Beatriz Busaniche es la líder de Creative Commons Argentina, una de las filiales de la organización internacional que distribuye licencias "libres" para obras culturales. La semana pasada vino a Montevideo para participar del ciclo de debates sobre derechos de autor en el marco del Sumar y aseguró que se trató de una "grata sorpresa" que en Uruguay comience a debatirse el tema.

Sin embargo, reconoce que en Uruguay "aún falta madurez" a la hora de discutir sobre la tensión entre derechos de autor y el acceso a la cultura. En entrevista con Montevideo Portal durante su paso por la capital uruguaya, la licenciada en Comunicación Social y magister en Propiedad Intelectual aseguró que la forma en que se dio el debate evidenció que los actores que defienden la extensión de los derechos de autor "no están acostumbradas a que se les pare alguien adelante y les discuta".

Según Busaniche, representantes de la Cámara Uruguaya del Libro, de la Cámara Uruguaya del Disco y de AGADU realizaron afirmaciones "livianas" durante el encuentro. "Cuando uno no tiene a nadie adelante, puede venir y decir cualquier cosa porque nadie te lo va a rebatir", sostuvo, criticando que la argumentación presentada en el Sumar por AGADU fue "un ataque ad hominem a Creative Commons, porque sólo preguntaba quién es esta gente y quién los financia".

La activista señaló que "en Argentina ya hemos pasado esta etapa y actualmente nos sentamos mano a mano a tomar un café porque nos reconocemos como actores y como interlocutores".

La argentina también criticó la recurrente utilización de slogans por parte de los defensores de modelos restrictivos de los derechos de autor. En ese marco, rechazó que el derecho de autor pueda ser considerado "el salario del autor", indicando que "esa una idea que no tiene ningún sustento".

"Hay que defender al asalariado en términos de asalariado y si decís que la propiedad intelectual es el salario estás abriendo la puerta de la precarización absoluta, porque estás desligando a aquel que lo contrata y lo explota de todas sus obligaciones como empleador", argumentó. Al respecto, mencionó como ejemplo "el adelanto que te hace las disqueras a cuenta de regalías", asegurando que "esas regalías o no aparecen o son muy magras". Por ese motivo, Busaniche defiende que "si el autor es un asalariado que trabaja para una industria que lo contrata debe tener mejores condiciones de contratación".

Para Busaniche el debate sobre derechos de autor tiene una especial particularidad: "la alianza discursiva y estratégica entre el explotador y el explotado frente al usuario final". Según la líder de Creative Commons, "el autor es explotado por la industria y no por el usuario, porque al autor no lo perjudica que el usuario se descargue una canción, lo perjudican los contratos leoninos que firma con la discográfico".

El rol del Estado y el "mundo ideal"

Cuando se la consulta sobre la solución "ideal" para salir del debate sobre derechos de autor, Busaniche no duda en señalar al Estado como el agente que tiene el "rol fundamental". Según explicó, "es el Estado quien tiene a su cargo la definición del bien a tutelar, porque la definición de los bienes inmateriales, como los derechos de autor, se hace por ley. No necesito que una ley me diga qué es una silla, pero es a través de la regulación que se sabe qué es el derecho de autor y qué alcance tiene".

En esa regulación debería constar, por ejemplo, "si el autor tiene derecho a autorizar o impedir una copia Braile para que la pueda leer un ciego". Para Busaniche se trata de algo que "debe definirlo el Estado, no puede quedar librado a la buena voluntad del autor que dice yo hago lo que quiero con mi obra".

En efecto, la argentina rechaza la teoría de que el autor pueda disponer de su obra libremente. "No podés hacer lo que querés porque vos tenés ese derecho porque el Estado definió que lo tengas y es el Estado y la política pública quien va a definir cuáles son los límites de tu derecho, ya que ese derecho es una construcción social, tiene un fin y una utilidad social, de lo contrario no se justifica".

