El Tribunal de Apelaciones confirmó este lunes el procesamiento de Ángel Moreira (apodado "El Cachila") de 33 años, por su participación en el crimen de Lola Chomnalez.
Dicha sentencia se había dictado el pasado 20 de mayo y quedaba pendiente esta decisión del tribunal tras una apelación de la defensa del imputado.
El fallo del Tribunal de Apelaciones recoge las opiniones de los abogados de El Cachila, que expresaron que el procesamiento "adolece de falta de debida fundamentación" y que la resolución es "contradictoria ya que abundan citas y pruebas que no concuerdan entre sí, lo que vulnera el derecho de defensa al no poder realizar los descargos pertinentes".
Agregó que se extraen frases de varias declaraciones contradictorias del imputado, las que fueron valoradas en su momento (cuatro años atrás) por varios operadores jurídicos. "Sin embargo la versión de Moreira carece de sustento probatorio y resulta inverosímil", indica la defensa.
"Analizó las declaraciones del encausado efectuadas en abril de 2015 a las que calificó de cambiantes, imprecisas, contradictorias y absolutamente increíbles, pero la jueza las acepta como única prueba para el procesamiento", continúa la apelación.
Respecto a la afirmación sobre la existencia de más de un agresor, señaló que es "una teoría sin respaldo científico aunque proviene de una junta de médicos legistas".
"Manifestó que lo que hace la jueza es realizar una teoría y buscar solo las pruebas que la confirmen, en este caso ni pruebas son, se trata de conjeturas sin respaldo técnico-científico", dijo.
La defensa cuestionó la pericia semiológica, refiriendo que "esta no es una ciencia exacta, que aún está en desarrollo y además es una prueba complementaria".
"No se aclaró en qué consistió la cooperación" de El Cachila, y "no surge cuál fue el supuesto ataque, qué acción se hizo contra la víctima y en qué participó el imputado".
La decisión
Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones, "con la unánime voluntad de sus miembros", confirmó la sentencia.
"No surge acreditado que en alguna de las distintas manifestaciones de Moreira, este hubiera sido inducido, apremiado o en alguna forma vulnerado en sus derechos con el ilegal propósito de aclarar por esa vía el caso", señaló el Tribunal.
"Se han reunido elementos de convicción suficientes que habilitan la vinculación de Ángel Moreira a un proceso penal, imputado prima facie de la condición de coautor de un delito de homicidio agravado por la alevosía", consideró.
En tal sentido, corresponde destacar que contrariamente a lo sustentado por la defensa, la jueza narró los hechos que se le atribuyen al imputado y que en principio se adecuan típicamente a la figura incriminada.
"Moreira no fue procesado en la oportunidad anterior no porque se haya concluido en su inocencia, sino porque se dispuso diligenciar probanzas, quedando en calidad de emplazado", responde ante el argumento de que no se lo procesó en primera instancia.
Declaraciones
El fallo recoge luego varias declaraciones, entre ellas las de las personas que encontraron el cuerpo. Uno de ellos dijo que vio a un hombre "caminando desde Aguas Dulces hacia Valizas por la orilla del agua. A mí me llamó la atención la actitud, me llamó la atención la forma de desplazarse, iba muy apesadumbrado, como arrastrando la culpa, era diferente, el tipo se lo veía preocupado, se daba vuelta y veía para atrás".
El día 18 de febrero de 2015, autoridades de Rocha recibieron una llamada anónima donde se indicaba que Moreira estaría involucrado en la muerte de Lola Chomnalez.
Sus declaraciones están completas en el fallo y dejan evidencia de varias de sus contradicciones, como decir primero que estaba a 300 metros cuando hallaron el cuerpo y luego decir que estaba en Montevideo.
"Vi la muchacha al costado, de costado, con la pierna para abajo, y el bolsito al lado, ese que está en la foto (...) Yo la vi enterrada solo las piernas y donde ella estaba había una casa de madera, estaban formando al lado una casa de madera, en la playa, las que hacen para las ventas", dijo.
