Imputado con prisión en octubre pasado como presunto autor de múltiples delitos sexuales, el exlegislador nacionalista Gustavo Penadés permanece desde entonces recluido en un centro penitenciario en el departamento de Florida.

En los últimos días, el nombre de Penadés volvió a sonar en la prensa y en los corrillos judiciales. Esto sucedió porque la fiscal Alicia Ghione se apresta a pedir que Penadés sea imputado por nuevos cargos, relacionados a la investigación paralela e ilegal que organizó luego de ser denunciado por los delitos antes mencionados.

Tal como informáramos, Penadés es acusado de reclutar a personas influyentes en la policía con el fin de conocer las identidades de los denunciantes —que habían sido declaradas como confidenciales por la Justicia— y eventualmente amedrentarlas.

Por esa trama ilegal fueron condenados tres civiles y dos policías, entre estos últimos Carlos Taroco, por entonces director del Comcar.

Otro de los uniformados que se vio envuelto en la trama fue Federico Rodríguez, quien habría recibido órdenes de Taroco para vincularse con Jonathan Mastropierro, testigo en la causa de Penadés.

Este lunes, el periodista Diego Martini, del programa radial Nada que perder (M24), divulgó en redes sociales un video grabado cuando estaba activa la investigación ilegal encargada por Penadés, y muestra cómo Mastropierro era seguido de cerca por los policías contratados para esa labor paralela.

El comunicador recordó asimismo los intercambios ya conocidos entre Taroco y Rodríguez, a quien le pedía información sobre Mastropierro, en los que se referían a este último como “el puto”. Rodríguez había recibido la misión de ganarse la confianza de Mastropierro y relacionarse con él, acción que en la jerga detectivesca se conoce como “Romeo”.

El periodista también publicó un “parte especial de información” emitido en julio de 2023 y calificado entonces como confidencial.

En ese documento se reportan las informaciones obtenidas por alguien a quien se denomina “nuestro infiltrado”, y que consisten en un registro de los movimientos de Mastropierro durante un plazo de 72 horas.

En el parte se explica que Mastropierro se desempeñaba como relacionista público en una discoteca y que el infiltrado en cuestión logró que lo invitara al área reservada del lugar. El documento también detalla los gastos del relacionista, incluyendo las comidas y bebidas que obsequiaba a sus invitados y el combustible que insumían sus desplazamientos.