La Justicia de Rusia tiene entre sus manos un caso verdaderamente insólito. Sus protagonistas son dos científicos que llevaban meses trabajando en el observatorio Bellingshausen, en el continente antártico.

Según informa Clarín, Sergei Savitsky y Oleg Beloguzov compartían vivienda en la base rusa en el extremo sur del mundo, hasta que el pasado 9 de octubre ocurrió un inesperado estallido de violencia: Savitsky le clavó un puñal en el pecho a su colega.

Beloguzob fue asistido por otros miembros de la delegación rusa y trasladado a la localidad chilena de Punta Arenas, donde estuvo en coma inducido durante tres días y actualmente convalece. Mientras tanto, el agresor fue despachado de manera expeditiva a su país de origen.

Durante semanas, la prensa local especuló acerca de los motivos del inesperado ataque. Se habló de envidias profesionales y hasta de celos, suponiendo algún tipo de desaire amoroso entre los involucrados. Se elucubró también sobre un presunto brote psicótico favorecido por el aislamiento en tan inhóspitos parajes, y hasta de disputas por la limpieza y el orden en la casa que compartían

Este martes, los periódicos británicos The Sun y The Mirror informaron que la violenta reacción Savitsky respondía a razones muy distintas: el investigador es un gran aficionado a la lectura de novelas, y su colega no tenía mejor pasatiempo que consultar las últimas páginas de sus libros y luego contarle cómo terminaban.

Ahora, el agresor espera en Rusia el comienzo de su juicio por intento de homicidio.