La Justicia emitió la sentencia de primera instancia luego de más de 15 años de investigación a raíz del homicidio de Alejandro Novo, cuyo caso se conoció como “el crimen del pollero”.

Novo, de 30 años, era hijo de la exsenadora del Frente Amplio Graciela Barrera y fue asesinado el 14 de enero de 2009 cuando repartía pollo de la empresa familiar que tenía.

Según la sentencia, a la que tuvo acceso Montevideo Portal, Novo se detuvo en un comercio de la ruta 8 a la altura del kilómetro 23. “En momentos que descargaba la mercadería, arribaron al lugar tres o cuatro individuos, entre los que se encontraban Diego Martín Scarpa Azcue y Jesús David Pereyra, parando detrás de la camioneta de Novo”, indica el documento.

Una vez que Novo salió del comercio, los sujetos mencionados anteriormente lo siguieron hasta que el hombre aminoró su marcha por la existencia de reductores de velocidad. Scarpa y Pereyra descendieron del vehículo en el que viajaban, portando armas de fuego, y abordaron a la víctima.

“Novo se resistió a entregarles la recaudación que le exigían, y se produjo un forcejeo entre él y los asaltantes, al tiempo que gritaba pidiendo auxilio y advirtiendo que le estaban robando. En ese momento, los imputados le dispararon a Novo. Pereyra primero y después Scarpa salieron corriendo, sin lograr apoderarse del dinero”, agrega el texto de la sentencia.

Según el texto judicial, Scarpa vivía al lado de la pollería de la familia de Novo y en varias oportunidades mantuvo conversaciones con él acerca de “cómo iba el negocio” de la venta de aves.

En el fallo se agrega la versión de una comerciante de la zona que, al escuchar el disparo, comenzó a gritar. En un momento de la huida, Pereyra giró su cabeza y estableció contacto visual con la mujer. Otra testigo que estaba en la provisión a la que Novo llegó para dejar mercadería reconoció a Scarpa, y dijo haberlo visto en el interior de uno de los autos cuando los delincuentes se fugaron.

Según la Justicia, la descripción de la testigo es fiel con la apariencia del hombre. Ella puntualizó, por ejemplo, en el “tamaño de sus orejas”.

Por otro lado, una testigo reservada que participó del caso dijo que escuchó a la pareja de Pereyra decir a una amiga que el hombre y Scarpa participaron en el crimen del pollero. “El padre de mis hijos andaba en el mundo del malandraje y un día le pregunté si era cierto lo que yo había escuchado y me dijo: ‘Sí, fue el Mandril [Pereyra] el que lo mató”, dijo la mujer que no fue identificada.

Sobre el final del documento judicial, se indica que se condenó a Scarpa a 21 años de prisión como autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado en reiteración real con otro ilícito de receptación.

En el caso de Pereyra, la condena es por los mismos delitos, pero la pena que deberá cumplir es de 22 años.