El director de la División Transporte de la Intendencia de Montevideo (IM), Gonzalo Márquez, explicó en un extenso "hilo" de Twitter por qué los ómnibus son tan grandes y derribó el mito de que, si fueran más pequeños, la circulación sería más ágil.
La exposición de Márquez surgió luego de que en el programa Verpertinas de Canal 4 una televidente preguntara "por qué siguen siendo tan grandes los ómnibus cuando siempre se habló de que lo ideal era que fueran micros". Sobre la consulta, el jerarca dijo que la escuchó "varias veces en reuniones con vecinos o amigos" y se dispuso a contestarla públicamente.
Según dijo, "detrás de esta pregunta está la idea de que sería mejor que los ómnibus fueran pequeños", pero consultó: "¿Mejor para quién?"
Márquez dijo que habitualmente "se asocia ómnibus pequeños con una circulación más ágil" pero "se parte de una premisa equivocada, donde los ómnibus 'obstaculizan' el tránsito de los automóviles particulares, cuando es al revés". El jerarca aseguró que "los automóviles particulares obstaculizan a los ómnibus (y el tránsito)".
"Para poder entender esto, basta comparar la superficie de la vía pública que utiliza un automóvil que ocupa unos 7 m2 (4 m x 1,8 m) para trasladar 1,4 personas promedio (en trayectos urbanos), contra un ómnibus que ocupa unos 30 m2 (12 m x 2,5 m) y traslada a 60 personas", argumentó.
Márquez volvió a preguntarse "quién obstaculiza a quién" y respondió que, "hace unos años, el urbanista Jan Gehl estudió la relación entre espacio ocupado y personas trasladadas sobre 18 de Julio", informe que permanece publicado en la página web de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República. Márquez destacó, de este informe, que el auto ocupa el 27 % del espacio y traslada al 8 % de las personas que se mueven por esa avenida, mientras que los ómnibus ocupan el 33 % del espacio y trasladan al 57 % de las personas.
El jerarca afirmó que los ómnibus más chicos "implicarían mayor costo para el sistema" y que "esto puede verse analizando la estructura de costos y el peso de la mano de obra". En conclusión, "ómnibus más chicos implican mayor cantidad de ómnibus, mayor personal y mayor costo" y "también mayores emisiones ambientales".
"En realidad, una agenda a profundizar es otorgar mayor espacio público al transporte colectivo e incorporar unidades de mayor porte (articuladas) en avenidas principales. Esto traería mayor eficiencia en la utilización del espacio público y menores costos", apuntó el jerarca.
"Unidades más pequeñas tienen sentido en zonas de baja demanda, en donde trasladan personas hacia centralidades barriales, terminales o corredores, y en combinación con unidades de mayor tamaño, pero no como estrategia generalizada de transporte público", añadió.
En este sentido, Márquez volvió a la pregunta inicial: "Ómnibus chicos, ¿mejor para quién?". Según dijo, no sería mejor ni para para los usuarios del transporte público, ni para la ciudad, ni para el medio ambiente, ni para una mejor calidad de vida.
Márquez concluyó que "movilidad sostenible es mayor espacio a ómnibus, peatones y bicicletas".