En una reunión que mantuvieron los líderes de la coalición republicana algunos días después del 27 de octubre, el candidato Álvaro Delgado transmitió su intención de no pensar en cargos hasta que la votación del próximo 24 de noviembre arroje un ganador. 

En la elección nacional quedó laudado también que si Delgado llega a nombrar a algún otro eventual ministro —ya lo hizo antes de octubre cuando anunció a Diego Labat para Economía— será para “dar una señal” a la ciudadanía y “marcarle la cancha al Frente Amplio”. 

A pesar del pedido de Delgado, el senador electo por el Partido Colorado Pedro Bordaberry ha transmitido públicamente la idea de que su fuerza política tenga “más peso” en el Ministerio del Interior, aunque eso no significa necesariamente que el partido asuma el liderazgo de esa secretaría de Estado. 

La posición que esgrimió Bordaberry la argumentó al decir que el equipo en seguridad de su partido es de los más potentes y, de hecho, el propio Andrés Ojeda tiene expertise en la materia por su rol como abogado penalista. Bordaberry consideró este viernes en Primera mañana (El Espectador) que el excandidato colorado sería un “ministrazo”, aunque aclaró: “No te quiero dar el titular, porque la idea no es proponerlo”. Y luego aseveró: “No es momento de hablar de cargos, eso queda para después del 24 de noviembre”.

Días atrás, el actual ministro del Interior, Nicolás Martinelli, fue consultado acerca de sus intenciones de seguir o no al frente del organismo. En rueda de prensa, el jerarca dijo que sí estaría dispuesto a asumir por un año más. Fuentes allegadas a Martinelli confiaron a Montevideo Portal que su cometido es poder aprobar el presupuesto y dejar “el ministerio encaminado”. 

Sobre su postura de quedarse un año y no todo el período, Martinelli ha transmitido a su interna que el cargo es “demasiado desgastante”, lo que no solo implica una gran carga de trabajo, sino también una afectación a nivel familiar. 

Desde su llegada a Interior, tras la salida de Luis Calabria, Martinelli construyó una muy buena relación con el coordinador de estrategias de seguridad integrales y preventivas, Diego Sanjurjo. De hecho, el actual ministro ha destacado el trabajo técnico que hace Sanjurjo, logrando actualizar procedimientos y modernizando procesos que venían dados desde hace mucho tiempo dentro del organismo. 

Las fuentes indicaron que al secretario de Estado le parecería correcto que, en caso de que Delgado le diera aval para seguir al frente, el puesto de subsecretario fuera ocupado por Sanjurjo. 

El ministerio del presidente

Delgado aún no definió cómo prevé integrar el gabinete, en caso de ganar el balotaje, y ha dicho públicamente que la elección del presidente Luis Lacalle Pou de que cada cartera tenga un titular blanco y otro de la coalición no siempre ha “dado buenos resultados”. 

Lo que sí parece estar laudado dentro del Partido Nacional es que el Ministerio del Interior será para alguien de esa fuerza política, dado que lo entienden como un “área sensible” y de especial relevancia para el presidente. 

Por otro lado, los colorados dentro de su equipo de seguridad tienen personas con perfiles diferentes y encontrados. Sanjurjo, por ejemplo, ha cruzado a Gustavo Zubía por sus expresiones en relación a la represión del delito. También está la exfiscal Gabriela Fossati, quien tiene una visión negativa de cómo funciona el sistema de Justicia y lo ha hecho saber en reiteradas ocasiones tras su salida de la Fiscalía.

Consultado por Montevideo Portal, Ojeda aseguró que las diferencias entre colorados no serán un problema porque “todo quedó laudado en el programa”. El excandidato insistió que “una muestra de ello” es que dentro del programa de la coalición, en el capítulo de la seguridad, están prácticamente todas las propuestas de los colorados. 

Sobre los dichos de Bordaberry, Ojeda no consideró que le hubiera puesto presión o marcado la cancha. “Le puso presión a Álvaro, pero él esa puerta la cerró al decir que ahora lo que importa es ganar y no nombrar cargos”, indicó.