La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) canceló la deuda que mantenía con Argentina y Uruguay por las obras de los puentes internacionales General Artigas (entre Paysandú y Colón) y Libertador General San Martín (Fray Bentos-Puerto Unzué).
A través de un comunicado, la comisión señaló que, como resultado de la gestión del último quinquenio, generó “fondos y saldos financieros que hacen posible el pago de compromisos asumidos”.
Los puentes fueron inaugurados en 1975 y 1976 (respectivamente), por lo que la deuda acumulaba medio siglo.
Las obras de ambas infraestructuras fueron financiadas en parte a través de préstamos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concedidos a ambos países con el compromiso de aportar a cada parte “los recursos complementarios de los préstamos en la medida de lo necesario para dar término a las obras previstas”. “Entre 1979 y 2014, CARU remitió cada año a los Estados parte fondos derivados del superávit de la recaudación de la operatividad de los puentes, a fin de restituir lo aportado por los Estados”, indica el comunicado.
De esta manera, en 46 años la comisión administrativa restituyó “algo más de la mitad” (55,16%) del monto global que se debía reintegrar.
En tal sentido, con la cancelación de la deuda se entregó el 44,84% pendiente de la restitución.
Al respecto, a Argentina se le transfirieron US$ 16 millones, mientras que al gobierno uruguayo algo menos de US$ 7 millones.
Mario Ayala Barrios, presidente de la delegación uruguaya y vicepresidente de CARU, puntualizó que “este es el resultado de la gestión desarrollada desde el 2020 a la fecha en el organismo, en donde se generaron fondos y saldos financieros, que hacen posible el pago de compromisos asumidos, cancelando esa deuda cincuentenaria”, según detalla el texto difundido.
“Ese fue uno de nuestros compromisos cuando llegamos a CARU en el año 2020 y nos sentimos con el deber cumplido en este sentido”, puntualizó.
De acuerdo con el texto, se generaron ahorros “en parte a que, en virtud de la pandemia, se reordenó la gestión, haciéndola más austera sin perder [su] calidad”. Esta política continuó “más allá del aumento de la recaudación con el crecimiento del tránsito por los puentes internacionales”, añade el documento.