Aseguró que la vio "con un pantalón como el de la foto y esa mochila estaba al lado de ella, la mochila negra". "(La mochila) estaba al lado, yo me acerqué, no quise llegar, no avisé a nadie". "¿Por qué?", le preguntan. "Porque avisaba yo y me iban a culpar porque solo estaba yo ahí", fue la respuesta.
"Nunca le conté a nadie. Nunca quise decir (...) Le di importancia, pero no llegué a tocarla o ver si estaba viva", continúa la conversación.
El Cachila fue consultado sobre por qué se fue del lugar: "Porque si alguien encuentra el cuerpo después y me vieron cerca capaz que me culpan a mí", respondió. Luego le preguntaron si se fue enseguida que la vio, a lo que contestó que sí, "tres o cinco minutos, y me tomé un ómnibus".
"Vio el cuerpo y se fue", le señalan. "No, yo estaba en Montevideo", respondió.
Son varias las contradicciones en las declaraciones de El Cachila, pero tal vez las más llamativas son las que surgen más adelante.
"¿Vio a Lola viva en algún momento?", le preguntan. "Sí. Yo estuve conversando con ella ahí donde ella apareció muerta. Conversamos una hora, ella se fue y yo me fui. El lugar era donde la encontraron, abajo de unos árboles... me peché con ella. Ella venía por la playa caminando, yo iba para Valizas y ella iba para el otro lado. Yo venía de Aguas Dulces... Yo me topé con ella y le ofrecí una estampita, me dijo que no, ahí me preguntó de dónde era yo, y le dije que era de Rivera y ella me dijo que era de Argentina. Nos quedamos conversando y me dijo que tenía un novio de 16 años que era compañero de ella del liceo. Ahí nos quedamos una hora y ella se sintió mal, se mareaba (...)", narró el sujeto.
"Yo le pregunté qué tenía y me dijo que se sentía mareada. Ahí se sentó y cayó de rodillas y se pegó de costado, cayó desmayada. Yo di una vuelta y vine, le toqué el pulso pero ella no tenía pulso... Yo no le hice nada... No había nadie más, yo nunca la toqué... Ella estaba bien, no estaba lastimada", continuó.
"¿Le pareció linda?", le preguntan al imputado. "No me pareció nada. Nunca pasó nada, conversamos como amigos, yo no le di un beso ni nada. Yo le tomé el pulso y me asusté y me tomé el ómnibus para Montevideo".
En determinado momento, a El Cachila le preguntan si estaba seguro de haber visto a la chica, a lo que responde: "Si no fui yo que la vi tengo que decir que sí, si no me voy a pasar todo el día acá. Yo preso no quiero ir por algo que no hice".
"Usted la vio a la muchacha y conversó con ella", le recuerdan. "Ahí está el problema, yo no estuve con ella. Yo estoy hablando por hablar, para decir la verdad yo nunca vi a la niña, nunca estuve con ella, pero me pone la presión. A la muchacha nunca la vi, no la encontré muerta", responde.
Posteriormente, El Cachila señala que en las investigaciones le dijeron muchas cosas y "uno capaz que dice cosas que no". Ahí aseguró que anteriormente había mentido y que en ese momento estaba diciendo la verdad.
"¿Cómo se le ocurrió lo del novio de 16 años?", continúa el interrogatorio. "Se me ocurrió. Cuando una persona comete una cagada dice la verdad, 'fui yo', pero cuando no, miente", contestó.
Tiempo después, El Cachila volvió a declarar: "Ahora le voy a decir la verdad. Yo estuve con la chica en ese lugar, fuera de donde encontraron a la chiquilina. Estuvimos sentados al sol, en la arena... Venía caminando normal, con la mochila, tenía un short y una blusa fina".
Investigaciones
Según las pericias, el imputado claramente utilizó el mecanismo habitual de la mentira en situaciones en que se sintió amenazado para desvirtuar la verdad en beneficio propio.
A su vez, mostró manipulación y control durante toda la instancia pericial en su beneficio para evitar un posible castigo. Tampoco surgieron elementos de angustia o culpa.