Contenido creado por Joaquín Symonds
Judiciales

Tristeza

Chocó con sus amigos, cayó al agua pero nadie lo notó y fue hallado muerto horas después

La muerte tal vez evitable de Santiago Mon vuelve a la Justicia; investigarán una eventual omisión de Policía y Bomberos en la escena.

07.09.2024 09:00

Lectura: 6'

2024-09-07T09:00:00-03:00
Compartir en

Por Joaquín Symonds

Santiago Mon falleció la noche del miércoles 22 de marzo de 2023 cuando circulaba en auto junto con otras dos personas y chocaron contra las barandas del puente que está sobre el arroyo Miguelete. 

El joven de 18 años, que jugaba en Nacional Universitario, fue dado como desaparecido durante las primeras horas de la madrugada de ese miércoles y el jueves en la mañana se supo que su cuerpo flotaba sobre el agua tras salir despedido del vehículo y caer por el puente. 

De acuerdo con el informe del perito Washington Silveira, el auto perdió la estabilidad al inicio de una curva, golpeó contra la baranda del puente y contra una columna, dio un giro y volvió a impactar contra la estructura. 

El impacto fue de tal magnitud que, en las imágenes de uno de los videos que integran la carpeta fiscal, se puede ver cómo Mon sale despedido por la luneta trasera del auto y supera la altura del puente, lo que hace que el joven caiga al vacío y se dé de lleno contra el agua.  

Cuando efectivos de Bomberos y de la Policía llegaron a la escena, nadie advirtió de la presencia de Mon como uno de los pasajeros del auto. En la pericia se consigna que los demás jóvenes estaban confundidos y no dieron información certera a los policías. 

En ningún momento los funcionarios que actuaron en la escena se dieron cuenta de que podía haber un tercer ocupante, a pesar de que en el asiento trasero había elementos que hacían pensar eso y también la rotura en la luneta evidenciaba que Mon había salido despedido. 

En la pericia se establece que hay elementos que indican un proceder inadecuado, tanto de la Policía como de Bomberos, porque al comienzo se catalogó el siniestro como leve pese a que no se relevó el lugar como establecen los protocolos. 

“Si se hubiera cruzado un objetivo indeterminado al vehículo, como una persona, la misma podría estar dentro —en el cauce o márgenes del arroyo— y dado que no hubo testigos fidedignos, no se debió descartar dicha posibilidad, lo cual podría haber culminado con el hallazgo de Santiago Mon”, indica el examen del perito aportado a la Fiscalía al que tuvo acceso Montevideo Portal

El Ministerio Público había decidido archivar el caso, pero en una audiencia celebrada el pasado miércoles la Justicia ordenó el reexamen de la causa, por lo que ahora recaerá en otra dependencia para su correspondiente investigación. 

En la investigación hecha por Bomberos se asegura que los efectivos bajaron al arroyo porque un testigo aseguró que había otro vehículo involucrado, pero al no estar orientados no encontraron ningún indicio y descartaron esa posibilidad. 

La pericia insiste en que el proceder inadecuado de los involucrados se demuestra en el hecho de que en una primera instancia se calificó como un siniestro leve y al poco rato se notificó que fue fatal. “Una búsqueda cuidadosa tal vez hubiera permitido encontrar al cuerpo de Santiago Mon”, agrega. 

Foto: cedida a Montevideo Portal

Foto: cedida a Montevideo Portal

Bomberos fue avisado del hecho sobre las 5:00 horas del 23 de marzo, pero el móvil llegó sobre las 7:00. “En ese lapso, la familia y amigos de Santiago Mon se abocaron a la búsqueda del cuerpo, en el cauce y márgenes del arroyo, con la presencia de algunos efectivos policiales de Policía Caminera y policías de la jurisdicción séptima”, cuenta la pericia. 

El cuerpo de Mon fue encontrado por su padre, luego de estar un largo rato al lado del cadáver pero sin saberlo, dado que los presentes estaban esperando la llegada de Bomberos. 

“No es un aspecto de menor relevancia que quien haya encontrado el cuerpo haya sido la propia familia, asistida por amigos, ante la presencia aparentemente inerte de algunos operadores policiales”, expresa la pericia. 

En la investigación se busca echar luz por qué los bomberos llegaron con más de dos horas de retraso, porque para ese entonces ya se sabía de la presencia del tercer ocupante y de su caída al arroyo. 

Un disparo que no fue 

Cuando el Instituto Técnico Forense (ITF) actuó en el caso, aseguró que el cuerpo de Mon tenía “una herida de proyectil de arma de fuego”. Esto generó alarma en la familia del joven porque todo hacía pensar que, previo a chocar, los protagonistas del siniestro habían tenido un altercado. 

Seis meses después, el ITF notificó a la familia que el primer informe contenía un error generado “por la falta de atención”. Esta situación se le suma al estrés obvio que sufrió la familia de Mon por su muerte y todo lo que implicó encontrar el cuerpo. 

De acuerdo con los registros del día del accidente, la familia se entera del hecho sobre las 3:15 luego de una llamada del padre del chofer del auto. A las 3:30 concurren a la Seccional 7ª en busca de más información, porque Mon no estaba en el lugar del siniestro. 

Foto: cedida a Montevideo Portal

Foto: cedida a Montevideo Portal

“Se llamó y alertó al 911 sobre la situación por parte de los servicios médicos a las 4:08 y a las 5:03 pero no fue hasta las 5:16 que se activaron las notificaciones correspondientes a efectos de asistir nuevamente a la escena del hecho”, indica el documento. 

Fueron los padres de Mon que al ir a la seccional pusieron en conocimiento a los efectivos sobre la presencia de su hijo en el auto. 

El factor humano 

En las imágenes del siniestro se puede ver cómo el auto circula a una velocidad que parece estar por fuera de los límites permitidos. Ninguna pericia pudo determinar el número exacto, pero se estima que sería mayor a los 70 kilómetros por hora. 

A su vez, según elementos que se han recabado, el chofer hacía dos meses que había obtenido el permiso y en el momento del siniestro se habría distraído al ver su celular. Esto se relaciona con un badén que hay antes de la entrada del puente, lo que puede haber colaborado para que perdiera el control del auto. 

Por Joaquín Symonds