El exdirector general de Secretaría del Ministerio del Interior Luis Calabria habló con la prensa luego de renunciar al cargo tras la divulgación de que él y su familia se habían atendido en el Hospital Policial en el marco de la discusión de la utilización del centro asistencial por parte del ahora senador del Frente Amplio Charles Carrera.
Entrevistado por El Observador, Calabria aseguró que su salida del ministerio “no fue repentina”, dado que fue una respuesta a su manera de “ver la vida y la política”. La exposición de su familia, de su historia de vida, de su vocación y de su gobierno no lo hizo dudar “ni un minuto”.
“Con la renuncia busqué cuidar lo que tenía que cuidar: mi familia y mi gobierno, y mi propia manera de ver las cosas y la dignidad de mi novación”, afirmó al medio anteriormente mencionado, y agregó que le “dolió” no haber podido “cuidar” a su familia y “exponerlos”.
Consultado sobre si admite que “actuó mal”, el exjerarca aseguró que el tema tiene dos planos: uno, el hecho, y el otro el “uso político” del hecho. Con respecto al hecho en sí, Calabria aseguró que para el gobierno el uso del Policial “está mal”: “El presidente lo dijo el lunes pasado en Rocha. Por tanto, el único paso congruente fue el que di, y no me permití exponer al gobierno a vivir una contradicción”, sostuvo.
“La forma de la presentación de la noticia por el medio oficial de la Intendencia de Montevideo me marcó que iba a venir un uso político del hecho —que, dentro de todo, está dentro de la lógica—, pero lo que me indignó fue que se evidenciaba que no habría escrúpulos. Porque metieron familia. Se vio que no iba a haber límites; bueno, el límite lo puse yo. Me salí de la cancha, no estaba dispuesto a exponer ni a mi familia, ni al gobierno, ni a mí mismo al veredicto de nadie. No estaba dispuesto a validarles su mezquindad. La sola posibilidad de que eso pasara reafirmó una decisión ya resuelta”, afirmó.
El exdirector general de Secretaría opinó que su renuncia no es exagerada, tal como afirmaron desde la oposición, porque “no se puede rebajar la política a la caricatura de la reyerta” ni “dejar que a la política la secuestren los berretas que dictan veredictos basados en la ruindad”. “No sé si fue exagerado o no, yo era el dueño de mi reacción y las consecuencias las corro yo. En todo caso, exagerado fue usar a mi familia para equiparar cosas que no son equiparables”, sostuvo.
Finalmente, expresó que “nadie pudo” disuadirlo para que no renunciara porque lo tenía decidido, y que en una charla que tuvo con el presidente Luis Lacalle Pou se sintió “respetado, valorado y contenido” humana y profesionalmente. “Entendió mi posición y yo le estoy muy agradecido”, contó, y añadió que estaba “muy emocionado” con algunas reacciones públicas de colegas y correligionarios porque se “reconoció” lo que le dedicó al Ministerio del Interior.
Por último, informó que está “refugiado” con su familia, está “organizando la existencia” y afirmó que luego “vendrá lo que tenga que venir” en lo profesional, aunque confesó que no sabe si ocupará otro cargo político.
“A la política le estoy agradecido, me ha permitido desarrollar lo que uno siente como vocación, que es tratar de cambiar la vida de los compatriotas. Sí estoy preocupado por la política, no hay que dejar que ganen los que vuelan los puentes; la política es diálogo, es la administración de los conflictos, desde el diálogo. La política no puede ser un campo de batalla, la política está para que no haya campos de batalla”, concluyó.