Por Santiago Magni
Santimagni93
Fotos: Javier Noceti | @javier.noceti
El pasado mes de octubre, el Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció la implementación del primer Protocolo Nacional de ACV y la incorporación de la trombectomía (tratamiento que se utiliza en casos de ACV) a partir del próximo año entre las prestaciones del Fondo Nacional de Recursos (FNR).
En diálogo con Montevideo Portal, Ignacio Amorín, coordinador del Programa de Salud Cerebral del MSP, explicó en qué consiste el protocolo, cuáles son los objetivos y dio datos sobre la prevención de los ACV.
"En cada departamento de Uruguay va a haber una unidad ACV. En algunos departamentos las unidades son solo de ASSE, en otros de prestadores privados", explicó Amorín.
"Centros de ACV en Uruguay existen desde 2009 y desde el 2010 la unidad de ACV del hospital de Clínicas es el centro más importante, que ha tratado la mayor cantidad. Casi 1000 casos", agregó.
Amorín explicó que el MSP pondrá foco en nueve departamentos, porque "en tres de esos nueve no se ha hecho todavía ningún tratamiento trombolítico".
"Por primera vez tenemos datos de ACV global en todo el país. Va a ser importante, porque será el punto de partida sobre el que vamos a actuar. La mayoría de los casos se concentra en Montevideo y el resto en todo el país. En total, todas las enfermedades cerebrovasculares, sean ACV agudos o no, son 6.400 casos", agregó.
Por porcentaje internacional en el MSP tienen la información de que entre 20 y 30 % de los ACV hay que hacerles tratamiento trombolítco.
"Tenemos que mejorar la formación en las unidades ACV. Vamos a trabajar en todo el país para mejorar los procesos", aseguró el coordinador del Programa de Salud Cerebral del MSP.
"La clave de todo esto es actuar rápido, tenemos que mejorar la formación de los médicos, sobre todo en el interior. El lema para tratar el ACV a nivel mundial es ´el tiempo es cerebro´. Cada minuto que pasa cuando una persona tiene un ACV se mueren dos millones de neuronas en el cerebro. Hay que actuar rápido", añadió.
"Para aplicar trombólisis, se destapan las arterias por acción química, hay un tiempo máximo de cuatro horas y media desde que se empiezan a desarrollar los síntomas", explicó.
Por otro lado, en el caso de la trombectomía, "cuando la acción química no fue suficiente para destapar las arterias, el tiempo límite es entre seis y ocho horas". "No es la inyección de una sustancia química, sino la introducción de un catéter que se mete al árbol vascular llega hasta la arteria del cerebro, y rompe mecánicamente el coágulo", sostuvo Amorín.
El 5% de los ACV requieren de trombectomías mecánicas, que es un tratamiento de alto costo y alta complejidad, por lo que cumple los requisitos para ser una prestación del Fondo Nacional de Recursos.
"Son varios miles de dólares. Hasta ahora se le pedía al paciente que los sacara de su bolsillo cuando tenía un ACV. Vamos a terminar con eso y a partir de marzo esperemos que el sistema esté ajustado a full", dijo el doctor.
Mecanismos de prevención
"El 90% de los ACV son por factores de riesgo, es decir que son por conductas modificables", explica Ignacio Amorín.
Entre esas conductas se incluyen: fumar, tomar alcohol, ser hipertenso, diabético, sedentario, obeso o tener colesterol alto.
"En esos factores de riesgo tenemos que trabajar, que la gente entienda que tiene que comer sin sal, bajar el azúcar, las harinas, comer más frutas y verduras", sostuvo el doctor.
"El 90% de los uruguayos no comen 5 frutas y verduras diarias (tres frutas y dos verduras) que es el mínimo que se estima para bajar el riesgo de estas enfermedades. En 2006 se midió esto en la encuesta de factores de riesgo para enfermedades no transmisibles y estábamos en 80 y pico % que no cumplían. En el 2013, última encuesta que se hizo, estamos peor", agregó.
Amorín señaló que "los productos ultra procesados, como hamburguesas de comida rápida, papas fritas, bebidas cola, crecieron su consumo un 146%".
"Esos alimentos hacen que se nos tapen las arterias. Va a ser fundamental el tema prevención, tuvimos una campaña intensa en setiembre, en el mes de la salud cardiovascular, que también lo unimos con la salud cerebrovascular", aseguró.
Rehabilitación
Una vez que la persona sufrió el evento neurológico se debe trabajar para que no le vuelva a pasar, "eso se llama prevención secundaria", dijo Amorín.
"La persona debe tomar algunos medicamentos y cambiar los hábitos de vida mencionados anteriormente.
Además, debe hacer ejercicio para reinsertarse en su mundo laboral y social", explicó el doctor.
"El 20% de los ACV tiene consecuencias devastadoras y la persona queda dependiente y casi un 30% se mueren. El resto puede tener niveles de dependencia más leves e incluso volver a su vida normal", agregó.
Desde el MSP señalan que "una vez que se sufre el evento es necesario rehabilitarse", por lo que desarrollaron "un plan para organizar mejor todos los servicios de rehabilitación, incorporando la telemedicina".
"Hay localidades donde no hay médicos con cierta especialidad. Mediante un videochat un fisiatra puede ver a un paciente e indicarle al fisioterapeuta qué ejercicios tiene que hacer el paciente, por ejemplo", aseguró Amorín.
"La telerrehabilitación es el modo para tratar la carencia de rehabilitadores", comentó.
El rango etario de los casos de ACV
"Un ACV Le puede pasar a personas jóvenes. Los ACV son de dos tipos, los infartos y las hemorragias. Las hemorragias son el 15% de los ACV", señaló Amorín.
"El promedio de edad de una persona que sufre un ACV es de 72 años. El rango etario llegó a 113 años un caso y una persona joven de 20 o 30 años también puede sufrir un ACV", añadió.
El médico sostuvo que cuando la persona es más joven "pesan problemas genéticos o malformaciones vasculares de nacimiento, más allá de los factores de riesgo tradicionales".
El desafío del contexto de emergencia sanitaria
Amorín sostuvo que una diferencia con respecto al coronavirus es que "el ACV no se queda en casa, ese es el mensaje a nivel mundial". "Si te da un ACV no te quedes en casa, hay que ir rápidamente al centro de salud más preparado para tratarlo", aseguró.
"Hay que llamar a la emergencia y reconocer los síntomas del ACV. El sedentarismo y la necesidad de restringir la actividad ha llevado en el mundo a que los factores de riesgo empeoren, como el control de hipertensión y diabetes, redundando en un mayor riesgo de ACV", dijo Amorín.
El coordinador del Programa de Salud Cerebral del MSP cree que "aunque estemos limitados en nuestras actividades debemos seguir alimentándonos bien, hacer ejercicio, aunque sea en casa y bajar el consumo de sal y azúcar".
"Si además de quedarnos quietos en casa comemos inadecuadamente y no realizamos ejercicio es que aumentamos el riesgo de tener ACV", reflexionó.
Además, Amorín sostuvo que el objetivo es "continuar bajando la mortalidad por ACV, que viene bajando desde la década del 70. Bajar los números de ACV y la discapacidad que es producto de un ACV".
"Esto será posible al ofrecer estos tratamientos a toda la población. Tenemos la aspiración de bajar un 30% la discapacidad por ACV en Uruguay. También nos gustaría culminar todos los procesos de rehabilitación de unidades de ACV y formación del personal en todo el país", concluyó.
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