La Liga de Defensa Comercial (Lideco) divulgó este martes los datos sobre la evolución de solicitudes de concurso de acreedores por parte de empresas durante el año 2023.

Según el breve informe, hubo una disminución en 2023 con respecto al año 2022 en la cantidad de solicitud de concursos. El 2022 cerró con 98 empresas que solicitaron concurso de acreedores, con 65 que lo hicieron por concurso necesario y 33 de forma voluntaria. De las 91 que pidieron pasar a concurso en 2023, 53 lo hicieron por necesario y 38 voluntario.

En 2019, fueron 108 las empresas que debieron someterse a concurso de acreedores (27 necesario y 81 voluntario), en 2020 fueron 71 (26 necesario y 45 voluntario), en 2021, por su parte, 52 entidades económicas vivieron la misma circunstancia (30 necesario y 22 voluntario).

Un concurso voluntario es el solicitado por el propio deudor, en los demás casos el concurso es necesario.

El artículo 6 de la Ley 18.387 (Declaración Judicial del Concurso y Reorganización Empresarial de 2008)

 establece que además del propio deudor, pueden pedir el concurso de una empresa los restantes legitimados, que pueden ser: cualquier acreedor; cualquiera de los administradores o liquidadores de una persona jurídica y los integrantes del órgano de control interno; los socios penalmente responsables de las deudas de las sociedades civiles y comerciales; los codeudores, fiadores o avalistas del deudor; las Bolsas de Valores y gremiales de empresas con personería jurídica; cualquier heredero, legatario o albacea en caso de herencia. Otro de los puntos que introdujo la ley de 2008 fue también la posibilidad de poder vender la empresa declarada en quiebra o insolvente en bloque.

“En la comparación considerada se observa un descenso de las solicitudes de concurso de acreedores durante 2020 y 2021 con respecto a 2019. Oportunamente planteamos que la disminución constatada en 2020 y 2021 podía explicarse por el impacto de la pandemia del covid-19 en la actividad empresarial. La excepcionalidad y generalidad de la afectación de la actividad económica habría propiciado una mayor tolerancia con los deudores, tanto por parte de los acreedores comerciales como de los acreedores del sector financiero regulado que otorgó refinanciaciones y préstamos blandos para atender la situación financiera de las empresas en dificultades. La cantidad de solicitudes vuelve a aumentar en 2022 para cerrar el 2023 con una nueva disminución”, concluye el informe de Lideco.

Lideco