El residencial Victoriano Sosa de la ciudad de Fray Bentos saltó a los titulares de la prensa durante el pasado fin de semana, por ser el escenario de un grave foco de coronavirus. El lunes, y luego de que se produjeran 15 decesos, autoridades del MSP y el propio ministro Daniel Salinas viajaron a la capital de Río negro para conocer de primera mano la situación.
El caso generó opiniones encontradas y una tormenta política, con críticas y respaldos a la gestión de la pandemia en particular y de ese caso en particular.
El martes, El diputado frenteamplista Felipe Carballo, integrante de la lista 711, planteó en su cuenta de Twitter que el ministro de Salud Pública debería renunciar a su cargo. Carballo señaló que la "incapacidad de mando" de Salinas "es notoria" y afirmó: "Sus declaraciones dejan en evidencia la responsabilidad del Ministerio de Salud Pública (MSP) en los fallecimientos en el residencial de Fray Bentos".
Más allá del debate político, los fallecimientos se siguen produciendo en el residencial. Según informa el medio local Canal 11, en las últimas horas fallecieron dos residentes en el lugar, llegando a la suma de 20. El último deceso hasta el momento fue el de una anciana conocida como "Ita", que dejó de existir sobre las 02.00 de hoy.
Actualmente son 16 los residentes cursando la enfermedad, separados de un grupo de 31 ancianos que dieron negativo.
Ayer también se confirmaron ocho muertes en un residencial de Durazno y cuatro en uno de Dolores (Mercedes), informó Subrayado y confirmaron fuentes de la salud a Montevideo Portal.
En Paysandú, y en previsión de situaciones similares, el total de residentes en una casa de atención a adultos mayores que no está registrada ante el Ministerio de Salud Pública (MSP) fueron internados en el Hospital Escuela del Litoral. Según informara el medio local El Telégrafo, 7 de los 8 residentes tenían covid.
El problema fundamental al que se enfrentan los responsables del residencial es que al no estar registrado como Establecimiento de Larga Estadía para Personas Mayores (Elepem) cuando se hizo la campaña de vacunación concurriendo a cada uno de ellos, los vacunadores no llegaron ahí, por lo que los ocho residentes --todas personas en edad de riesgo y con comorbilidades-- no recibieron la vacuna Pfizer.
Esta situación podría estarse produciendo en todo el territorio nacional, en otros residenciales no registrados debidamente.
El año pasado y durante la primera ola de la pandemia, los residenciales para adultos mayores fueron especialmente castigados en todo el mundo, viviéndose en algunos de ellos escenas dantescas. En Estados Unidos se dieron casos en los que establecimientos tuvieron que ser desalojados luego de que el personal -aterrorizado- se negara a concurrir a trabajar.
En Nueva Jersey, la Guardia Nacional debió hacerse cargo de dos residenciales en los que el personal había desertado o enfermado, y nadie podía atender a los residentes.
La situación de pandemia reavivó en varios países la polémica sobre el modelo de negocios de estos establecimientos. Por ejemplo, en la provincia canadiense de Ontario se presentó una iniciativa para llevar todos los residenciales a la esfera pública y prohibir la existencia de hogares con fines de lucro.