Dentro de ese marco, Busaniche se anima a afirmar que "si el autor quiere tener pleno control sobre su obra no la debe publicar, porque desde el momento en que la publica la obra pasa a estar en circulación". En ese momento, "las lecturas de su obra, las interpretaciones que se hagan de su obra ya no le pertenecen más, su propiedad sobre la obra no llega hasta ahí".

La cara visible de Creative Commons que lo "ideal" sería apuntar una legislación sobre derechos de autor específica para cada sector, dado que "actualmente tenemos leyes que cubren todo, desde los papers académicos hasta la canción de moda, desde una película de Hollywood hasta la del documentalista uruguayo que la hizo a pulmón".

Según Busaniche, la legislación actual sobre derechos de autor, tanto en Uruguay como en Argentina, "ha instaurado que la propiedad intelectual es la norma y los derechos del usuario son la excepción". En ese sentido, explicó que "el mundo ideal" que defiende Creative Commons implica "exactamente lo contrario: el acceso a la cultura debe ser la norma y el monopolio sobre la cultura debe ser una excepción, plenamente justificada con un fin social".

El caso de las fotocopias

"Me pareció una excelente noticia", afirmó Busaniche en relación al operativo policial que, a fines de octubre, derivó en el procesamiento de catorce personas por fotocopiar libros. Si bien el hecho puede considerarse un golpe a la posibilidad de acceder a materiales de estudio, la argentina sostiene que acabó siendo beneficioso para los detractores de los derechos de autor.

"Sinceramente hacía mucho tiempo que no venía algo así. Una vez entró la Federal a la UBA (Universidad de Buenos Aires) pero es algo que en Argentina no pasa", comentó, explicando que en el país vecino los hechos demostraron la inconveniencia de radicar denuncias como la presentada por la Fundación de Cultura Universitaria.

"Que me disculpen los que hicieron la demanda, pero me parece algo de una torpeza política increíble", sostuvo Busaniche, asegurando que este tipo de organizaciones "en Argentina no van más contra el usuario final porque se dieron cuenta que el efecto es grandísimo" y calificando el acto como otra muestra de "inmadurez".

La activista sostuvo que "de nuestro lado estamos agradecidos" porque la trascendencia que tuvo el hecho puso el debate sobre la mesa y dejó al descubierto la tensión entre la legislación y el acceso a los materiales. En ese sentido, recordó una de las frases expresadas por el cantautor Mauricio Ubal durante el Sumar, cuando "dijo muy suelto de cuerpo que en Uruguay no hay problemas de acceso a la cultura". Según Busaniche, lo ocurrido con las fotocopias "lo desmiente" y demuestra que "no hay problemas de acceso en tanto todos violan la ley, cuando la empezás a aplicar queda de manifiesto, y si no pregúntenle a los estudiantes de Derecho como prepararon esos exámenes".

También en este punto, la representante de Creative Commons consideró que "el Estado debe ponerse los pantalones largos" y "dar cuenta del problema con una mirada de bien público".

Las perspectivas en la región

Busaniche destacó como positivo que Uruguay no haya firmado, en su momento, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Es que en ese tipo de tratados, suscriptos sí por varios otros países de la región, el país norteamericano incluía una serie de exigencias relativas a los derechos de autor, buscando extender el tiempo en que los derechos permanecen protegidos.

"Estados Unidos tiene un doble estándar en la materia. Es muy flexible para adentro, donde sigue protegiendo el acceso a la cultura, pero para afuera exige un disciplinamiento total porque para ellos el copyright es un tema clave", remarcó, concluyendo que "es una muy mala idea firmar tratados de libre comercio porque ellos te obligan a legislar en un sentido que ellos no lo hacen".

Si bien Uruguay no firmó el TLC, Busaniche advirtió que la intención de Uruguay de sumarse a la Alianza del Pacífico podría ser peligrosa, por las mismas razones.

Más allá de este fenómeno, la activista argentina dijo ser "muy optimista" en cuanto a la relación de los países de América Latina de "lograr algo" a la hora de cuestionar el sistema de derechos de autor. "Tenemos un potencial enorme porque somos altamente politizados, entendemos que es una militancia política y que si nosotros no movemos el avispero, la cosa no se va a mover".