“El loco”: así llamaban a Javier Milei en el colegio Cardenal Copello en el que hizo la primaria y la secundaria, y en donde sufrió acoso escolar y no se llevó ni un solo amigo.
“Loco” lo consideraba su padre, y fue eso motivo suficiente para golpearle durante su infancia, sin mostrar signos de arrepentimiento hasta el día de hoy.
“Loco” es también el adjetivo al que Milei rehuyó varias veces cuando les pedía por favor a sus conocidos que no comentaran a otros de sus charlas con personas y animales que están en el más allá.
Su presunta locura también fue deslizada por el candidato oficialista Sergio Massa durante el último debate obligatorio de cara al balotaje de este domingo 19 de noviembre.
“Contale a la gente por qué no te renovaron la pasantía, contale. Porque entiendo que estás enojado con el Banco Central porque en algún momento te sentiste rechazado, pero no se trata de eso, se trata de ir al abrazo de lo que a uno lo rechaza”, le espetó Massa, en referencia a un supuesto psicotécnico que habría ocasionado el fin de una pasantía de Milei cuando era estudiante.
“El loco” es el título que el periodista argentino Juan Luis González eligió para la biografía no autorizada del excéntrico e histriónico candidato presidencial argentino por el partido libertario.
Desde que se publicó, en julio de este año, El loco (Planeta) se volvió el libro que habla sobre cómo Milei clonó en Estados Unidos a su perro Conan (que murió en 2017, aunque no lo admite) y cómo también se valió de una médium para comunicarse con los mastines que vivían con él, los vivos y los muertos. Y, además, cómo el mensaje que le dan estos animales (hoy transmitido directamente por su hermana, Karina) es clave para las decisiones políticas que toma. Pero hay bastante más en esas páginas.
En diálogo con Montevideo Portal, el periodista no tuvo pruritos en calificar de “trucho” el partido político La Libertad Avanza, al que pertenece Milei, y relatar, entre otras cosas, la venta de espacios al mejor postor por miles de dólares.
Tampoco le costó admitir que se enteró tarde de los específicos vínculos de Sergio Massa con el armado de listas del espacio libertario y que, por eso, el libro no aborda con tanta profundidad esa incidencia, aunque también explicó que en Argentina es habitual que los oficialistas de turno financien a terceras opciones.
Asimismo, fundamentó el motivo por el que, pese a la imparcialidad que se espera del periodismo, hoy llena sus redes de opiniones nada auspiciosas sobre el ascenso político y la figura de Milei.
Probablemente, González sea de las personas que más sabe sobre Javier Milei. En parte porque tuvo la oportunidad de hablar con varios de los que estuvieron en su entorno cercano y que conocieron a la persona, no al mediático y político.
Sin embargo, hay dos cosas que el autor no puede asegurar. Una es qué pasaría en un eventual gobierno de Milei, pese a que augura que no sería algo bueno para su país.
La segunda respuesta que no tiene es si efectivamente la clara inestabilidad emocional de Javier Milei conformaría un cuadro clínico de locura.
Lo que sí sabe es que hoy Milei les prohíbe a quienes lo rodean hablar de El loco y se enoja con los periodistas que le preguntan sobre el libro. También que su persona está prácticamente proscrita en el entorno del político “anticasta” e, incluso, algunos de los defensores del libertario, como el politólogo y conferencista de derecha Agustín Laje, expresaron su repudio hacia la obra y el autor a través de redes sociales.
Hace pocas semanas, la ira de los seguidores del anarco-capitalista se direccionó también hacia el podcast “Sin Control” producido por Anfibia Podcast y El País Audio, conducido por la periodista María O'Donnell y que tiene detrás el guion y la investigación de González.
Dios, Tiktok, la salud mental, el futuro del país, las utopías, el periodismo, la empatía y hasta el Che Guevara aparecieron en esta charla en un bar porteño que duró más de una hora. Aquí, un fragmento de ella.
Un estudio realizado por la firma FGC Consultores en octubre arrojó que Milei arrasa en popularidad entre los jóvenes: casi el 27% de sus votantes tienen entre 17 y 25 años, frente a porcentajes de una sola cifra por parte de sus contrincantes. Para vos, ¿la rebeldía se volvió de derecha?, como se pregunta el título del libro del historiador Pablo Stefanoni (2021). ¿Por qué?
