“Nos hemos ganado el legítimo derecho de que el domingo exista una posibilidad de que nosotros pasemos a segunda vuelta”, dijo este jueves en el acto de cierre de campaña virtual que llevó adelante el candidato del Partido Colorado, Andrés Ojeda, a través de Zoom con los dirigentes de su partido de todo el país.

Este discurso va en la línea con los esfuerzos del equipo de campaña del candidato, quien ha usado los datos de la única encuesta que lo ubica a un punto del blanco, Álvaro Delgado, en publicidades pautadas en medios tradicionales y en redes sociales en los últimos días.

La jugada del colorado tiene varias consecuencias, que pueden ser —y de hecho fueron— objeto de análisis de politólogos.

Este martes, en la tertulia de En Perspectiva (Radio Mundo), Daniel Chasquetti y Daniel Buquet aludieron a esta situación.

“Me da la impresión de que esta competencia entre Delgado y Ojeda está haciendo sufrir a los [partidos] chicos. En la medida que Ojeda se acercó a Delgado, un votante de Cabido Abierto o del Partido Independiente, un votante típico de la coalición que, a priori, esté dispuesto a darle el voto a la mejor opción puede verse atraído de participar en esa definición”, expresó Chasquetti.

Entonces, razonó, “las aspiraciones al Senado de CA y de Pablo Mieres [PI] están condicionadas por esa competencia entre Delgado y Ojeda”.

Buquet coincidió con el análisis de su colega en ese punto y agregó: “A veces cuesta entenderlo porque cuando tenemos elecciones de mayoría simple, la cosa está entre el primero y el segundo y muchos electores abandonan a terceros partidos, aunque los prefieran para definir la elección”.

El experto dijo que en Uruguay “con balotaje” la costumbre es pensar que no hay incentivos para el voto estratégico porque se decide en la segunda vuelta.

En este punto apuntó al discurso “tipo” de candidatos como Mieres. El discurso del líder del PI sería: “Esta es una elección legislativa, el senador 15 puede ser el del Partido Independiente, votame a mí”.

Sin embargo, de acuerdo con Buquet, en el sistema con balotaje “también hay incentivos para el voto estratégico” y la estrategia discursiva de Mieres se puede ver perjudicada por la competencia entre Ojeda y Delgado. 

“El equilibrio de candidatos en estas condiciones es entre tres [Orsi, Delgado y Ojeda], porque como entran dos, la cosa no es entre el primero y el segundo, como en la mayoría simple, sino entre el segundo y el tercero”, planteó Buquet.

Tras esto apuntó: “Si Ojeda logra convencer a la gente de lo que viene diciendo, y es que el segundo lugar está en disputa, precisamente ahí es donde, en condiciones del sistema de doble vuelta y de mayoría absoluta, como el nuestro, empieza el espacio para el voto estratégico”.

Además de esa afectación de la que habló Chasquetti a los socios minoritarios de la coalición en cuanto a la cantidad de bancas que podrían alcanzar, Buquet dio un paso más y apuntó a que el modelo también puede afectar al voto del Frente Amplio.

Esto, de acuerdo con su visión, “un frenteamplista podría decir: ‘Mirá, yo prefiero que mi candidato vaya contra este o contra este otro’”.

Chasquetti acotó a esto último “un pequeño detalle”. “Es regalarle bancas [a la coalición], porque es un voto conjunto: no se vota limpiamente a la Presidencia, sino que se vota a los dos poderes [Ejecutivo y Legislativo]”, expresó.