El catalán, el euskera o vasco y el gallego se pueden utilizar desde este martes junto con el castellano en el Congreso de los Diputados, la Cámara baja del Parlamento español.
Su uso fue acordado la pasada semana en la Mesa del Congreso por la mayoría progresista en este órgano rector de la Cámara, aunque en esta misma sesión, el primer pleno de la XV Legislatura, se debate una proposición para iniciar el proceso de adaptación del reglamento, que hasta ahora solo incluye el castellano.
El Congreso contó por primera vez con traducción simultánea, como ya sucedía desde hace unos años en determinadas circunstancias en el Senado español.
Grupos como el Partido Popular, el de mayor representación en la Cámara pero que no preside la Mesa, se oponen con argumentos como el coste de los traductores, la falta de un informe jurídico favorable y de una reforma previa del reglamento.
Vox, tercera fuerza en el Congreso, interrumpió la sesión nada más comenzar con la intervención de un diputado hablando en gallego y sus parlamentarios abandonaron el hemiciclo dejando los auriculares para la traducción simultánea (conocidos en España como pinganillos) en el escaño del presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, ausente al estar fuera de España en viaje oficial.
El uso de estas lenguas fue exigido por formaciones como los independentistas catalanes de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) y Junts per Catalunya para apoyar a la socialista Francina Armengol como presidenta del órgano rector.
ERC y Junts han avanzado que utilizarán el catalán en todas sus intervenciones, mientras que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el independentista Euskal Herria Bildu tienen previsto emplear tanto el castellano como el euskera y también diputados de otras formaciones, como la de izquierda Sumar, con el gallego.
El empleo de estas lenguas fue anunciado por la presidenta del Congreso el pasado agosto cuando se constituyó la Cámara tras las elecciones de julio, el mismo día en que el Gobierno de España en funciones solicitó que sean incluidas en el régimen lingüístico de la Unión Europea (UE).
La UE decidió precisamente este martes aplazar su posible aprobación, ante las dudas jurídicas, financieras y prácticas planteadas por la mayoría de países.
La Constitución española establece que el castellano es "la lengua española oficial del Estado" y que "las demás" pueden serlo en sus respectivas regiones, como sucede con el catalán, el vasco, el gallego y el valenciano.
Además de esas lenguas "cooficiales", se podrán utilizar en el Congreso otras que no lo son, como el aragonés y el bable (o asturiano), aunque en este caso los diputados deberán traducirse a sí mismos en sus intervenciones.
El ministro de Exteriores habla de la necesidad de hacer oficiales las lenguas en la Unión Europea
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, defendió este martes la necesidad de dar carácter oficial en la Unión Europea (UE) al catalán, el euskera y el gallego porque no son lenguas minoritarias y porque se trata de una demanda que España defiende desde el año 2005.
"No estamos hablando de lenguas minoritarias. Son idiomas que hablan millones de personas, en concreto, les trasladaré (al resto de ministros de la UE), que el catalán es hablado por más de 10 millones de personas, lo cual le sitúa por encima de muchas de las lenguas que en estos momentos son oficiales", dijo Albares en declaraciones a la prensa, a su llegada a la reunión donde se discutirá la cuestión.
El jefe de la diplomacia española defendió la medida por la "especificidad del régimen constitucional lingüístico español, que lo hace prácticamente único en el seno de la UE" y porque estos idiomas "se usan dentro del Parlamento español", dijo Albares, el día en que el catalán, el gallego y el euskera se usarán hoy por primera vez en el Congreso de los Diputados.
El ministro señaló que "no se trata de una propuesta nueva o inédita por parte de España", pues ya en 2005 se acordaron "arreglos administrativos" para que estas tres lenguas se puedan usar en la UE.
Los consejeros de Cataluña, el País Vasco y Galicia se pueden expresar en sus idiomas cuando vienen al Consejo de la UE a una reunión.
Albares manifestó la voluntad del Gobierno español de financiar los costes y también dijo que se trata de una propuesta legal conforme al derecho comunitario, ya que el artículo 55.2 del Tratado de Lisboa permite traducir al catalán, al gallego y al euskera esta norma fundamental de la UE.
Hasta ahora, una gran mayoría de países de la UE han manifestado dudas prácticas, financieras y legales y han pedido que los servicios jurídicos del Consejo elaboren un informe, por lo que probablemente España no logrará aprobar hoy la modificación del reglamento, como pidieron los partidos independentistas catalanes.
El secretario de Estado eslovaco para Asuntos Exteriores y Europeos, Peter Misik, reconoció a su llegada al Consejo que se trata de un "asunto importante y sensible" para sus colegas españoles y se declaró "más que preparado para escuchar los argumentos" del Gobierno español.
"Espero una discusión en la que todos los aspectos se discutan de forma justa y después ya veremos. Igual votamos o igual no, depende del debate. Es prematuro decir ahora qué vamos a hacer cuando haya que votar", explicó Misik, que declinó hablar de "problemas" en la propuesta y señaló que su delegación subrayará "que hay aspectos que deben examinarse en profundidad".
También la secretaria de Estado croata para Asuntos Europeos, Andreja Metelko-Zgombic, coincidió en que quieren tener la opinión de los servicios legales del Consejo antes de tomar "una decisión tan importante" y señaló que esperan "más detalles sobre el estado de estas lenguas en España a nivel nacional".
No obstante, recalcó que Croacia "apoya cualquier multilingüismo en la UE y salvaguardar la riqueza europea en las identidades culturales o lingüísticas europeas", así como el trato igualitario a los idiomas que ya son oficiales en el bloque comunitario.
EFE