Stefanoni sabe mucho más que yo. Pero yo creo que tiene mucho que ver justamente con que Milei es el candidato de la rebeldía. Se explica sobre todo si lo comparás con la otra oferta electoral. Por ejemplo, si yo te digo: ‘dar la vida’, ‘revolución’, ‘quemar un banco’, parece que te hablo del Che Guevara, pero no, es de Javier Milei. Hay una rebeldía estética también: el pelo, el estilo rockero, los gritos, la música. Las bandas que elige, la Renga y La Bersuit, son muy contestatarias. A eso sumale el futuro utópico que ofrece Milei: hacer a Argentina grande otra vez, volver a ser potencia. Las propuestas también son utópicas y algunas muy disparatadas: la dolarización, terminar con el Banco Central, vouchers en la educación. Es un combo ideal para la juventud: rebeldía más utopía. Que, además, contrasta mucho con la otra oferta electoral. ¿Massa qué te propone? ¿Bajar 10 o 7 puntos la inflación? A Bullrich no se le entiende ni lo que dice. Entonces también ese contexto lo explica un poco.
Nuestro último estudio: Caracterización psicográfica de los tres candidatos con mayores chances electoral.
— Federico F. González (@fedeideas) October 14, 2023
¿Cuál es la caracteriazación socio-demográfica de los votantes de Milei, Bullrich y Massa?#Elecciones2023 #Elecciones pic.twitter.com/8Q3NanbccX
Ese contenido de rebeldía se multiplica gracias a las redes sociales, ¿no?
Él es el rey de las redes por lejos. Nace en las redes sociales, no va hacia ellas. Y los números hablan por sí solos. De hecho, yo conocí a varios chicos de 16 años que lo querían votar porque decían que era un meme. ‘Lo voto porque es un meme’, es el discurso. Parece un troll de Twitter. Cuando lo escuchás un poco, el tipo dice: vos, político, corrupto, zurdo. Él es las redes: es un reel de TikTok caminando. Y genera todo el tiempo esos momentos. No solo es de los políticos con más seguidores de Argentina, en Instagram y en TikTok. También las cuentas de los youtubers que están alrededor de él son un fenómeno. El Peluca Milei, por ejemplo, cada video que sube en TikTok tiene 8 millones de reproducciones. ¡Eso es el 10% de Argentina! Ya no es Milei, te hablo del pibe este, que tiene 22 años.
Hablemos del título del libro El loco. La salud mental del candidato ha sido un tema de campaña y, de hecho, Massa apuntó a ella en el último debate. Pero la locura también es un diagnóstico clínico y es un tema serio. ¿Está realmente loco Javier Milei?
Yo tuve grandes dudas acerca de cómo abordar ese tema. Yo entrevisté a varios psicólogos y psiquiatras, lo tenía escrito; después los terminé sacando porque siempre en un punto recaía en que estaban diagnosticando a alguien por lo que veían en televisión. Y siempre me dio dudas. Entonces yo no te puedo decir que está loco o no está loco. Te puedo decir que él todo el tiempo está perseguido con que le van a buscar la historia clínica. Te puedo decir que él votó en contra de la digitalización de las historias clínicas: de 257 diputados que hay, solo él y Villarruel votaron en contra, en octubre del año pasado. Y después yo me dije: ‘bueno, no sé si hace falta un diagnóstico’. En el sentido de que el corazón de lo que quiero transmitir está ahí. Es un tipo que piensa que habla con el perro muerto, que piensa que los perros clonados tienen poderes, que piensa que habla con muertos, que piensa que tiene un diálogo de ida y vuelta con Dios, etcétera.
Todo eso podría ser catalogado como delirios…
Mirá, estoy leyendo mucho a un chico que se llama Ciro Coroll, que es un rosarino que tiene esquizofrenia con delirio místico. Escribe muy bien. De hecho, ahora mismo está encerrado en un hospital de salud mental. Él cuenta en una nota que también hace un par de años se le apareció Dios y le dijo que iba a ser presidente en 2023. Y, en su cabeza, ya antes de esto, competía con Milei. Entonces, se siente muy reflejado en muchas cosas de Milei. Capaz que la diferencia es que no tuvo a un Eurnekián [empresario multimillonario que impulsó la carrera política de Milei] empujándolo. Pero bueno, ahí hay un paralelo muy impresionante.
La cuarentena decretada por el gobierno de Alberto Fernández en 2020 hizo que muchas personas estuvieran disconformes con el gobierno y fue el caldo de cultivo para que se generara un nuevo movimiento político. Pero, ¿cuánto incidió la situación producto del covid-19 en Milei como para lanzarse a la política?
