La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) analiza un paro de 24 horas en reclamo por la situación salarial, y también ante el nuevo régimen de certificaciones médicas para los estatales.
El sindicato espera esta semana reunirse con el Poder Ejecutivo, y luego volver a analizar la situación.
A raíz de un aumento que no será el esperado, debido a un cambio en la expectativa de la inflación por parte del equipo económico, el sindicato resolvió el jueves pasado declararse en preconflicto y considerar tanto un paro como la posible ocupación de oficinas públicas.
A esto se suma el nuevo régimen de licencias médicas, que empieza a regir este 1º de febrero, pero ya se sabía que se aplicaría tras ser aprobado en la Rendición de Cuentas. Hasta ahora, a los funcionarios no se les descontaba dinero en caso de estar certificados, aunque ahora el Poder Ejecutivo resolvió que tendrán por año un máximo de nueve días hábiles remunerados. En tanto, a partir del décimo día, habrá descuentos que pueden ser de hasta un 25% del salario.
“El gobierno empieza mal con COFE desde principio de año”, dijo el presidente de COFE, Martín Pereira, al diario El País.
En el plano salarial, el sindicato de estatales afirma que hubo un “recorte” en los salarios públicos que “asciende a más de 50 millones de dólares” y representa “casi un 1%” de rebaja con respecto a lo que consideran deberían haber recibido.
“Para los trabajadores de la Administración Central y de los Organismos nucleados en COFE, el ajuste de salario en enero de 2024 será de 5,4%, cuando, hasta hace unos días, el ajuste era del 6,3%”, afirmaron.
La semana pasada, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, explicó que lo que se realizó fue un “un análisis técnico” que cambió “la expectativa” de la inflación, y que esto tuvo “un impacto sobre el número final del aumento que ocurrió para los trabajadores públicos”.
“Es verdad, también, que la inflación esperada para el 2023 estuvo bastante por encima de la ocurrida y, como la tendencia de la inflación viene a la baja, evidentemente lo que el equipo económico quiso hacer fue evitar que hubiera una nueva distancia entre la ocurrida y la esperada, en un sentido de que la esperada estuviera por encima de la ocurrida. Es un ajuste”, dijo.
“La ronda salarial fue en julio, cuando la expectativa inflacionaria era más alta, entonces eso determinó una expectativa de inflación de dos años para adelante. Luego, transcurrido el semestre, quedó en evidencia que la inflación quedó bastante por debajo y todavía el aumento de los públicos no había ocurrido”, agregó.