Para muchos de los vecinos del country Carmel, no había dudas de que Pachelo, quien ya estaba preso por seis robos a casas en barrios privados, era el asesino de García Belsunce. Según consignó Infobae, al enterarse este miércoles de la noticia del fallo del homicidio de la socióloga argentina, asesinada el 27 de octubre de 2002, los vecinos expresaron: “Por fin cayó Romeo”. Es que en la zona, al ahora condenado a cadena perpetua y a su exesposa los llamaban Romeo y Julieta en secreto, con el fin de poder vigilarlos dentro del barrio privado sin que ellos supieran. Incluso había un funcionario de seguridad que estaba encargado de “vigilar a Romeo y Julieta”.
El mismo medio de comunicación incluso destacó que la víctima de Pachelo “le tenía terror”, porque “estaba al tanto de sus antecedentes por hurto cometidos en otros countries”. De hecho, trascendió que cuando la socióloga veía a su futuro asesino, cambiaba de sentido para no cruzárselo. En ese entonces, se habían constatado varios hurtos dentro de Carmel.
Sin embargo, en una primera instancia, la Justicia argentina se centró en el esposo de la víctima, Carlos Carrascosa, quien tuvo que cumplir una condena de siete años por un crimen que no cometió. Esto a pesar de que los informes psicológicos y psiquiátricos hechos a Pachelo eran “contundentes”, indicó el medio argentino.
De todos modos, desde un principio, el fiscal Diego Molina Pico apuntó contra el esposo de la muerta. En abril de 2003 logró detenerlo como presunto asesino. En aquel entonces, Carrascosa pagó 100.000 pesos argentinos de fianza y salió de la prisión preventiva un mes después de detenido. El fiscal seguía acusándolo de matar a su esposa por una riña sobre cuestiones financieras. En 2007, la Justicia determinó que Carrascosa no era culpable del homicidio, pero sí fue condenado a cinco años y seis meses de cárcel por encubrir el delito. Dos años después, fue condenado como “coautor del delito de homicidio agravado por el vínculo” y le dieron cadena perpetua.
La Corte Suprema de Justicia argentina vio en el caso varias irregularidades que consideró graves, y en 2014 ordenó que se revisara. Luego de eso, Carrascosa obtuvo el arresto domiciliario y en 2016 obtuvo la libertad. La Justicia lo había absuelto; el culpable del crimen, a ojos de los jueces, seguía libre.
Especialistas dijeron a Infobae que la cantidad de asaltos que cometió Pachelo podrían estar vinculados a una adicción al juego. Además, en 2004, se reveló un estudio del reconocido perito argentino Enio Linares, quien determinó que el asesino de García Belsunce padecía un trastorno de personalidad desde que es niño, y “continuará para siempre basado en simulación, mentiras y ocultamiento de identidad permanente”.
Si bien a la Justicia del país vecino le tomó casi 22 años concluir la investigación, el medio argentino asegura que Pachelo cometió varios errores.
En primer lugar, mintió. Al ser interrogado, Pachelo fue consultado sobre dónde estaba el 27 de octubre de 2002 a las 18:30 (hora del crimen). En una primera instancia, el hombre respondió que se encontraba en el shopping Paseo Alcorta junto a su madre —quien se suicidó en 2003— comprando unos guantes de Spider-Man para su hijo. Sin embargo, las antenas zonales indicaron que, en realidad, se encontraba en Pilar, próximo al country.
Además, las cámaras de seguridad del barrio privado Carmel, donde fue el asesinato, lo captaron ingresando a las 17:34 y yéndose a las 18:59. En tanto, tres testigos aseguran que Pachelo, que vivía a 100 metros de la casa de García Belsunce y Carrascosa, estaba trotando a las 18:15 próximo a la escena del crimen.
Otro de los errores del criminal sucedió un día después del homicidio, cuando se dirigió hacia una estación de servicio y consultó a dos empleados si estaban al tanto del asesinato de una mujer en el country. Sin embargo, en ese entonces, aún no se había determinado que fuera un homicidio.
En tanto, los fiscales prestaron atención a detalles que consideraron “muy importantes”, como los robos anteriores que el investigado había llevado a cabo. De este modo, distinguieron que había hurtado en otros countries, pero también en casas de amigos. Por estas causas, Pachelo aceptó la culpa. Según Infobae, después de la polémica por el crimen de María Marta, el hombre vendió su casa. En ese momento, se acabaron los robos dentro de Carmel.
Otro detalle en el que se detuvieron los investigadores fue en los padres del criminal, Roberto y Silvia, ya que ambos se suicidaron. Sin embargo, Jacqueline Barbará, expareja de Roberto, dejó entrever que su hijastro podría haber estado involucrado en la muerte del padre. Además, contó que cuando Pachelo era niño intentó prender fuego la cuna de su hermano, Francisco. El asesino de García Belsunce negó la acusación de su madrastra.