Bastante. La pandemia, si bien no generó nada nuevo, sí potenció muchas cosas que ya estaban. Como si fuera un combustible que se le echó. En el libro, el capítulo más largo, que se llama ‘¿Por qué?’, es para entender el fenómeno y se habla un poco de la pandemia. Ahí el periodista José Natanson, que es muy conocido acá, explica esto. Natanson dice que la pandemia rompió a mucha gente. Son todas historias individuales, pero vos lo sumás y resulta que la sociedad cambió bastante. Bueno, en el caso de Milei es muy claro. En 2020 se muere su psicólogo, se pelea con el único amigo que tuvo alguna vez, que es Diego Giacomini. Y está tan mal que la hermana se lo lleva a vivir a lo de sus padres, con los que no se hablaba desde hacía muchos años. Vive todo el 2020 y el 2021 en la casa de sus padres. Y eso es un caldo de cultivo tremendo. El 2020 es muy importante para él porque es cuando se le refuerza la idea de que Dios lo eligió para gobernar y le habla. Es como el gran detonante. Es lo que lo llevó a decidirse por la política: el mensaje de Dios.
¿Cuál es el papel que juega Karina Milei, su hermana, a quien llama ‘el jefe’?
Mucha gente que conocía antes a Milei está muy sorprendida por el cambio de la relación de Javier y Karina, que tiene mucho que ver con esta cosa mesiánica de Dios, porque antes ella no era el jefe. Ella era más bien la hermana menor a la cual Milei ayudaba. Estaba en un segundo lugar. Todos los meses le donaba el 10% del sueldo; era lo que llamamos el ‘che pibe’. En la famosa entrevista con Viviana Canosa, donde dice que él es Moisés y Karina, Aron, dice que es casi un ángel, casi que no es humana. Bueno, el resultado es que parecería que Dios le dijo que es ella, y de ahí viene ‘el jefe’.
Ese líder inestable se explica, en parte, porque fue un niño que sufrió mucha violencia y que sobrevivió prácticamente solo y sin afecto. ¿Sentiste en algún momento empatía por él?
Totalmente, sí. Es imposible no verlo en algún momento así, como un chico solo, sin amigos, con bullying, que lo fajaban, que no tenía amigos, que se convenció de que el perro era el hijo, una cosa impresionante. Empatizás, vos decís: ‘no tuvo chance’. Yo tuve oportunidades, él no.
Igualmente, te has expresado públicamente en varias ocasiones en contra de la candidatura de Milei. ¿Eso te trajo consecuencias como periodista, en el sentido de perder la objetividad?
El otro día charlaba con Ernesto Tenembaum, que es de los número uno del periodismo de Argentina. Es una de las grandes penas que me trae este tipo, porque siempre está la pulsión esa entre el periodista y el ciudadano también, ¿no? En todo momento, la objetividad como tal, como 100%, en realidad es una utopía. Como decía Galeano, la utopía sirve para caminar. Si bien es así, yo nunca en mi vida periodística sentí tanto la pulsión entre uno y otro como en este momento. Me reconfortó que Ernesto Tenembaum y Jorge Fontevecchia, que son ambos paladines históricos del periodismo, grandes periodistas, y son reconocidos por su objetividad y distancia, llaman los dos públicamente a no votar a Milei. Yo dije: ‘Bueno, está bien, no estoy tan loco. El loco no me volvió loco, si eso tiene algún sentido’. Pero sí, es un desafío tremendo. No solo por lo que sé y vi de Milei, su inestabilidad tan impresionante, sino por el riesgo que hay para el sistema democrático. Yo no vivo con satisfacción esa pulsión. Pero el Juan que hizo el libro no es el mismo Juan de ahora. El Juan del libro fue mucho más desapasionado y tuvo un actuar más frío, más investigativo. Ahora yo estoy en modo: ‘Che, Milei es peligroso’. No puedo actuar de otra manera, siento que no me lo permite el tiempo histórico.
Si el libro lo escribieras ahora, ¿qué le cambiarías?
No le cambiaría nada, porque para mí a ese Juan es al que tengo que volver. O sea, no quiero cambiar a ese, quiero cambiar a este. Sí le agregaría cosas. Cosas que ya le quería agregar originalmente y que no llegué a tiempo. Mi idea original era hacer varios perfiles de los líderes de ahora más conocidos de la derecha. El primero, que quedó en el ‘Bonus track’ del libro, fue el de Carlos Maslatón [abogado y político libertario que apoyaba a Milei y hoy dice que vota a Massa]. El segundo, a quien de hecho lo entrevisté y no llegué a hacerlo texto, es Fernando Cerimedo, de donde viene La Derecha Diario. Es bastante la cabeza de Milei y es un tipo muy conectado a nivel internacional. Es dueño de una fábrica de trolls. Yo nunca vi a alguien que me muestre los trolls que tiene.
