El alcalde de Río de Janeiro, el pastor Marcelo Crivella, decidió este lunes mantener las medidas de aislamiento social en la ciudad, aunque garantizó que volverán a funcionar las iglesias, mientras que diversas regiones de Brasil han iniciado una reapertura gradual de sus actividades.
Esa retomada ocurre en momentos en que la pandemia aún no llega a su pico y Brasil es, junto con Estados Unidos, uno de los dos países más afectados del mundo, con casi 23.000 muertos y más de 360.000 casos.
Crivella anunció que las medidas de restricción en Río seguirán al menos una semana más, pero afirmó que incluirá las iglesias entre los servicios esenciales que podrán funcionar durante la pandemia, que ya deja casi 4.000 muertos en el estado de Río de Janeiro.
Según el alcalde, "las instituciones religiosas han sufrido interferencias indebidas en su funcionamiento" por parte de "acciones equivocadas de los agentes públicos", por lo que "cabe a la Alcaldía la autorización" para que puedan abrir.
Crivella consideró además que la expectativa de las autoridades sanitarias sobre un posible descontrol del COVID-19 en la ciudad de Río de Janeiro, que contabiliza 182 fallecidos y casi 22.000 casos, no se confirmó.
"Hoy hemos dominado la pandemia, no entramos en el caos. Teníamos una preocupación enorme con una explosión de casos en la ciudad. Gracias a los equipamientos que llegaron, no tuvimos eso", destacó.
Aseguró, sin embargo, que no irá "relajar las medidas de distanciamiento social" y señaló la necesidad de aguardar "para iniciar el retorno a las actividades".
La Alcaldía tiene previsto una posible desescalada a partir de junio y ya cuenta con protocolos para la reapertura de algunos segmentos que no "involucren aglomeraciones", como tiendas de muebles o concesionarios de vehículos.
No obstante, un estudio de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), indicó que el pico previsto del COVID-19 en el estado deberá producirse en la primera quincena de junio, en tanto que los muertos podrían ascender a los 30.000 si no se adoptan medidas más rigurosas de aislamiento.
CIUDADES REABREN PESE A QUE EL PICO NO HA LLEGADO
A pesar de que Brasil es el segundo país del mundo con más casos de coronavirus, diversas ciudades flexibilizaron las restricciones en los últimos días, como es el caso de Niteroi, en la región metropolitana de Río, y Duque de Caxias, el segundo municipio con más muertes en la región.
En Niteroi, salones de belleza, hoteles, inmobiliarias, hoteles y talleres mecánicos, entre otros, ya funcionan con algunos protocolos sanitarios, como la oferta de alcohol en gel, el distanciamiento entre las personas y el uso obligatorio de mascarillas.
En Duque de Caxias, un decreto municipal permitió la reapertura local de todas las actividades comerciales, lo que llevó a decenas de personas a las calles, pero una decisión judicial determinó posteriormente que el comercio deberá seguir cerrado.
Igualmente han llenado las calles los habitantes de Sao Luis, la capital del estado de Maranhao, en el nordeste, y el primero del país en decretar el confinamiento absoluto, el pasado 3 de mayo.
Este lunes, miles de personas se aglomeraron en las aceras e hicieron colas para acceder al interior de tiendas de diversos sectores.
La Gobernación de Maranhao anunció un proceso "gradual y con seguridad" de liberación de las actividades económicas en el estado, que será realizado en etapas en un periodo de 45 días.
En la ciudad de Belo Horizonte, centros comerciales, peluquerías y otros comercios reabrieron hoy con largas filas y alboroto por parte de la población, pese al temor del equipo médico de la Alcaldía con respecto a la flexibilización del aislamiento.
El pasado viernes, el Ayuntamiento anunció una desescalada en cuatro etapas a partir de hoy, aunque el secretario municipal de Salud, Jackson Machado, aseguró que el relajamiento puede ser interrumpido si hubiera una caída en la tasa de aislamiento.
"Estamos con miedo porque no sabemos qué va a pasar, pero tenemos la esperanza de que todos mantendrán el distanciamiento", dijo el secretario en la ocasión.
ALERTA POR CASOS EN EL INTERIOR DEL PAÍS
El ministro interino de Salud, Eduardo Pazuello, reiteró este lunes que la crisis del coronavirus todavía no ha golpeado las ciudades del interior del país y afirmó que dichas regiones tienen que estar "preparadas".
"Tenemos el impacto de las capitales y regiones metropolitanas. Ese impacto va a pasar y vamos a ver la diseminación de alguna forma hacia el interior", expresó durante una videoconferencia Pazuello, quien asumió la semana pasada la cartera de Salud, tras la caída del segundo ministro de ese despacho en el espacio de un mes.
El ministro recordó que las ciudades del interior, que suelen sufrir con la falta de equipamientos, centros hospitalarios e incluso médicos, no cuentan con las mismas "estructuras" sanitarias de las grandes urbes.
"Tendremos que tener las estructuras que fueron preparadas en la capital y regiones metropolitanas para recibir esa gente del interior que no tiene las estructuras allá", recalcó el ministro del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos del mundo en relación a la gravedad de la pandemia.
EFE