allí encuentra su lugar. Y empezó a crecer como personaje sin que yo me lo planteara, hasta que al final tiene un papel protagónico.
Violeta cambia en los roles a lo largo de su vida: es empresaria, esposa mamá y se va transformado a lo largo de la novela. ¿Cómo fue ese proceso?
Fui siguiendo la cronología del siglo. Me interesaba mucho contar el siglo. Por eso aparecen personajes como Teresa, que son esas mujeres de la clase media, formadas en escuelas públicas que empujaron, por ejemplo, el derecho a voto. Y siguiendo la cronología del siglo fueron apareciendo los personajes necesarios para irlo contando.
El personaje de Julián que es tan seductor, tan atractivo y mujeriego, por lo tanto, tiene una relación muy tóxica con Violeta. Y ella no lo ve así. Hasta que ella no lo ve en otras mujeres, no se da cuenta del abuso. Hay una parte en el libro en que ella dice que le daba vergüenza soportar que él la tratara tan mal, pero más vergüenza le daban las reconciliaciones, perdonarlo. Porque volvía a la misma situación Y esto es una cosa que he visto y lo quería hablar.
Yo tengo una fundación y varios de los programas que tenemos son para mujeres abusadas. Y veo eso a menudo. Que después de una tremenda estrategia para que ella pueda liberarse de una relación que puede ser hasta fatal... vuelven. Hay una especie de dependencia emocional, miedo, los hijos... Pero ellas vuelven a eso. Y pagan las consecuencias, que a veces son tremendas.
Y quería hablar de eso también, porque hay un desarrollo de la conciencia feminista que no existía antes. Por ejemplo, la violencia doméstica se consideraba un problema del hogar, en el cual no podía intervenir nadie, era privado. A lo largo del siglo se hicieron leyes para proteger a las mujeres y a los niños para que eso fuera penalizado. Y como eso tantas cosas, como cuando aparece la píldora y la mujer por primera vez tiene control sobre la fertilidad.
Violeta se casa y cuando no quiere seguir el matrimonio está convencida y allí se presenta empoderada, pero la relación con Julián no la maneja de la misma manera.
Era una mujer apasionada. Se enamora apasionadamente de Julián y abandona al marido y desafía a la sociedad. Nadie critica a Julián, solo a ella. Ella es víctima de todos los chistes y paga las consecuencias. Ella tiene dos hijos fuera del matrimonio, que también era completamente inaceptable en aquella época y en aquel lugar. Y soporta todo esto porque está enamorada. Y cuando va perdiendo el amor es cuando se empieza a liberar.
Violeta es una gran madre, que tuvo problemas para vincularse, especialmente con su hija.
Yo estuve casada 28 años con un hombre que tenía tres hijos drogadictos. Los tres murieron. Viví de cerca la tragedia de la víctima y de la familia y las personas que están alrededor. Lo más terrible para la familia es la impotencia. Nada que tú hagas, los va a ayudar. Nada. Lo puedes meter preso y apenas salga va a volver a la droga. Si la persona no puede salir de eso, nada lo va a ayudar. Y Wiily (N. de R. se refiere a William C. Gordon con el que estuvo casada por 27 años) hizo lo que pudo y no pudo salvar a ninguno de sus tres hijos. Eso lo vive Violeta muy claramente.
Por otro lado, está su hijo, militante de izquierda, que la llega a increpar por su desconocimiento en los tiempos previos a la dictadura.
Ella vive en una burbuja. Hasta que la tocan en lo personal. Cuando el hijo desaparece, se da cuenta que la cosa era mucho peor de lo que estaba imaginando.
Después se dedica a la lucha por los derechos de la mujer, ¿vos sabías que Violeta iba a recorrer ese camino?
No. Me interesaba más contar los hechos históricos del siglo, la vida de ello en lo personal, su evolución. Me gusta escribir sobre relaciones y sobre cómo cambiamos a lo largo de la vida o las circunstancias nos obligan a cambiar. Y los personajes cambian o le pasan cosas por los hechos políticos y sociales que afectan sus vidas. No viven aislados. Yo no puedo escribir por ejemplo una novela romántica. Porque los personajes viven de sus pasiones en una especie de vacío, donde lo que sucede en el mundo exterior no los afecta: los problemas políticos, sociales, culturales, etc. Pero en los libros que yo escribo, todo lo que pasa afuera se mete adentro. Desde La casa de los espíritus, donde es la microhistoria de una familia que está completamente afectada por la macro historia donde está inserta. Lo mismo aquí. A ella todo lo que le pasa tiene que ver con el siglo, no le habría pasado en otras circunstancias.
Terminaste de escribir y qué pasó, ¿fue difícil despedirse de Violeta?
Me encanta escribir y esta novela no sabía para dónde iba. Entonces dejarme llevar por los personajes, que vayan pasando cosas siempre me sorprende y me encanta. Me gusta cuando termina una novela y me da un poco de pena dejar a los personajes, Pero la pena me dura unos 20 minutos. Ya después estoy pensando en otra cosa, siempre tengo una historia en la cabeza.
La pandemia también te potenció
en ese sentido
No he viajado, no he tenido que hacer giras de libros, ni conferencias, ni festivales, ni vida pública de ninguna clase. He tenido tiempo, silencio y soledad para escribir. Y es un don, porque eso es lo que más cuesta conseguir.