¿Te los mostró?
Sí. Me mostró su granja de trolls. Lo saqué en la revista (se refiere a la revista Noticias, donde trabaja), pero una versión muy chiquitita de un perfil largo que quería hacer.
Después de publicar el libro escribiste un artículo explicando que, más allá de que hablaste con muchas personas del entorno cercano de Javier Milei, tu principal fuente para afirmar muchas de las cosas que afirmás en el libro es el propio Milei…
Sí. Por ejemplo, a mí me impactó saber que Conan estaba muerto y por eso empiezo así el libro. Claro, cuando alguien te habla de su perro en presente a vos no se te pasa por la cabeza que está hablando de un perro muerto. Pero después, por otro lado, vos decís: ‘claro, si Milei mismo contaba que adoptó a Conan en 2004’. ¿Cómo nadie se dio cuenta de que no cerraban las cuentas? Era un mastín inglés, aparte. Yo lo busqué en Google: tienen un tope de esperanza de vida de 12 años. Ningún perro vivió 20 años. Así que sí, él mismo era la fuente.
Pero, ¿por qué decidiste incluir en el libro lo de los perros, teniendo en cuenta que podría ser considerado algo de la vida privada del economista?
De hecho hubo cosas de la vida privada de Milei que no puse. Es un debate histórico en el periodismo, ¿no? Hasta dónde uno se puede meter en la vida privada de alguien o no. O, mejor dicho, hasta dónde la vida privada de alguien público explica su parte pública. Y en la vida privada de Milei, a mí entender, el debate queda muy zanjado cuando ves que hay una línea que te conecta toda la vida de Milei, que arranca en la soledad y la violencia en la infancia, que sigue con la falta de amigos, la falta de pareja, el bullying en el colegio, etcétera. A eso le sigue la muerte de su perro Conan, después viene la aparición de Dios. Y, en el medio están los clones; yo los puse en esa línea. O sea, el libro tiene dos andariveles: uno es La Libertad Avanza y todo lo trucho que es ese espacio. Y lo otro es contar que Milei es un líder inestable. En ese camino iba lo de los perros. Y te diría que el tema de La Libertad Avanza es que todos conocen la inestabilidad de Milei.
¿Y quieren aprovecharse de ella?
Se aprovechan. Algunos se aprovechan y otros se preocupan por eso. En el sentido de que hay gente muy convencida ahí, que cree realmente que ese es el mejor camino para la Argentina, pero saben que él es su líder, que además es quien tiene los votos. Eso es una bomba de tiempo.
Hubo muchos rumores en este último tiempo de que él se había querido bajar de la elección. ¿Esto puede ser real?
Cero por ciento. Vengo luchando en Twitter contra eso. Es complejo porque a nosotros la cabeza no nos funciona así, pero imaginate que estás en tu casa y te está esperando Dios. Te vas a echar la siesta con Dios. No hay manera de que te bajes. Él tiene una convicción mesiánica, no solo de competir, sino de que va a ganar.
En cuanto a la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, ¿considerás que ella es una oportunista?
Sí, ella es una oportunista. Solo le importa crecer ella. En cada lugar en que pasó, ella fue dinamitándolo y dejándolo mal parado. También en el grupo al que ella pertenece, que está integrado por defensores de genocidas. Creo que Villarruel lo está trabajando muy bien a Milei. Él es un tipo muy duro en sus convicciones, pero tiene un talón de Aquiles a través del cual se lo puede manipular, que es básicamente cuando alguien le da autoridad, reconocimiento y cariño. Villarruel lo está haciendo y ahí lo está moldeando. Así incorporó el discurso sobre los 70s.
Vos contás que él no era negacionista de la dictadura…
Rafael Bielsa, que fue canciller y jefe de Milei durante 10, 12 años en el aeropuerto en México, dio una entrevista hace poquito y contó que desayunaba todos los días con él y dijo que en 12 años de desayunar juntos ni una sola vez lo escuchó hablar de la dictadura.
