Proyecto Empatía, iniciativa socioeducativa que trabaja con jóvenes y adolescentes privados de libertad, le pone un freno a su labor en las cárceles por “obstáculos políticos” desde las instituciones, “desacreditación constante” y “falta de garantías”.
El colectivo, que nace en octubre de 2020, compartió su decisión a través de un comunicado en su cuenta de Twitter, donde destacó también sus logros. “Logramos crear un conversatorio que reunió a más de 100 personas, que logró interpelar la realidad de las adolescencias en contexto de encierro, y que dio inició a nuestra postura política e institucional: repensar la cárcel es tarea de todos”, se indica.
Además, se agrega que en 2021 —gracias al apoyo económico de la gente— se desarrollaron talleres de expresión y comunicación en dos centros de Montevideo y cinco de la Colonia Berro, en Canelones. El reclamo, dice el texto, es el mismo desde ese entonces: la necesidad de garantizar más actividades socioeducativas.
En 2022, se sumó el centro Sarandí, ubicado también en Colonia Berro. En este centro y en el MD1, ambos del Instituto Nacional de inclusión Social y Adolescente (Inisa), el colectivo reclama haberse enfrentado a discursos “adultocentristas y punitivistas” que muchas veces lograron coartar el proceso de trabajo.
“Las dinámicas en estos centros de máxima y alta seguridad, se sostienen en el encierro, vulnerabilidad de derechos y condiciones denigrantes”, dice el escrito.