Cómo estás viendo esta lucha feminista constante y esta deconstrucción donde parece claro que hay cosas que no van a volver a pasar.
Creemos que no van a volver a pasar. Pero bastan las malas circunstancias de una guerra, ocupación, crisis de cualquier orden para que los derechos de la mujer retrocedan.
En Estados Unidos se está discutiendo el derecho al aborto que las mujeres han tenido por décadas y lo pueden perder. Todo se puede perder. Las mujeres que habían adquirido derechos durante 20 años en Afganistán lo perdieron en 24 horas con el régimen talibán.
Hay que estar alertas, porque se puede perder todo rápidamente,
Hay ahora una nueva ola de mujeres jóvenes que se han incorporado a este movimiento y lo están empujando. Son herederas de sus madres y sus abuelas y de las luchas de un siglo. El movimiento feminista parecía estancado, casi anquilosado hasta que llegó el #metoo y esta nueva movida de mujeres jóvenes. Me da una alegría inmensa que estén aquí. Van a darle un empujón, como le dimos nosotros en los años 70. Y después vendrá otra generación. No vamos a acabar con el patriarcado pronto, porque es una estructura muy sólida que se ha sostenido por milenios. Pero estamos empezando a quitarle pedacitos y tarde o temprano se va a derrumbar. No lo voy a ver yo.
Y va a pasar, porque es inevitable. Ahora, ¿de dónde nace el feminismo? Nace como todas las revoluciones: de un sentimiento de rabia por una injusticia sostenida.
Y cómo viste el proceso de las recientes elecciones en Chile
Vine ligado a lo anterior. ¿Qué está pasando en Chile en este momento? Empezó en el 2019 con el estallido social de octubre, en el que le subieron un poquito el precio al metro y esto produjo una explosión, en la que salieron millones de personas a la calle a protestar. Sin líderes y sin la intervención de partidos políticos. Fue simplemente rabia popular. Que se fue canalizando hacía el deseo de cambiar la Constitución y preguntarse "¿qué país queremos?". Eso quedó congelado con la pandemia. Pero por debajo siguieron las fuerzas moviéndose. Vino la elección y había dos candidatos: Gabriel Boric que representa a la izquierda y uno de la ultra, ultraderecha casi feudal que era Juan Antonio Kast. Y en la primera vuelta no quedó claro cuál era y en la segunda vuelta salen todas las mujeres a votar y los jóvenes porque la posibilidad de que Kast fuera elegido les dio pavor. Boric fue elegido por las mujeres y los jóvenes que quieren otro país y quieren un país en el cual haya paridad de género y esto se demostró con el gabinete: 14 mujeres y 10 hombres. Que haya inclusión de todos: de los pueblos originarios, de los inmigrantes, de LGTB, la derecha, la izquierda, todos incluidos. Un país donde le pertenezcan las reservas naturales al pueblo, en que la educación y la salud alcancen para todos, cosas básicas que debieron estar allí hace 100 años.
Y esta posibilidad de crear una Constitución nueva, es a mi modo de ver una esperanza tremenda. Si logramos en Chile crear esa Carta Manga para un nuevo país, ya hemos avanzado mucho.
Ahora Boric va a gobernar por cuatro años, con un Congreso que no controla. con una derecha que tiene todo el sistema económico en las manos y que va a hacer una oposición brutal. No va a ser nada fácil. Pero lo que consiga en ese sentido, ya va a ser un paso adelante.
La idea de que se puede cambiar un país e inventar un país nuevo, me parece extraordinaria.
El libro
Violeta viene al mundo un tormentoso día de 1920, siendo la primera niña de una familia de cinco bulliciosos hermanos. Desde el principio su vida estará marcada por acontecimientos extraordinarios, pues todavía se sienten las ondas expansivas de la Gran Guerra cuando la gripe española llega a las orillas de su país sudamericano natal, casi en el momento exacto de su nacimiento.
Gracias a la clarividencia del padre, la familia saldrá indemne de esta crisis para darse de bruces con una nueva, cuando la Gran Depresión altera la elegante vida urbana que Violeta ha conocido hasta ahora. Su familia lo perderá todo y se verá obligada a retirarse a una región salvaje y remota del país. Allí Violeta alcanzará la mayoría de edad y tendrá su primer pretendiente...
En una carta dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás, Violeta rememora devastadores desengaños amorosos y romances apasionados, momentos de pobreza y también de prosperidad, pérdidas terribles e inmensas alegrías. Moldearán su vida algunos de los grandes sucesos de la historia: la lucha por los derechos de la mujer, el auge y caída de tiranos y, en última instancia, no una, sino dos pandemias.
Vista con los ojos de una mujer poseedora de una pasión, una determinación y un sentido del humor inolvidables que la sostienen a lo largo de una vida turbulenta, Isabel Allende nos regala, una vez más, una historia épica furiosamente inspiradora y profundamente emotiva.
Leer un fragmento:
https://www.penguinlibros.com/uy/literatura-contemporanea/274891-ebook-violeta/fragmento
Edita: PLAZA & JANÉS
Por María Noel Domínguez
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