Tuviste la oportunidad de entrevistarlo, pero llegó un momento en que el libertario te cerró todas las puertas por las cosas que publicabas sobre él. Si lo pudieras entrevistar ahora, ¿qué le preguntarías?
‘¿Conan está muerto?’. Todas esas cosas que nadie le pregunta: lo de los plagios [en el capítulo 13 titulado “Rincón del vago”, González hace un racconto de alrededor de una decena de autores a los que plagió de manera textual en sus libros y columnas], que ahora recién Massa se lo tiró en el debate y nunca antes se lo habían preguntado.
Vos hablás de la incidencia y las coincidencias que ha tenido el expresidente Mauricio Macri con Milei, pero el hecho de que su opositor, el candidato kirchnerista Sergio Massa, le armó las listas a Milei y tuvo una implicancia grande en el crecimiento de La Libertad Avanza no aparece tan claro en el libro...
En el libro hay algo. Lo demás después lo terminé de descubrir, sobre todo qué tanta era la participación de Massa. Por un lado está lo nacional y, por otro, las listas locales y provinciales. Esto [del armado de listas] fue un modus operandi a lo largo y ancho del país, que, por otra parte, tampoco es nuevo. Históricamente los oficialistas de turno financian a terceras opciones. Financian o empujan o ayudan. Pueden prestar una camioneta, por ejemplo. De hecho, Milei a lo largo y ancho del país va cerrando con las terceras fuerzas históricas de los lugares, lo que te da la pauta de que había una intención ahí. Después de los últimos meses, eso creció bastante. Hay un audio que publicó La Nación de Sebastián Pareja, el armador de Milei en Buenos Aires, donde cuenta cómo arregló la lista con Malena Massa [esposa de Sergio Massa, cuyo apellido real es Galmarini]. Literalmente. O, para verla con el diario del lunes, a los días de la elección, varios diputados de Milei abandonaron el espacio porque era gente del peronismo. Así que sí, a nivel político es una jugada. Es toda una construcción esta idea de Milei como un outsider. Este tipo que laburó para el represor Brussi en los 90. Entre 2016 y 2017 asesora a Sturzenegger en el Banco Central. Es producto del empuje político de Eduardo Eurnekián, la sexta persona más rica del país. O sea, ahí está la construcción, como idea, de que Milei es un outsider.
¿Él sí se considera a sí mismo un outsider?
Sí, total. Él lo que diga, salvo en los últimos tiempos, lo cree. Él es un tipo muy genuino, muy literal. Hay que tomarlo literalmente.
Su oratoria central desde que es candidato es hablar en contra de “la casta”, sin embargo, se alió con Mauricio Macri y Patricia Bullrich en este balotaje. ¿Cómo leés este cambio?
Milei ahora está en un cambio bastante impresionante, poniendo en jaque varias cosas importantes de su construcción. Lo que para mí es central, y es la gran novedad del último mes de Milei, es que por primera vez empezó a ser un político en el sentido más tradicional. En el último mes perdió un gran activo: su honestidad brutal, y empezó a decir cosas en las que no cree. Cuando uno de los grandes activos de Milei era ser quien decía lo que se le venía a la cabeza. Era políticamente muy incorrecto. Y, en parte, por eso funcionaba, ¿no? Los políticos mienten. Milei no miente: dice lo que piensa. Eso empezó a girar.
Estamos a horas del balotaje. ¿Qué está en juego en esta elección?
El futuro de Argentina. En este caso está muy agravado porque de un lado hay inestabilidad. Podemos entrar en un camino de inestabilidad muy profunda. No sabemos cómo puede terminar. Yo creo que muy mal. Algunos dicen que está en desgaste la democracia. Pero es tan sensible este tema que hasta que no lo vea no me gusta hacer futurología. Pero hay actitudes antidemocráticas en el mundo de Milei. De hecho, mi gran temor hoy es que si pierden la elección la desconozcan. Porque en Estados Unidos eso terminó mal.
Por último, imaginate que el domingo gana Milei. ¿Cómo ves a esa Argentina post elección?
Me veo a mí no durmiendo el domingo, seguro. La respuesta más honesta es: no sé. En el sentido de que no hay experiencias históricas previas para imaginar a dónde puede ir Milei. Varias ideas centrales de Milei no fueron nunca aplicadas. Y a eso se le suma que él toma decisiones en base a lo que le dicen perros clonados. Entonces, hay un multiverso que se abre donde es muy difícil pronosticar. Yo creo que vamos a jugar feo, malo, muy jodido. Pero no sabría decir bien exactamente a dónde va.