Tal como informáramos, este lunes comenzó en Tacuarembó el juicio por el homicidio de Facundo Cuadrado, ocurrido en febrero de 2022.
En aquella ocasión, el ahora imputado disparó un arma de aire comprimido contra dos amigos con los que compartía un campamento. Uno de los disparos causó una grave lesión a Facundo Cuadrado, de 18 años. El joven permaneció internado más de un mes y finamente falleció.
La abogada Karen Pintos, representante de la familia del joven fallecido, fue entrevistada esta mañana por el periodista Marcos Pereira, de Radio Tacuarembó, e hizo referencia a las peculiaridades que se dieron en el caso durante los dos años y medio que pasaron hasta que se iniciara el juicio.
Por ejemplo, señaló que hubo cinco cambios de fiscal, y destacó que si bien todos ellos fueron irreprochables desde el punto de vista profesional, “tantos cambios enfrían el caso”.
Escenas fuera de lo común
Lejos de cuestionar a la Fiscalía, Pintos recordó el estupor y desagrado con el que ella y sus patrocinados vieron las primeras audiencias, celebradas en 2022.
“En este caso hubo situaciones que salen de lo común y que llaman la atención”, que tienen que ver “con el trato que se daba al imputado en esas primeras audiencias”, dijo.
“Estábamos ante un imputado mayor de edad que en la audiencia estaba acompañado por su mamá, que lo contenía, lo acariciaba... eso no pasa en ninguna audiencia en ninguna parte del país. Es una instancia que tiene que transitarla él, consecuencia de una acción, en este caso la muerte de Facundo. Por esa acción ahora tiene que responder a un proceso penal”.
Pintos también reparó en otra situación por completo anómala, como que “el juez [que no es el mismo que ahora lleva el juicio] saludara con un beso al imputado. Esas cosas no pasan en ninguna parte del país. Chocan, duelen mucho y producen rispideces. La familia de Facundo y yo nos íbamos del juzgado con la idea de una Justicia débil, y una Justicia débil no es Justicia”, dijo.
En el mismo sentido, señaló que esa suerte de “consideración especial” quizá incidió en cómo la Justicia se plantó ante algunas situaciones, como “descompensaciones y crisis” del imputado, situaciones que, tal como informáramos oportunamente, impidieron en al menos dos ocasiones la toma de declaración.
Arma mortal
En la mañana del lunes, Pintos fue fotografiada en una situación poco común para una abogada: ingresando al juzgado con un rifle de gran envergadura. En la entrevista con Pereira, explicó que se trata de un arma “muy similar” a la que se usó para matar Facundo.
“La llevé porque forma parte de los apoyos que podemos usar en los juicios. Es muy importante porque podemos hablar mucho sin tener los elementos reales, y no saber lo que sucedió”.
A ese respecto, Pintos señaló que durante todo este tiempo se ha mencionado el arma como “una chumbera”, y eso puede hacer que quienes escuchen esa palabra piensen en un arma distinta, como los conocidos rifles calibre 5.5 o 4.5, usados para tirar al blanco o matar pajaritos.
Sin embargo, el arma usada en el crimen, casi idéntica a la presentada por Pintos, quien citó la descripción del manual, “es un rifle de aire comprimido calibre .22, impulsado por tecnología nitro pistón para más precisión, velocidad y potencia”. La legista dijo que el mencionado manual ya fue aceptado como evidencia.
“La defensa dice que el arma no es letal, pero las indicaciones dicen que sí. En el manual y las especificaciones técnicas luce de forma destacada y con carteles de advertencia de que es de alta potencia, que puede causar lesiones graves y la muerte. Y también subraya que nunca debe apuntarse a personas”, explicó.
“Ese es el tipo de rifle que usó, y con mira telescópica. Es un arma muy potente y lamentablemente fue un tiro artero y certero”, refirió.
En la misma línea de razonamiento, rechazó el argumento de la defensa que sugiere que el imputado disparó al aire con el fin de asustar a sus amigos con el sonido de los disparos.
“Sus amigos estaban escuchando música en un parlante que había llevado Facundo. Ninguno escuchó nada, solo sintieron el cuerpo de Facundo caer”, dijo. Asimismo, destacó que el imputado luego recargó el arma y efectuó un segundo disparo, cuyo proyectil impactó en el brazo de Germán, otro de los presentes. Para Pintos, esto demuestra que el acusado “no disparó al aire” sino a “una altura en la que hay órganos vitales”.
También refirió que en redes sociales el joven había publicado imágenes en las que se lo veía utilizando el arma, que había recibido como regalo de un allegado a la familia, registros que permiten suponer que “tenía cierto conocimiento” del manejo del rifle y su potencial.
El juicio sigue
El lunes declararon ante el juez los cuatro jóvenes que estaban en el campamento el día de la tragedia y los agentes de policía que intervinieron entonces. La Fiscalía presentó cargos por homicidio especialmente agravado con dolo eventual en reiteración real y lesiones personales. “La condena pedida es de 12 años de prisión efectiva, y nosotros vamos por ese resultado”, dijo la abogada.
Desde el inicio del caso, el imputado estuvo primero en arresto domiciliario, luego “ingresó a la cárcel, pero Fiscalía revocó la prisión preventiva a los pocos días”. Regresó entonces al arresto domiciliario que luego pasó de total a solo nocturno. “Actualmente está en libertad con medidas cautelares mínimas”, dijo Pintos.
“La defensa habla mucho del estado actual del imputado, la fragilidad de su salud mental, la depresión, el llanto; van a presentar pruebas de psiquiatras. Yo apunto a que todos esos estados de remordimiento y culpa, las crisis que tuvimos que presenciar en las audiencias, son algo posterior a la muerte de Facundo, que es lo que nos convoca. Yo también podría hablar de la salud mental, la depresión y el llanto de los papás de Facundo, de sus hermanos, que no lo van a tener nunca más”, arguyó.