El Gobierno de Venezuela culpó este jueves a la autoridad aeronáutica de Uruguay por impedir el sobrevuelo del avión de carga venezolano-iraní que, ante la prohibición, tuvo que aterrizar en Argentina el pasado 8 de junio, donde luego fue retenido por las autoridades de ese país.

Venezuela "rechaza categóricamente el irresponsable manejo que ofreció la autoridad aeronáutica del Uruguay, al revocar el permiso de sobrevuelo otorgado a la empresa venezolana Emtrasur, mientras que la aeronave se encontraba en el aire (...) para hacer su escala técnica de abastecimiento", dice un comunicado de la Cancillería.

La tripulación, prosigue el escrito, "se vio obligada a retornar inmediatamente hacia el aeropuerto de Ezeiza, en Argentina, no contando con el combustible reglamentario, poniendo en grave riesgo la vida de la tripulación".

El Gobierno de Nicolás Maduro asegura que, una vez aterrizada en Argentina, la aeronave contaba con 17.000 litros de combustible, "muy por debajo de lo recomendado por el Procedimiento Operacional estandarizado de Emtrasur, el cual está establecido en 20.000 litros".

El avión en cuestión, un Boeing 747 Dreamliner de carga, fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Venezuela, señala el comunicado, considera inaceptable lo ocurrido y exige a las autoridades del Gobierno uruguayo explicaciones sobre este "terrible hecho", y aboga por los "principios de seguridad, fraternidad y hermandad que han guiado históricamente las relaciones entre ambas naciones".

"El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela denuncia ante la comunidad aeronáutica internacional esta lamentable acción que pudo haber ocasionado una tragedia, pérdidas humanas y daños para ambas naciones, además de violar de manera flagrante las libertades del aire", añade el texto.

La aeronave ingresó en Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, previa escala en Venezuela, con destino al aeropuerto internacional de Ezeiza, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.

En Argentina, las petroleras no cargan combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.

La Justicia argentina lleva adelante una investigación para dilucidar los posibles vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional, ya que uno de sus integrantes, el iraní Gholamreza Gashemi, tiene el mismo nombre que un miembro de las Fuerzas Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, definida por Estados Unidos como una organización terrorista.

Hasta ahora, la Justicia retiró los pasaportes de los 19 miembros de la tripulación, impidiendo su salida del país, e incautó el avión para obtener más datos sobre qué hacían estas personas en Buenos Aires.

EFE