Más de 800 estudiantes chilenos fueron detenidos en las manifestaciones de jueves y viernes, en las que participaron miles de estudiantes y trabajadores, pese a la prohibición del gobierno de Sebastián Piñera.

La movilización se da en momentos en que el gobierno de la centroderechista Coalición por el Cambio tiene un 26% de aprobación, un record histórico de impopularidad y apenas con un año y medio de gobierno.

La Confederación de Estudiantes de Chile rechazó este viernes la propuesta realizada por el ministro de Educación, Felipe Bulnes, que contemplaba varios puntos de los reclamos estudiantiles, pero no la principal reivindicación: una educación gratuita y la prohibición de las empresas con fines de lucro en el área.

En conferencia de prensa este viernes en Santiago, la Confech calificó de “ambigua” la disposición al diálogo del gobierno y ratificando el proceso de negociación aclaró que se mantendrán las movilizaciones. La Confech dio un plazo de seis días al gobierno para dar una respuesta sobre la prohibición de los fines de lucro.

En Chile no hay universidades gratuitas y la venta del 45% de la Universidad Central de Chile al grupo empresarial Norte-Sur, en abril de 2011, trajo el inicio de las movilizaciones que se extendieron en todo el país.

Montevideo Portal conversó con el vicepresidente de la Confederación de Estudiantes de Chile, Francisco Figueroa, quien subrayó que las movilizaciones trascienden el ámbito estudiantil y de ellas podrían surgir “nuevos sujetos políticos”. “La pelea que hoy estamos dando nosotros es crucial para Latinoamérica”, dijo.

¿Qué es lo que está pasando en Chile?

Esta es una movilización histórica en Chile. Comenzó como un movimiento puramente estudiantil, pero hoy en día se ha ampliado y ya es un movimiento social que pelea no solamente por el mejoramiento de nuestra educación, sino también por la profundización de la democracia. Hoy existe una democracia a medias en Chile.

¿Cuáles son los principales puntos de su plataforma reivindicativa?

Las principales banderas del movimiento estudiantil y de todos los actores que están involucrados en la movilización son; en primer lugar erradicar la posibilidad de lucrar con la educación porque ese es el principal cáncer de la educación chilena, es lo que obliga a que la educación sea de baja calidad y que se transforme en oportunidades de negocio para los empresarios. En segundo lugar reclamamos un fortalecimiento real de la educación pública, porque queremos que ella sea el pilar de un sistema que produzca sistema que produzca conocimiento para los ciudadanos y -en tercer lugar- democratizar las instituciones, los colegios, los liceos, las universidades, los institutos técnicos, que las comunidades participen en la toma decisiones. Estos son los tres ejes que articulan a este movimiento social, que ha excedido largamente los límites de las demandas sectoriales de la educación. Es un movimiento popular que está bregando por democratizar a un país que todavía tiene mucho de la dictadura.

La educación chilena ha estado caracterizada por sus desigualdades, al menos desde la dictadura de Pinochet ¿Estamos ante un despertar ante esa situación?

Efectivamente, hay un despertar porque este movimiento lo que expresa es un malestar muy transversal de la sociedad chilena. Es un malestar con las promesas incumplidas del neoliberalismo, son 30 años de gobiernos liberales, de la dictadura, de la concertación y ahora esta derecha gobernante. Nos permitieron crecer con igualdad, nos prometieron que íbamos a ser un país desarrollado y ahora metieron a Chile en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, pero la gente ese progreso no lo ve, está ahogada en deudas, en una desigualdad dramática, excepcional en el mundo. Esas promesas incumplidas del neoliberalismo son las que tienen descontento al pueblo chileno. Esa es la razón por la que hay un despertar, que también como elemento novedoso coincide con una deslegitimación de la clase política. El gobierno está desacreditado, pero también la oposición concertacionista, su aprobación está en el suelo, no son actores legítimos para la ciudadanía.

¿Cuáles son las estrategias de defensa para evitar heridos durante las manifestaciones, ante la actuación de los Carabineros?

Todos los estudiantes y trabajadores nos organizamos de manera que los afectados por la represión sean los menos posibles, pero durante los últimos 20 años, impera en Chile una desarticulación social que no tiene comparación a nivel latinoamericano. Desarticulación social, individualismo, se han perdido muchas prácticas solidarias y de organización que se están empezando a recuperar en forma paulatina, el pueblo chileno está aprendiendo nuevamente a organizarse, recuperando el tiempo perdido.

¿Cree que el presidente Sebastián Piñera podría no terminar su mandato?

Hay que ver esto en su justa medida. Si bien hay mucho descontento social y movilización, todavía no se genera una crisis política. Efectivamente, las elites de este país están muy desacreditadas y también sus partidos políticos pero los de abajo, las mayorías no se están expresando políticamente, no tienen instrumentos que les permitan orientar el desarrollo de toda esta movilización.

¿Cuál puede ser la consecuencia de esta movilización?

La consecuencia de esto va a ser la deslegitimación de los actores políticos tradicionales y la emergencia de nuevos sujetos en la política chilena. Por lo tanto, yo creo que Piñera va a terminar su mandato, pero va a haber un cambio profundo, seguramente un cambio de gabinete. Estamos pidiendo la renuncia del ministro del Interior por la absurda y ridícula represión que implementó ayer, nos recuerda a Gadaffi a Mubarak, no tienen nada que mirar en menos a esos jerarcas autoritarios. Este movimiento tiene para rato.

¿Qué conocimiento tienen del movimiento estudiantil uruguayo?

Nosotros estamos muy atentos a los procesos que está viviendo el Uruguay y el resto de Latinoamérica, son ejemplificadoras las luchas que se han dado y el nivel de organización que tienen los jóvenes y la ciudadanía en general en el Uruguay. Sabemos que su ayuda y su solidaridad sería un aporte sustantivo. Si desde Uruguay se pueden hacer expresiones de solidaridad con la lucha estudiantil sería para nosotros un tremendo golpe anímico. Pedimos al pueblo uruguayo al que tanto cariño le tenemos que expresen su solidaridad con el movimiento chileno. Sabemos que Chile se considera un modelo a seguir para el neoliberalismo, se habla de que el modelo chileno es muy bueno, pero la verdad es que ha sido un fracaso. La pelea que hoy estamos dando nosotros es crucial para Latinoamérica, para que no se sigan ampliando las estrategias de desarrollo neoliberal que nos han llevado a ser una sociedad desigual y en lugar de ello un modelo más justo e igualitario que nos permita una mayor socialización de nuestras bellezas y de nuestro conocimiento.