Desde fines del 2016, se viene discutiendo en nuestro país un nuevo sistema de etiquetado de alimentos, que incluirá advertencias sobre el exceso de sal, grasas y azúcar en los productos.
El proyecto de decreto despertó reparos por parte de la industria alimenticia, que considera que se usan parámetros muy exigentes, que harán que casi todos los productos tengan alguna clase de rótulo.
El texto establece que los alimentos envasados deberán constar de un rotulado frontal, en los casos en cuya composición final el contenido de sodio, azúcares, grasas o grasas saturadas exceda los valores establecidos en el decreto, que "fueron establecidos a través de una flexibilización" del Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.
Por ejemplo, sodio; 8 mg de sodio por 1 kcal o 500mg cada 100 g; azúcares: 20% del valor calórico total y 3 g cada 100g; grasas: 35% del valor calórico total; grasas saturadas: 12% del valor calórico total.
Los rótulos serán octógonos en blanco y negro que dirán "Exceso grasas. MSP" o "Exceso sodio. MSP", por ejemplo. Deberá ubicarse en la cara frontal principal del envase de los productos, preferentemente en la parte superior
En el proyecto se aclara que se exhorta a los centros educativos públicos y privados, así como otros centros de cuidado y atención a la infancia y la familia, a "adoptar medidas que desalienten el consumo de alimentos que contengan el rotulado frontal".
Críticas
El departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Facultad de Química realizó un informe sobre el proyecto en el que cuestiona muchos de los criterios y conceptos usados.
Por ejemplo, que "asume una relación directa entre el consumo de alimentos procesados y el desarrollo de la obesidad y otras ENT", sin tener en cuenta la multiplicidad de factores.
"¿Se puede condenar a un alimento ancestral como el yogurt, con múltiples beneficios comprobados para la salud, por contener azúcar en cantidades tales que resulte placentero para el consumidor?", se preguntan.
Discuten además los parámetros usados por la OPS y advierten que algunos productos serán clasificados como "no saludables", aún cuando están anunciados como "bajos" o "light".
El departamento de la Facultad de Química advierte además que no hubo debate técnico con académicos y que el proyecto podría colocar a Uruguay en infracción del marco normativo regional del Mercosur, que cuenta con una regulación específica relativa al etiquetado y a la información nutricional de los alimentos.
Fuego amigo
Estas críticas provenientes del ámbito académico, sin embargo, fueron respondidas desde la propia universidad. El ingeniero alimentario y doctor en Química Gastón Ares integra el Núcleo Interdisciplinario "Alimentación y Bienestar" de la Universidad de la República, que participó de la redacción del proyecto.
Para Ares, hay varios "errores conceptuales" en el informe crítico del departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos. El primero tiene que ver con su visión del espíritu del decreto, que según el químico "no es demonizar alimentos ni que la gente no consuma más alimentos con estos rótulos, sino solamente informar que existen algunos alimentos que, desde el punto de vista nutricional, son desbalanceados, porque tienen excesiva cantidad de azúcar, de grasa o de sodio". Por lo tanto, se tienen que consumir con baja frecuencia. El objetivo es "facilitar la toma de decisiones", dijo.
La última versión del decreto establece que hay evidencia científica para establecer que el consumo excesivo de grasa, azúcar o sal se asocia con la obesidad y enfermedades no transmisibles pero "por supuesto que no es la única causa, pero sí es una y cada vez se reconoce más", apuntó.
Como ejemplo de las críticas, tomó las declaraciones sobre el yogurt, al que en el informe definen como un alimento con muchos beneficios. "Es verdad, pero cuando no tiene un exceso de azúcar. En realidad, los beneficios del yogurt no son cuando la industria le agrega azúcar en forma excesiva. El decreto no pretende que no se le agregue sino que sean cantidades más bajas", remarcó.
Ares habló sobre lo problemático que es, especialmente para niños pequeños, acostumbrarse a consumir coas muy dulces, lo que orienta las preferencias hacia consumo de alimentos de este tipo.
Situación límite
Con respecto a la crítica a los límites impuestos, Ares explicó que Uruguay lo que hace es tomar recomendaciones internacionales de la OPS, autoridad sanitaria a nivel regional.
Es cierto, aclara, que hay situaciones que pueden parecer una incoherencia, como los rótulos para los productos light o reducidos en grasa, pero "hay que tener en cuenta cómo se define un producto light o reducido en grasa". Muchas veces este nombre se le da en comparación con la formulación original de la empresa de ese producto. Es decir, "desarrolló un alimento con mucho contenido de grasa, luego lo rebaja y por eso es reducido en grasas, pero no quiere decir que sea saludable". Ares aclaró que esas alegaciones de la industria "muchas veces confunden a los consumidores, que piensan que están comprando un alimento saludable, aunque sigue teniendo mucha cantidad de grasa, azúcar o sal".
Lo que plantea el decreto es que "todos los alimentos tengan una misma base de comparación". Una mermelada tendrá mucha cantidad de azúcar "independientemente de si es light o no", dice el ingeniero, que aclara que en esos casos "vas a consumir azúcar y tenés que saberlo, pero no es para asustar sino para que las personas tengan información".
Además, señaló que se acataron lineamientos internacionales pero se los flexibilizaron, sabiendo que los límites impuestos por la OPS iban a generar discordia.
El principio que usa la OPS para llegar a esos límites es teniendo en cuenta si se consume todo el tiempo alimentos con cantidades excedidas. "Hoy en día, por ejemplo, las recomendaciones son para una persona adulta, con determinado tipo de actividad. Para un niño no es lo mismo. Por eso la OPS busca criterios aplicables a todos, independientemente de cuánta energía tenés que consumir", aclara Ares.
El químico reconoció que es verdad que los límites de la OPS son muy estrictos, exigentes, y es difícil que algunos productos lleguen a cumplirlos, pero por eso "Uruguay planteó flexibilizarlo y tener criterios que se basan en esos principios pero que son más permisivos, para que el número de productos con rótulos sea menor".
Ares también aseguró que no hay contradicciones con las reglas del Mercosur, como indica el departamento de Ciencia y Tecnología, porque recientemente se acordaron lineamientos para la rotulación de los países del Mercosur,que establecen que habrá rótulos de advertencia y que los parámetros serán los de la OPS.